Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Políticos kurdos reaccionaron con enojo ante un artículo publicado esta semana en The New Yorker que reveló un papel activo de Israel en áreas autónomas de Kurdistán en el norte de Irak. Criticaron el artículo como «parte de una campaña de calumnias contra el pueblo kurdo».
El artículo intitulado «Plan B», escrito por el destacado periodista estadounidense Seymour Hersh, trata de una estrecha alianza que se formó entre los kurdos iraquíes e Israel en los meses posteriores a la caída del régimen de Sadam Husein.
En declaraciones a Al-Ahram Weekly, Fouad Masoum, un asesor importante de Jalal Talabani, jefe de la Unión Patriótica de Kurdistán (PUK, por sus siglas en inglés) – uno de los dos principales partidos kurdos – descartó el artículo de Hersh como «sin fundamento». «No existen actividades israelíes de ningún tipo en Kurdistán», dijo Masoum. Masoum señaló que semejantes informes son manejados por «los que quieren desestabilizar Irak y presentar una visión de un nuevo orden en Irak amistoso hacia los israelíes, a diferencia del antiguo régimen»…
Otro destacado político kurdo criticó el artículo como parte de «una vil campaña contra los kurdos». El artículo de Hersh, según Mahmoud Osman del Partido Islámico Kurdo, basa sus conclusiones respecto a una alianza de los kurdos e Israel en información no verificable de inteligencia. Osman, ex miembro del ahora disuelto Consejo Gobernante Provisional (IGC), acusó a sectores que se negó a nombrar de tratar de introducir una cuña entre las poblaciones kurdas y árabes en Irak. «Quieren complicar aún más la situación kurda en Irak y envenenar la relación entre los kurdos y los árabes de Irak», dijo.
Aunque los políticos kurdos negaron que hubiera una presencia oficial de Israel en la región, ninguno pudo confirmar o negar que existan actividades de la inteligencia israelí en el área. «Después de la guerra, todas las fronteras iraquíes han sido abiertas de par en par, de manera que no es sorprendente que todos los aparatos mukhabarat (de inteligencia) de la región hayan querido tener un punto de apoyo en Irak, incluyendo a los israelíes», dijo Hamid Al- Kafae, ex portavoz del IGC.
Hersh, citando ampliamente a «fuentes de inteligencia» en Turquía, EE.UU., Europa e Israel, describió a Israel como preocupado, con preocupaciones sobre la situación en Irak que fueron desdeñadas por la administración de EE.UU. Israel se volcó, por lo tanto, hacia los kurdos para «minimizar el daño que la guerra en Irak estaba causando a su posición estratégica». Israel, según Hersh, decidió expandir su antigua relación con los kurdos de Irak y estableció lo que Hersh describió como una «importante presencia en el terreno» en la región semi-autónoma de Kurdistán. «Agentes de la inteligencia y de los militares israelíes trabajan ahora discretamente en Kurdistán, entrenando unidades de comando kurdas y realizando operaciones clandestinas dentro de áreas kurdas de Irán y Siria», afirmó el artículo.
Al solicitárseles que comentaran sobre este punto en particular, tanto Osman como Masoum negaron que los peshmerga kurdos necesitaran entrenamiento israelí. «Se han estado entrenando durante 40 años», explicó Osman, «y no necesitan que los israelíes los entrenen». No obstante, semejantes afirmaciones serán indudablemente alarmantes para los iraquíes. El desarme de los peshmerga fue eximido de una orden del primer ministro interino Iyad Allawi. Observadores iraquíes razonan que el hecho de que los peshmerga sigan siendo el único grupo armado en Irak indudablemente alimenta sospechas en el resto de la población iraquí. Mientras tanto, el artículo, continuó Osman, habla del establecimiento de bases en las áreas autónomas kurdas para controlar las actividades nucleares de Irán, «pero ¿cómo podría suceder algo así si las instalaciones iranias están en Teherán, a unos 1.500 kilómetros del área kurda?».
Exacto o no, el artículo de Hersh trae a colación preguntas sobre el actual o posible futuro papel de Israel en Irak post-Sadam. En el pasado los kurdos han mantenido continuamente su circunspección sobre su relación con Israel. Pero después de la caída del régimen de Sadam Husein hubo más de un informe, aunque no haya sido confirmado, sobre el renacimiento de los antiguos vínculos. El artículo de Hersh refuerza las sospechas de muchos sobre una íntima conexión kurdo-israelí. Informes provenientes de Irak durante los últimos meses hablan de una fuerte presencia israelí en el país, pero no hubo información confirmada sobre en qué medida Israel se involucró en la escena iraquí. Los iraquíes creen que la mayoría de los israelíes que entraron al país lo hicieron bajo cobertura estadounidense.
Numerosos periódicos árabes publicaron recientemente informes que hablan de acelerados esfuerzos de «organizaciones judías» por comprar tierras y bienes raíces en Irak. Algunos informes llegan a sugerir que esas organizaciones reivindican algunos sitios arqueológicos de importancia para la religión judía y su patrimonio en Irak. Semejantes afirmaciones, sin embargo, son descartadas por funcionarios iraquíes. Adnan Al-Asady, vice-jefe del Partido Al- Daawa declaró al Weekly que muchos informes semejantes sobre una presencia israelí en Irak son «exagerados». «Cuando aparecieron informes de que organizaciones judías compran tierra y bienes inmuebles en Irak, las fuerzas políticas y religiosas iraquíes se movilizaron rápidamente para investigarlos, pero descubrimos que carecían de fundamento», dijo Al-Asady. «Si los estadounidenses o gente de cualquier otra nacionalidad no pueden moverse libremente por Irak, ¿cómo puede hacerlo un israelí?» preguntó Al-Asady.
Aunque Al-Asady se mostró reacio a comentar sobre el artículo de Hersh en el New Yorker dijo, sin embargo, que los iraquíes han oído hablar de una íntima conexión de israelíes y kurdos durante casi 10 años. «Se ha hablado sobre un estado kurdo que se separaría del territorio iraquí desde hace bastante tiempo. También es una situación de facto ya que el área del Kurdistán iraquí ha sido independiente del gobierno central durante casi 13 años», dijo Al-Asady.
Los kurdos, por su parte, creen que saben quién está tras las filtraciones que forman la base de semejantes informes. Osman culpa a las agencias de inteligencia turcas que quieren empañar la reputación del pueblo kurdo mostrándolo como aliado de Israel. «Pienso que es Turquía la que mantiene la alianza estratégica con Israel, a pesar de las recientes declaraciones enfadadas del primer ministro turco contra Israel, creo que su alianza sobrevivirá la actual tensión porque es lo que desea el ejército turco», dijo Osman.
El martes, el ministro turco de exteriores, Abdullah Gul, advirtió a los kurdos contra «todo intento de controlar Kirkuk». Turquía, según fuentes cercanas al gobierno, está preocupada por las noticias sobre el papel de Israel en el norte de Irak. Fuentes periodísticas turcas confirmaron al Weekly que el gobierno turco ha sabido de un papel activo de Israel en la región desde hace bastante tiempo. «El gobierno turco recibió alarmantes informaciones sobre las actividades israelíes en el norte de Irak», dijo Abdul-Hamid Bilici, editor internacional del periódico Zaman, una publicación de orientación islamista cercana a círculos gubernamentales.
Bilici explicó además que una parte de la razón de las recientes tensiones en las relaciones israelíes-turcas se debe a la participación israelí en el norte de Irak. También subrayó que la percepción dentro del gobierno es que la ocupación estadounidense de Irak ha ayudado a los israelíes a lograr un fácil acceso a la región. Ante la pregunta de si la advertencia de Gul a los kurdos podría significar que Turquía estaría dispuesta a intervenir militarmente en Irak, Bilici no quiso excluir la posibilidad. «Existe una posibilidad de que Turquía podría intervenir, porque uno de los principios clave de la política turca es que el petróleo iraquí no debe ser controlado por un grupo étnico sino que todos los iraquíes deben compartirlo. Todo intento de cambiar la situación en Kirkuk provocará una enérgica reacción turca», explicó Bilici.
El artículo de Hersh apareció poco después de la publicación en la prensa árabe de informes sobre los continuos intentos de los kurdos de evacuar a residentes árabes de Kirkuk. El periódico londinense Al-Hayat informó la semana pasada sobre incidentes en los que residentes árabes de Kirkuk fueron expulsados de sus hogares. Los kurdos dicen que estaban recuperando propiedades que fueron obligados a abandonar hace dos décadas por el régimen de Sadam Husein. Al-Kafae señaló que los informes de deportaciones masivas fueron exagerados. Explicó que esos casos fueron incidentes aislados. La situación en el terreno, sin embargo, no mejora.
Esto condujo al nuevo presidente iraquí a visitar la ciudad para mitigar los temores después que Turquía advirtió el martes que se reserva el derecho de proteger a los turcomanos en Irak y que no puede permanecer en silencio ante los intentos kurdos de controlar Kirkuk. Al-Yawar expresó su firme oposición a todo cambio en la composición étnica de la ciudad. «Kirkuk es un mini-Irak», dijo Al-Yawar, «y el éxito del nuevo gobierno dependerá de la restauración de la estabilidad en Kirkuk y de que se aboque al problema étnico.