María Mederos, coordinadora del Programa nacional de Fomento de la lectura de Cuba, impartió ayer en Tenerife un taller con el título «Cuestionando tópicos sobre la Revolución», en el cual se desgranaron algunas de las informaciones que, sobre el proceso revolucionario cubano, ofrecen los medios de comunicación occidentales y que acaban formando parte de una […]
María Mederos, coordinadora del Programa nacional de Fomento de la lectura de Cuba, impartió ayer en Tenerife un taller con el título «Cuestionando tópicos sobre la Revolución», en el cual se desgranaron algunas de las informaciones que, sobre el proceso revolucionario cubano, ofrecen los medios de comunicación occidentales y que acaban formando parte de una realidad, que no por falsa o manipulada, deja de llegar, y más aún, de condicionar a un menor número de personas en el mundo.
El taller se celebró en la sede del Comité Canario de Solidaridad con los Pueblos y fue continuación de una conferencia, realizada el pasado miércoles en el antiguo convento de Santo Domingo La Laguna, bajo el lema: «Lo que nos cuentan de Cuba» (*).
En ambas ocasiones María Mederos hizo un repaso a temas como la democracia participativa, la revolución energética, los programas sociales, o las medidas para la creación de nuevas viviendas en Cuba.
En este sentido, la coordinadora del Programa Nacional de Fomento de la Lectura de Cuba habló de la discusión colectiva de las leyes que tiene lugar en los centros de trabajo y en las asambleas populares de los barrios y » que es una práctica de la que nunca aparecen noticias en la prensa europea o norteamericana. Pero es que, de igual forma y en los mismos ámbitos, también se discute y se reflexiona sobre las decisiones vinculantes que toma el Gobierno, así como sobre los discursos de los ministros y dirigentes revolucionarios. El objetivo y la consecuencia son una misma, la elevación del nivel político del pueblo, que conoce en profundidad los procesos que afectan a su vida y puede, además, posicionarse públicamente en torno a ellos».
Batalla de Ideas e independencia industrial
Como parte de sus intervenciones, Mederos incidió en la labor que en Cuba se hace para combatir la corrupción y que está enmarcada en la conocida Batalla de Ideas, iniciada como respuesta a las contradicciones surgidas con la legalización del dólar y la introducción del turismo en la isla.
«Desde hace algunos años -dijo- se han creado escuelas de trabajadores sociales que no sólo trabajan en el terreno ideológico, sino que han cubierto, laboralmente hablando, aquellos sectores, como el del despacho de gasolina, que se habían mostrado especialmente sensibles. Al tiempo, se ha hecho frente a problemas como el de la vivienda que suponía una presión importante para las familias cubanas y se está por cumplir la terminación de 110 mil viviendas nuevas, las cuales supondrán una enorme contribución a la mejora de las condiciones de vida del pueblo. En conjunto, y creo que merece la pena resaltar el dato, la construcción de viviendas ha aumentado en Cuba un 75% y eso es avanzar mucho en un contexto hostil y de máximas dificultades como el que Cuba siempre ha tenido que afrontar».
Sin embargo, según Mederos, esas dificultades han tenido su lado amable «porque nos han hecho más previsores y han supuesto la implementación de medidas como, por ejemplo, la dotación de generadores electrógenos propios a las principales industrias del país, salvando su producción de cualquier eventualidad que pudiera ocurrir en las cinco centrales termoeléctricas que, en condiciones normales, mantienen todos los servicios (hospitales, escuelas, universidades) y abastecen a toda la población».
A modo de conclusión, para María Mederos, lo hecho hasta ahora es sólo una antesala de lo que queda por hacer. Así, «en un momento de crisis como el que vive el mundo, nosotros en Cuba, tenemos planteado el reto de lograr la soberanía alimentaría. Para eso tenemos aumentar la productividad agropecuaria y estamos dando pasos en esa materia. La producción de leche, por citar uno de los sectores en los que se trabaja, se ha puesto al cargo de cooperativas que tienen la responsabilidad de atender las necesidades de un número determinado de población. Con medidas como ésta será posible abordar problemas que se dan en otros niveles, como acabar con la doble moneda que actualmente existe en el país, sin que se produzcan fenómenos inflacionistas que alterarían de manera irremediable la economía cubana y, sobre todo, la vida de su gente».
Nota:
(*) Por causas familiares, la escritora Belén Gopegui, que debía participar en la jornada «Lo que nos cuentan de Cuba», no pudo estar en el acto, pero envió a los organizadores una nota en la que relataba que un abogado de México le había preguntado una vez a un amigo cubano: «¿Qué podemos hacer para ayudar a Cuba?».
La respuesta del cubano fue: «Hacer una Revolución».