Cuestiones de una casi olvidada lógica: Premisas y conclusiones Casi dos años de supuestas negociaciones entre el Gobierno, la patronal y los únicos sindicatos que ambos reconocen como «representativos» (representan a menos del 20% del total de los trabajadores entre los dos), llamados UGT y CC OO, dos años durante los cuales la precariedad, que […]
Cuestiones de una casi olvidada lógica: Premisas y conclusiones
Casi dos años de supuestas negociaciones entre el Gobierno, la patronal y los únicos sindicatos que ambos reconocen como «representativos» (representan a menos del 20% del total de los trabajadores entre los dos), llamados UGT y CC OO, dos años durante los cuales la precariedad, que todos decían querer eliminar, no dejaba de crecer, han dado a luz un ratón, una vuelta de tuerca más en el mismo sentido de las anteriores: meter más dinero en el bolsillo de los empresarios sin tocar ninguno de los problemas que han creado las anteriores reformas: generalización de los contratos precarios y en fraude de ley y abaratamiento del despido, que hace que se vaya difuminando la diferencia entre empleo fijo y precario. Como compensación, para maquillar la fealdad del engendro, algunas limosnas para algunos desempleados y cargarle al FOGASA de unas indemnizaciones que descargan del empresario. Reflexionemos un poco, sobre las verdades más elementales, que nos dicen que todo esto estaba cantado:
1. No han sido los trabajadores quienes han instituido la precariedad en el empleo, sino los empresarios.
2.Según dice el preámbulo del Acuerdo a que han llegado, los empresarios tienen tanto interés en reducir (incluso eliminar) la precariedad como los trabajadores y el gobierno. Para eso dicen haber iniciado el «dialogo social» en 2004 y haber constituido esta mesa en marzo del 2005.
3. Durante todo ese período la precariedad no ha hecho más que aumentar.
Primera conclusión, visible hasta para el más lerdo de los trabajadores: Tanto los sindicatos como el gobierno estaban durante todo ese tiempo sometidos a un permanente chantaje por parte de los empresarios. Lo más lógico es que los sindicatos y el gobierno se hubiesen negado a sentarse con los patronos mientras estos siguiesen practicando en sus empresas lo que en la mesa decían querer eliminar.
Segunda conclusión: El aumento de la precariedad pone bien a las claras que los empresarios se sienten muy a gusto y ganan mucho dinero con la precarización del empleo. Lo que demuestra que no es cierto que quieran reducirla o eliminarla. Si fuese así no necesitaban sentarse a negociar con nadie. En su mano está acabar con ella. Si se prestan a «negociar» sobre eso es para fingir que hacen concesiones y sacar algo a cambio. ¿Qué sacan a cambio? Según datos del propio sindicato CC OO, «Las empresas ahorraran cada año 4.200 millones con la reforma.» Cifra que coincide con la que habían calculado los expertos del Ministerio de Trabajo en julio del año pasado (4.600 millones anuales) a la vista de las exigencias de la patronal CEOE que finalmente han sido acordadas.
Mientras tanto, com el sistema de sanciones actual no se ha cambiado desde que se creó el Estatuto de los Trabajadores hace 25 años, los contratos en fraude de ley, problema principal que genera la precariedad, seguirán funcionando a todo vapor, dado que las multas son ridículas.
Conclusión global: Las rebajas para los empresarios y las bonificaciones serán un hecho real desde que entren en vigor las reformas, así como la reducción de las indemnizaciones en los nuevos contratos «indefinidos». Por el contrario, los supuestos beneficios para los trabajadores en lo que toca a la reducción de la temporalidad siguen en el aire porque están sometidos al albur de las mil y una triquiñuelas en las que son bien duchos los empresarios y sus asesores para sortear los aparentes obstáculos que este Acuerdo coloca a la precariedad.
Otras reflexiones: Mientras que estamos viendo a los sindicatos firmantes perseguir y acosar en las empresas (en muchos casos en connivencia con los empresarios) a todos los grupos sindicales de izquierda que plantean otras alternativas de lucha, no vemos a las organizaciones patronales denunciar ni tomar ninguna medida contra los empresarios que vulneran las leyes para reducir sus costos laborales. Nosotros, a la greña; ellos, una piña. Si colocásemos el supuesto de que hay empresarios mejores y peores, no serían precisamente los mejores los que arrastran a los peores a aceptar este acuerdo, sino que sería a estos últimos a los que se premia con estas medidas, al mantener inalterada la situación creada con la maraña de modalidades de contratos de trabajo que se fueron creando y seguir ignorando el principio de causalidad en esa variedad de contratos. ¿Habrá que recordar que la aparición de los contratos-basura resultó ser un poderoso incentivo para la creación de millares de pequeñas empresas-basura, de usar y tirar, subcontratadas en el último grado del escalón que formó la pirámide de las subcontratas? Los «negociadores» lo ignoraron olímpicamente, y las «reformas» no afectan para nada a ese nuevo mercado de trabajo, compuesto, no por obreros, sino por esos nuevos «aprendices» de empresarios que se disputan como buitres la carnaza creada por el desempleo y la inmigración, legal o ilegal.
Los incentivos y las bonificaciones a los empresarios son una aceptación implícita de las tesis que defienden los empresarios: «No se crea empleo porque sale muy cara la mano de obra». No vale que en otros foros en medios obreros o en las publicaciones sindicales se afirme que eso es mentira y que estamos por debajo en costos laborales de otros países de la UE. Las concesiones en el terreno de los costos en la mesa de negociación son hechos tangibles, mientras que los discursos a los trabajadores son simples palabras.
Arriba y abajo del sindicalismo
Esto nos lleva a examinar cual ha sido la posición que han tomado los sindicatos firmantes de cara a los trabajadores y para justificar la firma.
Como viene sucediendo desde hace algunos años, estos sindicatos articulan dos discursos, bien diferenciados, según se dirijan a los poderes públicos y a la opinión pública o a los trabajadores y delegados sindicales en las asambleas o en las conversaciones con los trabajadores en las empresas. Hay que lamentar que el discurso preparado para las intervenciones públicas y los documentos para divulgar por los sindicalistas «de arriba» es el que caracteriza la imagen del sindicato para los que nunca pisaron, si no es como visita, un centro de trabajo. Lo que los sindicalistas «de abajo» hacen y dicen en un centro de trabajo, es (obligado por las circunstancias) otro discurso muy distinto, lo que no obsta para que mantengan su fidelidad al aparato. Pero, al contrario que en el discurso anterior, este no tiene cronistas que lo divulguen ni teóricos que reflexionen sobre esa otra imagen del sindicato. Nada se escribe sobre las vicisitudes del sindicalismo «de abajo». Y eso a pesar de que es mucho más rico en matices y más revelador del papel real del sindicalismo en esta sociedad.
Haremos un contraste para que resalte mejor la diferencia del discurso:
En la introducción del Acuerdo figura el siguiente párrafo:
«El Acuerdo responde al objetivo compartido por el Gobierno, las Organizaciones Sindicales y las Organizaciones Empresariales de que la sociedad española alcance unos mayores niveles de desarrollo económico, calidad en el empleo, bienestar social y cohesión territorial.»
¿Podrían los sindicalistas que están a «pie del tajo» decir esto a los trabajadores con la cara de quien se lo ha creído, en la situación actual marcada por un permanente chorreo de deslocalizaciones y anuncios de reducciones de plantilla, que les sirven a los empresarios para exigir reducciones de salarios y alteraciones de los horarios laborales que terminan por colocar al trabajador en la misma situación del burro de arar, que se le saca del establo cuando le parece bien al dueño, en función de las alteraciones climatológicas? No, no pueden, porque les caerían encima.
¿Cómo lo presentan entonces ante los trabajadores en foros en los que no hay testigos incómodos? Primero, si alguno ha leído esa introducción y les pide una explicación, le responden invariablemente que eso es retórica, cuestión de diplomacia y buenas maneras, para poder entenderse con ellos. Que en realidad «se ha sacado lo que se ha podido», «la mesa no daba para más» «El desempleo les ha hecho fuertes» «Sin nuestra presencia lo hubieran hecho por decreto, y por supuesto, peor» y otras frases de ese tenor que venimos oyendo habitualmente de su boca en los centros de trabajo. Así pues, lo que prima en sus discursos es la propagación de una calculada resignación. Calculada porque se ha demostrado ya muchas veces en los últimos años, que cuando una plantilla se pone en pie de guerra, demostrando con hechos que la resignación no es tan inamovible como ellos la presentan, se han lanzado invariablemente a ponerse a la cabeza de la protesta para tomar la batuta y prácticamente imponer la calma (y recuperar la extraviada resignación) por medio de amenazas, con ayuda del chantaje de la empresa, de los medios de difusión y de los poderes públicos, echando mano de la policía en última instancia.
Haciendo «marketing»: UGT
Pero veamos un poco en detalle como lo presentan UGT y CC OO a sus afiliados. La exposición del Acuerdo de UGT en su página Web no se anda por las ramas. Un corto y conciso texto que titula Importante avance del Diálogo Social hacia la mejora de la calidad y estabilidad del empleo y de los derechos de los trabajadores.
Inicia el texto con el párrafo de la introducción al Acuerdo citado más arriba. Naturalmente, al asumir que esos son los objetivo comunes, enumera a seguir todos los puntos «en positivo», sin apuntar ningún posible peligro ni esbozar cualquier asomo de duda respecto a los resultados. Termina con este párrafo:
Este borrador de acuerdo mejora los derechos existentes, genera otros nuevos y contribuye, desde la mejora de la estabilidad del empleo, a impulsar el modelo de crecimiento económico, equilibrado y duradero necesario para España.
En otras instancias aparece una curiosa simbiosis entre UGT y el PSOE. Jesús Membrado, ex secretario general de UGT-Aragón, hoy diputado y Portavoz Socialista de Trabajo en el Congreso de los Diputados publica en El periódico de Aragón el día 11de mayo de 2006 una colaboración que titula «Un Acuerdo Laboral realista«. Entre otras cosas dice que: «… es un acuerdo ambicioso en cuanto a los contenidos, porque dejando de lado algunas propuestas tanto de la patronal como de los sindicatos, abarca reformas, con diferentes grados de intensidad, en los problemas más importantes de nuestro mercado de trabajo, como es el de la temporalidad, cuya tasa triplica la media de la Unión Europea. En todos los tramos de edad tenemos la mayor tasa de temporalidad, sean hombres o mujeres. Igualmente, en todas las ramas de actividad duplicamos ‑como mínimo las medias de la Unión«.
El uso y abuso de esta comparación, que tan frecuentemente aparece en las publicaciones sindicales nos lleva a ver aquí un fenómeno parecido al del régimen de lluvias en el continente: aquí llueve menos que en Inglaterra o Alemania. Porque una afirmación de este tipo debe llevar lógicamente a un análisis y consecuentemente una crítica, o bien del carácter del empresariado que padecemos, o bien de unas leyes mas tolerantes con sus abusos, o bien de ambas cosas juntas. Pero nunca vemos en esos medios ni en esos sindicatos la necesaria denuncia que debería acompañar a esa constatación.
Termina diciendo: «El consenso total que se ha conseguido ocasiona una mayor aceptación social, que seguro aumenta su eficacia. Pero además, pone a las partes firmantes detrás de un mismo objetivo: rebajar la temporalidad cambiando una cultura empresarial habituada a ella sin valorar su rentabilidad y su eficacia, por otra que combine la flexibilidad imprescindible con la seguridad, tal como demandaba el informe de la comisión de expertos de enero de 2007, que constituyó el prólogo de este proceso de diálogo.»
Membrado, sindicalista de toda la vida, conoce muy bien la «cultura» del empresariado con el que tratamos. La imposibilidad de este tipo de sindicalistas para llamar a las cosas por su nombre, debido a esa mezcla de respeto y temor que sienten ante las jerarquías sociales, le lleva a intentar vendernos la idea de que los empresarios van a prestar oídos a las recomendaciones de los sindicalistas (siendo que, en el fondo de su alma los siguen considerando como arena en los engranajes de su proceso de producción) para modificar una «cultura empresarial» que les proporciona jugosos beneficios, entre los que se cuentan alcanzar este tipo de Acuerdos. Es manteniendo esa cultura como pueden seguir arrancando más y más concesiones, como podremos ver en los años venideros, en los que veremos nuevos Acuerdos, tan anunciados como este.
Haciendo «marketing»: CC OO
CC OO, fiel a la ambigüedad que la caracteriza desde que se transformó en una central sindical al uso, difunde un comunicado mucho más extenso, titulado: Contenidos y comentarios del borrador de acuerdo para la mejora del crecimiento y el empleo
Este no cita nada de la Introducción al Acuerdo. Coloca unas «Consideraciones iniciales» en las que hace un histórico del llamado «Diálogo social». Al contrario que UGT, no afirma que haya un objetivo común, sino que dibuja, aunque con trazos leves y difusos, un cierto enfrentamiento entre los sindicatos de un lado y Gobierno y empresarios de otro. Y no falta la nota patética: «Cerrar esta nueva negociación con un acuerdo refuerza el valor del diálogo frente a las decisiones unilaterales y, con ello conseguimos abrir camino a parte de las propuestas sindicales«. Es decir, nos sentamos porque sí no lo hacemos y no firmamos un acuerdo, será peor para nosotros. Cabe preguntarse, si es verdad que se sientan en inferioridad de condiciones, porque no hicieron un proceso abierto, con información puntual y fluida de las propuestas iniciales del Gobierno y la patronal, asambleas informativas, etc. para involucrar a todos los trabajadores en la presión sobre la mesa de negociación.
Después del Preámbulo el documento tiene 8 páginas con dos columnas, en la primera coloca los puntos del Acuerdo y en la segunda coloca los comentarios a cada punto. Lo único que no cita ni comenta es el punto de las bonificaciones a los empresarios, que en el Acuerdo ocupan una página, detallando supuestos, cantidades y duración de la bonificación. CC OO ni los cita, quizás porque es la parte más escandalosa del Acuerdo. Sus comentarios al resto de los puntos oscilan entre lo inocuo y la apreciación positiva con matices. Deja la impresión de que solo obtendrá frutos si se materializan los flecos que han quedado colgando.
Los de abajo
Queda por examinar otro protagonista, que aunque nadie parezca pensar en ello, también tiene algo que decir en esta palestra: Los trabajadores.
Los que rondamos los sesenta hemos conocido una situación en la que los empresarios se veían en muchos casos forzados a darte un aumento de salario para que no te marchases de la empresa. Unos tiempos en los que parecía que había una correspondencia lógica entre tu comportamiento con la empresa y la respuesta que esta te daba. Por otra parte, las empresas no querían tener mala fama entre los trabajadores y también tendían a cuidar las formas. Su exigencia sobre los rendimientos era un hecho general y admitido por los trabajadores. «Solo falta que me ponga una escoba en el culo para que barra mientras ando», era un dicho general. Se sabía lo que quería el empresario de nosotros, tanto el de las buenas como el de las malas maneras. Pero también se era consciente de la fuerza propia, se sabía que cogería un berrinche si le decías: Me prepara la cuenta para tal día, que me voy. Es decir, que se sabía que en ciertos momentos, estaba obligado a contenerse, y que eso nos daba un cierto margen de maniobra. Y no era como consecuencia de una determinada «cultura empresarial», que diría Membrado, sino una consecuencia de una cierta correlación de fuerzas que estaba forzado a asumir.
La aparición de un creciente desempleo desata la avaricia del empresario y le cambia los modales. Naturalmente, no de la noche al día, sino de una forma paulatina, a medida que nuevas experiencias en el día a día con los trabajadores le van convenciendo de que puede ganar terreno. Para empezar, va desapareciendo su preocupación por la imagen de la empresa entre los trabajadores de la zona, y ante la sorpresa de muchos trabajadores ingenuos, que creían que era natural e inamovible aquella correspondencia entre tu comportamiento y la respuesta de la empresa, son otras razones que desconoces las que ahora priman para dirigir la política a seguir con el personal. Razones de eficiencia, de funcionalidad, de productividad, nuevos planes que pueden desembocar en una degradación de tus funciones, un empeoramiento de tu vida laboral e incluso en la eliminación de tu puesto de trabajo. La aparición de las ETTS, de los contratos a tiempo parcial, de «formación» y «prácticas», que encubren en muchos casos la simple explotación a más bajo precio, etc. etc. hacen el resto. Lo que tenían, aparentemente de humanas las relaciones con los superiores (en lenguaje laboral) va desapareciendo y va saliendo a la luz y haciéndose visible la verdadera condición de los trabajadores en la sociedad de clases que trajo el capitalismo: Fuerza de trabajo a la que se explota (puesto que se le remunera con menos valor del que genera) para enriquecerse y acumular capital. Pero el hecho de que se haga más visible que antes por haber cambiado las circunstancias no quiere decir que los trabajadores lo vean, lo interioricen y se rebelen contra esa condición, a todas luces brutal y deshumana. Hay un efecto de inercia de la situación anterior sobre el presente que hace como que perdure la ilusión de mantenerla y los grandes cambios irreversibles se quieren ver (contra toda evidencia) como accidentes pasajeros, coyunturales. Precisamente es esa inercia la que explotan los sindicatos para hacerse oír por los trabajadores, prometiendo futuros cambios en la «cultura empresarial» para intentar distanciarlos de la realidad del capitalismo actual y de paso, alejarlos también de aquellos que nos afanamos por lo contrario, esto es por acercarlos a ella. Una prueba de ello es por ejemplo el uso y abuso del concepto «contrato fijo» para embellecer el Acuerdo, cuando, si se le va eliminando el monto de las indemnizaciones y se deja en la legislación al arbitrio de la empresa la readmisión o la indemnización, el concepto pierde todo su contenido positivo para el trabajador. Se transforma en otra cosa, que se acerca cada vez más al despido libre.
Pero atravesando todo ese proceso, o superponiéndose a él, el dicho de «la escoba en el culo» sigue vivo y se transmite de padres a hijos. La experiencia continuada es la que marca a fuego y no hay retórica que pueda ocultarle a un trabajador que es lo que quiere de él el empresario. Otra cosa es como responda el trabajador, si rebelándose o haciendo zalemas y reverencias. Pero que lo sabe, lo sabe. Esta es la razón por la que la mayoría de los trabajadores han recibido con indiferencia el acuerdo y no se interesan mucho por conocer su contenido. Hay como una sensación de dèjá vu. El hecho de que los empresarios, bogando en las tranquilas aguas de la paz social, lo acepten y lo firmen (naturalmente dejando caer en las publicaciones de Economía que están a su servicio, la «insuficiencia» de la reforma, actitud obligada para redondear la escenificación del «todos ganan algo y todos pierden algo») es suficiente para saber lo que se puede esperar de él.
Otras reacciones
Daremos un somero repaso a las reacciones a la firma que han aparecido desde diferentes instancias. Tomamos de Europa Press las declaraciones de los políticos y partidos de un lado: Vergara, Secretario de Estado de Economía, Joaquín Almunia, PP, PNV y ERC. Del lado empresarial, Fomento del Trabajo, patronal catalana, Pimec y ATA (Federación Nacional de Trabajadores Autónomos), Confesbank, Agett (Asociación de Grandes Empresas de Trabajo temporal) y el IESE de la Universidad de Navarra. También los sindicatos USO y la CDC (Confederación de Cuadros) han salido a la palestra. Mis comentarios, en negrita.
Vegara: «El acuerdo es un muy buen acuerdo y responde adecuadamente a los objetivos que se marcaron el Gobierno, organizaciones sindicales y organizaciones empresariales», dijo Vegara en rueda de prensa al término de la reunión de ministros de Economía de la UE. Se mostró convencido de que «va a dar buenos resultados». No importa si Mendez dice, en su asamblea de Delegados de Pamplona después de la firma que el acuerdo es «el resultado de un equilibrio de contenido, de la búsqueda de un punto de encuentro entre posiciones que inicialmente estaban muy alejadas» Cada uno sigue su papel en el guión. El de Méndez, hablando entre Delegados Sindicales, es el de quien ha luchado por lograr algo y lo ha conseguido.
Almunia (EUROPA PRESS): El comisario europeo para Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, afirmó hoy que la reforma laboral que han firmado Gobierno, patronal y sindicatos «va en la dirección correcta», si bien consideró que serán necesarias más medidas. En declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, Almunia señaló que el mercado laboral español presenta «claroscuros», pues aunque es capaz de crear mucho empleo, un tercio del mismo sigue siendo temporal. «El mercado laboral tiene unos claros muy brillantes y unos oscuros muy claros», subrayó. Otro ex sindicalista reciclado e instalado donde quizás nunca soñó, soltando las lindezas que se esperan de un cargo como el que tiene. Pero no se olvida de apuntar que nada ha concluido con este Acuerdo.
PP por boca de Arias Cañete. (Tomado de EUROPA PRESS) Pese a que desde el Partido Popular se ha tildado de positivo este acuerdo por cuanto ha seguido la senda del consenso y el diálogo, Arias Cañete matizó que «los dos años de Diálogo Social exigían un acuerdo con mayúsculas que abordara todos los elementos de modernización y reforma del sistema para permitirle cumplir con los objetivos de la Estrategia Europea de Empleo». «Las pretensiones iniciales del Gobierno han quedado minimizadas y reducidas», añadió. Váyase observando que tampoco para estos la reforma está acabada. Esa será la tónica de todos los que siguen.
PNV (EUROPA PRESS) – El viceconsejero de Empleo del Gobierno vasco, Juanjo Loroño, criticó hoy la reforma laboral firmada ayer en Madrid entre el Ejecutivo central, los sindicatos CC.OO. y UGT, y las patronales CEOE y CEPYME al considerar que «apuesta por combatir la temporalidad de una manera más nominal que real» y que «sigue hurtando competencias relacionadas con el empleo al Ejecutivo de Vitoria.»
El Gobierno vasco, además, tiene dudas «de que sea una herramienta realmente eficaz para hacer frente al problema de la temporalidad», y cree que «puede convertirse a medio plazo en un abaratamiento real del despido» con la consecuente «pérdida de derechos de los trabajadores». Novedad: El PNV preocupado por la pérdida de derechos de los trabajadores. Y sin olvidar de arrimar el ascua a su sardina.
ERC (EUROPA PRESS).- El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, aseguró hoy que el principio de acuerdo para la reforma laboral que sellaron ayer los agentes sociales y el Ministerio de Trabajo se queda «corto» porque se esperaba una reforma «de más calado», y criticó que los «grandes ausentes» de ese acuerdo sean los jóvenes. En ese contexto, ya anunció que su grupo parlamentario quiere que el decreto se tramite como proyecto de ley para poder enmendarlo en el Congreso.
Así, Tardá lamentó que en el caso de los jóvenes no se haya utilizado el contrato de formación como plataforma para la incorporación al mercado de trabajo y que se intente terminar con la temporalidad de los contratos a cambio de abaratar el despido. «Además, el problema no son sólo los jóvenes ‘mileuristas’ –los que cobran un salario en torno a los 1000 euros– sino los muchos que ni llegan a esa cantidad», recalcó.
El portavoz republicano señaló que, aunque la reforma incluye algunos «contenidos positivos para intentar afrontar el mal endémico de la contratación en cadena y la temporalidad», después de tantos meses de negociación «se esperaba mucho más» y una propuesta «de mayor calado». «Se echa en falta apuestas valientes hacia otros ámbitos de necesaria reformulación como los relativos a la conciliación de la vida laboral y familiar», añadió. La ambigüedad parece ser la marca de la casa de ERC.
Vamos al campo empresarial:
Fomento de Trabajo: (EUROPA PRESS) La patronal catalana Fomento del Trabajo abogó hoy por «continuar con el diálogo social» con los sindicatos con el objetivo de lograr una reforma laboral que «elimine rigideces, facilite la adaptación de las empresas a los cambios y estabilice el mercado de trabajo». Fomento lanzó esta propuesta tras la firma del acuerdo para la reforma laboral entre el Gobierno, la CEOE y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. A juicio de la patronal catalana, «sin la flexibilidad en la gestión de los recursos humanos no es posible incrementar la productividad que permita a nuestros productos y servicios ser competitivos en unos mercados globales».
Asimismo, consideró que el diálogo con los sindicatos «debe legitimarse por sus resultados». Por ello, opinó que, «si éstos son insuficientes, le toca al Gobierno ejercer su responsabilidad en interés de la economía y del progreso social». Por ello, consideró que patronales y sindicatos deben «avanzar en medidas adaptadas a la realidad de cada empresa» con la el pacto para la reforma laboral y en la negociación colectiva sectorial y combatir «las rigideces en el tiempo de trabajo, en la movilidad geográfica y funcional, en la adaptación a los cambios de los mercados y de las estructuras productivas», que, a su juicio, perjudican a las empresas y a sus trabajadores.
Obsérvese que esta declaración la hace Fomento después de firmado el acuerdo. Pero la andanada de quejas que lanza es en sí una exigencia de más cambios, más reformas. Ni se molesta en abrir cualquier expectativa en torno a lo firmado. Por ahí se puede juzgar la importancia que le da.
Pimec y ATA (EUROPA PRESS) El presidente de la patronal catalana Pimec, Josep González, y el presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, calificaron hoy como «decepcionante» y una «mera operación cosmética» de «poco calado» la reforma laboral firmada entre el Gobierno y los agentes sociales.
Asimismo, mostraron su sorpresa por la «rápida» resolución del acuerdo y por su coincidencia en el tiempo con un acuerdo sobre formación profesional que, según indicaron, deja al margen a las comunidades autónomas y los agentes sociales autonómicos.
Las dos organizaciones recordaron que al inicio de las negociaciones pidieron «valentía política» para plantear una reforma integral –en línea de lo que los diagnósticos de la UE, OCDE y el grupo de expertos que diseñaron las propuestas para la reforma para el Ministerio de Trabajo– si no existía «la necesaria responsabilidad» de los agentes sociales implicados.
Otra de las críticas de ambas organizaciones se centra en que la reforma está «especialmente pensada para grandes empresas», sin tener en cuenta las necesidades de las pymes los autónomos, «grandes olvidados en esta reforma laboral».
En este sentido, lamentaron que la reforma «sólo incluye parches a determinadas cuestiones», encaminadas a resolver el tema de la temporalidad del trabajo, pero que «no entran a fondo en este debate».
Evidentemente, los pequeños empresarios quieren más. No dicen qué, pero la referencia a «los diagnósticos de la UE, OCDE y el grupo de expertos» es suficientemente elocuente. En plata: Más barato el despido, más desregulación, más precarización. ¿Me equivoco?
Confesbank (EUROPA PRESS).- El presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, señaló hoy que la reforma laboral pactada entre el Gobierno, la CEOE y los sindicatos es «la mejor que puede haber en estos momentos» y consideró que «no será para mal, sino para bien», aunque admitió que «se podía haber ido más lejos». En una entrevista concedida a Euskadi Irratia, recogida por Europa Press, Lazpiur aseguró que le hubiera gustado que ELA y LAB hubieran aceptado los términos de la reforma laboral que será aprobada hoy, aunque destacó que ésta será aplicada a las empresas y trabajadores vascos, «sin ningún tipo de duda». Otro que habla de distancias (más lejos) pero no de dirección (¿Hacia donde?). No hace falta, ya nos la figuramos.
AGGET: (EUROPA PRESS) Agett, integrada por Adecco, Alta Gestión, Flexiplan, People, Randstad y Vedior-Laborman, destacó en un comunicado que los negociadores de la reforma han valorado el trabajo de las ETT’s como agentes que aportan «máximas garantías al trabajador y flexibilidad a la empresa», y todo ello dentro de un marco de total transparencia para el regulador.
«Esto lo demuestra el planteamiento normativo que, por primera vez, define concretamente la cesión ilegal de trabajadores y reafirma a las ETT’s como único operador autorizado legalmente para ejercer esta actividad», subrayó.
En España, las ETT’s sólo gestionan el 14% de todos los contratos temporales, mientras que la tasa de temporalidad se sitúa en el 33%. Sin embargo, en Europa la tasa de temporalidad media es del 13% y las ETT’s gestionan más del 40% de los contratos temporales.
Según Agett, el resultado global de la reforma laboral es un avance, aunque «tímido e insuficiente». Por ello, consideró que será necesario acometer más medidas, de carácter más ambicioso, para evitar que la legislación se quede atrás y se convierta en un freno al desarrollo económico. Otro que sabe que esto es pan para hoy (aunque no de hoy) y hambre para mañana. Y más que preocuparles la temporalidad en sí, lo que parece preocuparles es que los empresarios no necesitan de las ETTs para deleitarse con ella. Quizás han descubierto que les sale hasta más barata…
IESE (EUROPA PRESS).- El profesor y titular de la Cátedra de Economía y Ética del IESE, Antonio Argandoña, consideró hoy que la reforma laboral pactada entre Gobierno, patronal y sindicatos es sólo «cosmética» y no resolverá los problemas del mercado laboral español, entre ellas la temporalidad.
Argandoña, miembro del consejo de redacción de los «Comentarios de Coyuntura Económica» que edita esta escuela de negocios, consideró que las medidas pactadas no resolverán el problema de la temporalidad, pero sí tendrá «efectos positivos a corto plazo de cara a las elecciones generales con la reducción de las cifras de paro».
En un almuerzo-coloquio con periodistas, Argandoña cuestionó el hecho de que se use «dinero público y parte del superávit del Estado» para subvencionar a determinados colectivos, como jóvenes o mujeres, a los que se ofrecerán «contratos recortados y protegidos».
Asimismo, fue especialmente crítico con la patronal CEOE, al considerar que «las empresas españolas no tienen interés en promover otra solución». «Con el pacto alcanzado tendrán a los sindicatos tranquilos y lograrán mano de obra barata vía contratos temporales e inmigración», argumentó.
Por su parte, el director del IESE en Madrid, Juan José Toribio, también cargó contra la reforma. «El Gobierno está muy contento, la patronal también, los sindicatos lo mismo, y también el PP. «, sentenció. A su juicio, «nadie ha consultado al contribuyente, que es quien deberá subvencionar los nuevos contratos».
Toribio estimó que la solución a los desequilibrios del mercado laboral en España pasa por «reducir las indemnizaciones en caso de despido y aumentar las cuantías de la protección del seguro de desempleo», en línea con lo que han hecho en Suecia, Dinamarca y Noruega.
La voz de los expertos, que tampoco son muy optimistas. Obsérvese el cariz de sus recomendaciones. Dan en el clavo con lo de «Con el pacto alcanzado tendrán a los sindicatos tranquilos…» Pero cuando afirman que «Si todo el mundo está contento es que han reformado muy poco», están, acaso sin saberlo, descubriendo el pasteleo: Todo el mundo contento…menos los trabajadores, que no cuentan en el mundo del IESE.
Finalmente las posiciones de la USO y de la Confederación de Cuadros:
USO (EUROPA PRESS).- El sindicato USO denunció que la reforma laboral, firmada hoy por el Gobierno, patronal y sindicatos mayoritarios, «no va a dignificar ni mejorar la calidad del empleo», sino que fomentará un «incremento de la contratación temporal, como paso previo a una posterior conversión en indefinida -que no alcanzará a todos- con el consiguiente abaratamiento de los costes». USO lamentó también que el acuerdo no aborde el cambio estructural en profundidad que necesita el mercado de trabajo, y le acusa de «poner parches a un modelo contractual que viene haciendo agua desde hace tiempo». Pocos son los trabajadores que no saben aún lo que es la USO. Solo falta que nos diga sinceramente (si puede) que habría hecho si hubiese estado convidado al banquete.
CDC (EUROPA PRESS).- Confederación de Cuadros y Profesionales (CPP) consideró hoy «insuficiente» la reforma laboral firmada por Gobierno y agentes sociales, si bien admitió que contiene elementos positivos para mejorar la estabilidad en el empleo.
Para el sindicato, los aspectos más destacables de la reforma los constituyen el límite al encadenamiento de contratos temporales, el plan de transformación a indefinidos, y las modificaciones en subcontratación, entre otros.
Por el contrario, CPP lamenta que, a la hora de negociar la reforma, las partes no hayan tenido en cuenta la jornada laboral, que aunque legalmente está limitada, «no es menos cierto que ésta se incumple sistemáticamente».
«Sorprende que el acuerdo haya pasado por alto esta faceta del control de la jornada, tan íntimamente ligado a la calidad en el empleo, máxime cuando desde el Gobierno se postula la puesta en marcha de medidas que favorezcan una mejor y más adecuada distribución de la jornada», concluyó.
En una rueda de prensa ofrecida hoy en la capital alavesa, Loroño se refirió a los aspectos más importantes de la reforma. En este sentido, respecto a la previsión del contrato con despido de 33 días de cómputo para la indemnización por año trabajado, y no de 45 como hasta ahora, dijo que «no tendrá un efecto determinante para las empresas en los primeros de vida laboral de un trabajador».
Sin embargo, cuando se acumulan estos derechos y un empleado lleva varios años en una empresa la reducción «sí puede tener su efecto», porque «disminuye el coste de la indemnización», con lo que «se reducen también los derechos de los trabajadores respecto a la situación actual». «Además, dentro de unos años nos encontraríamos con trabajadores de dos clases: unos amparados con el derecho de 33 días de indemnización y otros amparados con el derecho de 45 días de indemnización, lo que sería una injusticia», apuntó. Viniendo de donde viene, hasta merece una alabanza. Como tampoco estaba en la mesa, puede permitirse una reflexión acertada.
Finalmente, reproduzco aquí un texto publicado en «El Periódico de Aragón» en el que aparecen las declaraciones de algunos «expertos». Y un cuadro estadístico de la situación de la temporalidad en España. No añadiré comentarios, se trata de información que creo valiosa para completar el cuadro.
Los expertos prevén unos efectos limitados de la reforma laboral
El periódico de Aragón, 15 de mayo
Antonio Fuentes , BarcelonaLa reforma laboral que se aplicará a partir del 1 de julio tendrá un efecto limitado en la lucha contra la temporalidad, según la opinión mayoritaria expresada por varios expertos. Algunos de ellos, que formaron parte del grupo de sabios del Ministerio de Trabajo, consideran exagerada la cifra de 1,5 millones de conversiones de eventuales en fijos anunciada por el ministro, Jesús Caldera.
El arraigo de los contratos temporales, que se dispararon en la década de los 80 como vía de flexibilidad, y la estructura sectorial de la economía española impedirán que la reforma consiga algo más que una reducción de unos puntos de la tasa de eventualidad, situada ahora en el 33,3% de los asalariados.
Luis Toharia, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, fue uno de los expertos a los que Trabajo, los sindicatos y las patronales pidieron consejo para la reforma laboral. Considera «interesantes» las medidas contra el encadenamiento de contratos (con un máximo de 24 meses) y la subcontratación, aunque advierte que «es probable que su eficacia sea limitada, porque si las empresas necesitan esos mecanismos buscarán la forma de hacerlo sin vulnerar la ley».
Asimismo, matiza que «la conversión automática en fijo no impide que la empresa pueda reaccionar despidiendo a ese trabajador, lo que actualmente es fácil y no excesivamente caro». Toharia concluye que, contra la temporalidad, «no existen grandes y milagrosas recetas».
Otro de los sabios consultados por el ministerio, el ex presidente del Consejo Económico Social y actual socio de Garrigues, Federico Durán, sostiene que las medidas acordadas son apoco ambiciosas y muy alejadas del informe de la comisión de expertos». «Al no incidir en el cambio de modelo laboral y económico ‑dice‑, la reforma tendrá poco recorrido frente a problemas estructurales».
Jesús Cruz Villalón, catedrático de la Universidad de Sevilla y otro experto del ministerio, destaca que se trata de un acuerdo «modesto pero positivo» teniendo en cuenta las materias que han quedado fuera y las complicaciones de la negociación. «Es necesario cambiar el sistema productivo ‑afirma‑, porque mientras la economía se base en la construcción y el turismo de sol y playa, habrá una temporalidad muy alta».
CAUSAS DE LA TEMPORALIDAD
En el supuesto de que se consigan un millón de nuevos fijos, advierte de que la tasa de temporalidad sólo bajará hasta el 27%. Cruz Villalón destaca que hay factores con más peso que la ley en la temporalidad, como demuestran las grandes diferencias entre comunidades a pesar de tener la misma normativa.Salvador del Rey, socio de Cuatrecasas y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, no prevé una conversión masiva debido a las incertidumbres económicas de algunos sectores. «Es previsible que suceda como en 1997, cuando hubo una reducción de varios puntos y una neutralización posterior», añadió. Sin embargo, considera que el pacto es positivo pese a ser limitado.
La subvención de 800 euros por pasar un eventual a fijo favorecerá a las empresas pequeñas y a los empleados con sueldos bajos, según Rafael Ortiz, de Garrigues.
El mapa: precariedad heterogénea
SECTORES TEMPORALES
Las bolsas de trabajadores con contrato temporal se concentran en los sectores considerados estacionales. La agricultura y la ganadería, con una tasa de 63,1 %, encabeza la lista de sectores precarios, seguida de la construcción (56,1%), actividades del hogar (47,9%) y hostelería (41,6%).ADMINISTRACIÓN
La reforma laboral también afectará a los empleados públicos. La tasa de eventualidad de la Administración está situada en un 22,3%, con una cifra de 273.200 temporales.LOS MÁS ESTABLES
Las actividades con más estabilidad laboral son la intermediación financiera, con una tasa del 15,8%, y las industrias extractivas y manufactureras, con un 21,2% y un 23,8%. Los sindicatos Vinculan los reducidos niveles de eventualidad con la presencia de delegados en las empresas y los sectores y la negociación de las conversiones de temporales en fijos en los convenios colectivos.JÓVENES AFECTADOS
Los menores de 30 años suman casi la mitad de los temporales del sector privado
La eventualidad en cifras
Por sectores |
Miles de ocupados eventuales |
En % del total del sector |
Agricultura y ganadería |
298,6 |
63,1 % |
Construcción |
1.095,3 |
56,1 % |
Actividades del hogar |
359,3 |
47,9 % |
Hostelería |
418,8 |
41,6 % |
Actividades sociales y servicios personales. |
217,7 |
35,1 % |
Pesca |
11,2 |
34,7 % |
Actividades sanitarias y veterinarias |
333,4 |
31,8 % |
Actividades inmobiliarias |
441,8 |
31,4 % |
Comercio y reparación de vehículos |
557,1 |
36,7 % |
Transporte |
234,5 |
26,1 % |
Industrias manufactureras |
642,2 |
23,8 % |
Administración pública |
273,2 |
22,3 % |
Industrias extractivas |
13,2 |
21,2 % |
Intermediación financiera |
68,3 |
15,8 % |