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Cultura y Economía en Moreno Fraginals

Fuentes: Cubarte

 «Empínate», dijo Mariana Grajales al menor de sus hijos. La madre de los Maceo aludía entonces a la demanda de tomar las armas, sin mayor espera a favor de la guerra de los cubanos por su independencia de España. Pero el imperativo puede tener resonancia en otros ámbitos de la vida. En efecto, el crecimiento […]

 «Empínate», dijo Mariana Grajales al menor de sus hijos. La madre de los Maceo aludía entonces a la demanda de tomar las armas, sin mayor espera a favor de la guerra de los cubanos por su independencia de España. Pero el imperativo puede tener resonancia en otros ámbitos de la vida. En efecto, el crecimiento de la espiritualidad humana requiere el impulso renovador de constantes desafíos. Así puede traspasarse el horizonte de las tierras ya roturadas para fundamentar las bases de una pedagogía verdaderamente creativa.

Cuando me incorporé a la docencia en el Instituto Superior de Arte de La Habana, no se había cumplido todavía el primer lustro desde el surgimiento de ese singular centro de enseñanza. Mucho se experimentaba todavía en torno a programas de estudio y a enfoques didácticos. Era un proyecto en esbozo que se iba configurando sobre la marcha. la atmósfera contenía una carga de tensiones que dimanaba de la coexistencia de personalidades descollantes en el entorno de la cultura y de la cultura y de la creación artística, portadoras de ideas bien definidas y, a la vez, contradictorias en muchos aspectos. Manuel Moreno Fraginal era, sin dudas, una de ellas.

Reconocido ya como El ingenio, texto fundacional de nuestra historiografía contemporánea, los rasgos heréticos de su conducta y su pensamiento no encontraron acomodo en los centros rectores de la enseñanza de la historia. Excelente comunicador, algo ególatra, sometido a los vaivenes de frecuentes viajes, atendía de manera irregular sus cursos de pregrado. Integraba con algunos colegas más jóvenes un equipo de cultura cubana que me estaba subordinado en mi condición de decana de la Facultad de Artes Escénicas.

Resultaba difícil para mí orientar el trabajo de un hombre que me superaba en años, en experiencia de vida y en trayectoria intelectual. A pesar de sus investigaciones en otro campo, conservó siempre vínculos con el mundo del arte por vía de la amistad y de su disfrute personal. Se aventuró a escribir un prólogo para Oppiano Licario de Lezama. Su entrañable cercanía al musicólogo Odilio Urfé contribuyó a familiarizarlo con los temas de la música popular. Por todo ello, sentí auténtico interés en conocer sus enfoques acerca de la historia de la cultura cubana. Discrepaba de la concepción predominante hoy todavía en nuestro centros de educación superior, consistente en una mera yuxtaposición de acontecimientos relacionados con la literatura, las artes visuales, las escénicas y la música.

Moreno Fraginals, en cambio, colocaba el acento en la dimensión social y en el desarrollo de una cultura material. Partiendo de la base económica, sus investigaciones se dirigían a esclarecer el complejo entramado constitutivo de las mediaciones interactuantes en el seno de la sociedad. Coincidía con Juan Pérez de la Riva en subrayar el crecimiento divergente de las dos zonas de la Isla. Por circunstancias geohistóricas, occidente se volcó hacia los servicios mientras el oriente mantuvo su apego fundamental a la tierra. Ese análisis contribuye a iluminar los antagonismos clasistas, el modo de pensar de las capas intelectuales, la evolución de las relaciones interraciales y el arduo proceso por el que va madurando la conciencia nacional. La razón económica subyace en el trasfondo, pero no actúa de manera mecánica. Del complejo magma social, en constante recomposición, surgen los textos de la creación artística, se forjan las ideas moldeadas por las personalidades dominantes de la época y los ritmos populares socavan las formas canónicas traídas de Europa. En el fragor de las contradicciones, va creciendo la nación.

La memoria de los días en que se renovaba la perspectiva acerca del proceso histórico se reactiva a partir de la reciente publicación por Ediciones Unión de la Órbita de Manuel Moreno Fraginals, selección de algunas de sus páginas más significativas a cargo del historiador Oscar Zanetti. El compendio ofrece la oportunidad de recircular ideas, de valorar la pertinencia del instrumental utilizado por Moreno y de poner al alcance de los intelectuales más jóvenes un conjunto de temas provocadores y, por tanto, abiertos al debate necesario. Entre las múltiples lecturas posibles, viabilizan el acercamiento al panorama ideológico incentivado por el triunfo de la Revolución y estimulan a repensar la compleja dialéctica de la historia imprescindible para entender el mundo en que vivimos. La clave está en desentrañar el intrincado rejuego de relaciones desencadenado en el planeta a partir de su ingreso en la modernidad con el descubrimiento de América.

Desde la colonización Cuba se inscribe en ese contexto mundial signado por la economía de plantación y la dependencia respecto al comercio exterior, tal y como sucede en el más cercano ámbito caribeño, que habrá de ser, por la presencia de múltiples factores, uno y diverso. Así se configura un destino de larga duración, aún reconocible en la realidad contemporánea.

Con estas coordenadas y la consiguiente aparición de una sacarocracia sustentada en la esclavitud africana, Moreno delinea algunas propuestas para el acercamiento al delimitado entorno literario. Propone una relectura de Espejo de paciencia y algunos apuntes para la valoración de El Conde Alarcos. En este último caso, matiza la visión establecida sobre el gran éxito teatral de José Jacinto Milanés, una de las más conmovedoras figuras de nuestras letras. Por estas y otras razones, regresar a Moreno constituye un poderoso estimulante, sobrepasadas ya las polémicas de otrora, para el ejercicio del pensar.  

Fuente:http://www.cubarte.cult.cu/paginas/actualidad/conFilo.php?id=14610