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Cuba pone una vez más a EEUU contra la pared

Fuentes: Rebelión

Cuba, como suele hacerlo en los partidos de béisbol, volvió a poner contra la pared a Estados Unidos, tras el Primer Vicepresidente cubano, Raúl Castro, reiterar una oferta de negociaciones, sin condiciones y de igual a igual, con el régimen de Washington para resolver el prolongado diferendo entre ambos países. Algunos, incluidos la administración norteamericana […]

Cuba, como suele hacerlo en los partidos de béisbol, volvió a poner contra la pared a Estados Unidos, tras el Primer Vicepresidente cubano, Raúl Castro, reiterar una oferta de negociaciones, sin condiciones y de igual a igual, con el régimen de Washington para resolver el prolongado diferendo entre ambos países.

Algunos, incluidos la administración norteamericana y varios de sus aliados europeos, mostraron sorpresa con la más reciente propuesta de Raúl de dialogar sobre la base de la reciprocidad, no injerencia y respeto mutuo, con el propósito de dirimir el conflicto que sucesivos gobiernos de la Casa Blanca imponen a su vecina isla caribeña, con la complicidad de sus más cercanos «amigos» del Viejo Continente.

Evidentemente la memoria histórica de Washington y de sus cercanos colaboradores es bien corta porque Cuba ha mantenido siempre esa oferta de negociaciones, sin tolerar sombras a su independencia, y una y otra vez ha sido rechazada por los regímenes estadounidenses, obstinados en su idea de destruir a cualquier precio la Revolución en la mayor de las Antillas, y convertirla nuevamente en su colonia.

El propio Raúl recomendó hace algunos años, en una entrevista concedida a la prensa, que el gobierno norteamericano debería negociar con Cuba en vida del presidente Fidel Castro, porque después podría ser más complicado.

Como era de esperar, Washington hizo entonces caso omiso a la sugerencia del Primer Vicepresidente cubano y Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y continúa apostando a la muerte de Fidel, o la era postcastrista, como suelen denominarle.

Esa conducta se repitió nuevamente este fin de semana, cuando una portavoz de bajo nivel de la Casa Blanca respondió automáticamente y con la soberbia característica, imponiendo condiciones y vociferando que cualquier eventual dialogo debe ser entre los cubanos.

¿A cuáles cubanos se refirió la citada portavoz? ¿A los que desde Miami, Florida, organizan y protagonizan acciones terroristas contra su país con el financiamiento y consentimiento de Washington, o a los llamados «disidentes», quienes reciben jugosos salarios procedentes de la administración norteamericana para subvertir el orden en la Isla?

Precisamente esos terroristas y mafiosos cubanoamericanos afincados en Miami, y los mercenarios que desde dentro de la nación caribeña trabajan al servicio de Estados Unidos, repitieron de una forma u otra, como unos papagayos, las mismas declaraciones de la funcionaria de la Casa Blanca.

Nuevamente la bola de béisbol está en terreno norteamericano, y en los últimos 50 años Cuba ha sido líder absoluto en ese deporte, que por cierto no practican la mayoría de los aliados europeos de Washington.