Traducido del ingles para Rebelión por J. M.
En el día de hoy, el Jewish Chronicle (JC) informó de que el número de incidentes antisemitas en Gran Bretaña en 2016 fue el más alto de la historia. Las estadísticas de la CST -Community security trust- muestran que hubo 1.309 incidentes de «odio a los judíos» el año pasado, un aumento del 36% por sobre los 12 meses anteriores.
Por supuesto, la CST no es una fuente fiable y sus lineamientos de antisemitismo han sido desacreditados varias veces. Sin embargo, si estas estadísticas son exactas, sólo demuestran que cuanto más invierte el Gobierno británico en la lucha contra el antisemitismo… más antisemita se vuelve Gran Bretaña.
Esto es bastante fácil de explicar. La lucha contra el antisemitismo es ahora una industria rentable. Todos los días nos enteramos de alguna nueva organización judía dedicada a la lucha contra el antisemitismo y de dar caza a los enemigos de los judíos y todo a expensas del contribuyente británico*.
Y como siempre en el caso de Israel y el sionismo, estas organizaciones son sostenidas económicamente por el mismo odio al judío al que tratan de oponerse. Y cuando no encuentran odio al judío lo inducen o incluso lo inventan.
Por ejemplo, hemos visto en las últimas semanas que Stephen Silverman de la Campaña Contra el Antisemitismo (CAA) ha lanzado una guerra contra la popular figura de culto David Icke. El mismo Stephen Silverman que lanzó esta guerra también lanzó otra contra la cantante Alison Chabloz por expresar sus pensamientos sobre la religión del Holocausto en forma de canción de cabaret.
Estas violentas campañas contra buscadores de la verdad británicos es poco probable que haga populares a los judíos de Reino Unido. Todo lo contrario. Ambas campañas fueron contraproducentes de inmediato: el trabajo de Alison se hizo viral y la campaña contra Icke probó solamente que la investigación de Icke sobre el sionismo de Rothschild no sólo es verdadera sino que es realmente esencial. Claramente estas campañas no van a silenciar a Icke o a Chabloz, pero van a confirmar que las instituciones judías aquí en Gran Bretaña no suscriben la noción de libertad de pensamiento ni de los derechos humanos elementales.
David Rich, Director Adjunto de Comunicación de la CST dijo al JC: «Creo que hay un clima general en lugar de una cosa específica que es responsable del aumento de los incidentes (antisemitas)».
Rich es malo. Hay un factor crucial en el aumento de la oposición a los judíos y su política: el poder judío ha perdido toda su sutileza. Ahora es crudo y vulgar y se manifiesta a la luz, ya sea si se trata de la campaña contra Jeremy Corbyn y su partido Laborista, la cruda interferencia de la embajada de Israel en la política de partidos británicos o la caza constante de los críticos de Israel. E incluso la impunidad del sospechoso pederasta Lord Janner. Y cada vez más británicos están ahora leyendo entre líneas. Han tenido suficiente.
Si el Gobierno británico está realmente preocupado por el antisemitismo lo podría eliminar en poco tiempo. Se debe despojar inmediatamente a las organizaciones judías de cualquier tratamiento y fondos especiales y se debe dejar de gastar millones en el CST y en todas las otras organizaciones paramilitares solo para judíos que actúan en el reino.
Todos estamos de acuerdo en que el racismo es algo malo, así que vamos a luchar contra él de una manera universal en lugar de seguir los caprichos de una tribu en particular.
* Theresa May, prometió recientemente asignar más de 13,4 millones de libras al año para asuntos de seguridad judíos.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.