Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Las primeras horas del pasado domingo por la mañana fueron testigo de los intensos bombardeos lanzados por los aviones de combate rusos y del régimen sirio sobre la ciudad siria sureña de Umm al-Mayadhin, en la zona oriental rural de la capital de la provincia, Daraa, así como sobre varias barriadas de esta misma ciudad. Poco después, las fuerzas del régimen asaltaban y tomaban Umm al-Mayadhin, a la vez que conseguían importantes avances sobre el frente de la ciudad de Daraa, obteniendo el control de la base de la Brigada de Defensa Aérea y su estratégica colina al oeste de la ciudad, cortando así la denominada «ruta de la guerra«, que conecta las zonas rurales del este y oeste de Daraa que están bajo control de la oposición, y asediando las barriadas de esa ciudad que asimismo controla la oposición y las llanuras que se extienden desde esas zonas hasta la frontera jordana.
A estos sucesos les siguió una pausa que duró alrededor de dos días a partir del anuncio del viernes de un acuerdo de alto el fuego alcanzado entre los rusos y una delegación de las facciones de la oposición, conocida como Sala de Operaciones Centrales en el Sur, que emitió un comunicado explicando las duras circunstancias que les obligaban a firmar ese acuerdo, solicitando la tutela de la ONU para verificarlo y el cumplimiento de sus condiciones. Se suponía que el acuerdo se implementaría en una serie de etapas en las que se irían incorporando varias medidas, como la retirada del régimen de ciertas aldeas que ha tomado y el traspaso gradual de armas pesadas y medianas por parte de las brigadas de la oposición, así como la garantía de un retorno seguro para los desplazados internos. De estas etapas, se ha llevado a cabo sólo la primera, que consistió en la entrega al régimen de Asad del cruce fronterizo con Jordania de Nasib, controlado por la oposición.
Durante este período de calma, algunas decenas de miles de civiles desplazados a lo largo de la franja fronteriza jordana comenzaron a regresar a sus regiones de origen; las agencias de noticias informaron de que el número de repatriados superaba los 60.000. Sin embargo, una de esas personas desplazadas le dijo a Al-Jumhuriya que muchos de esos civiles no se dirigían a sus aldeas, ahora ocupadas por fuerzas del régimen, sino a la provincia de Quneitra, en el oeste, que alberga ya a la mayor cantidad de personas que huyeron de los bombardeos y de una campaña militar más amplia que el régimen lanzó el mes pasado.
El acuerdo incluía también el desplazamiento opcional de los integrantes de las facciones de la oposición y de sus familias que desearan dirigirse hacia el norte, a la provincia de Idlib, aunque la reanudación de la batalla y los bombardeos pusieron fin a ese proceso, que debía comenzar el domingo por la mañana desde la barriada de Sijna en la ciudad de Daraa. Aunque la Sala de Operaciones Centrales no ha emitido ningún comunicado sobre las últimas violaciones del régimen, ni sobre los detalles del cumplimiento del acuerdo y la etapa a la que se llegó, parece que la situación en la provincia de Daraa amenaza con una desunión creciente en el campo de la oposición. La delegación negociadora ha regresado ya a Jordania, donde tiene su sede. Mientras tanto, los últimos desarrollos sobre el terreno ponen en peligro a las facciones de la ciudad de Daraa, ya que las fuerzas del régimen están consiguiendo romper las defensas que se habían mantenido firmes durante mucho tiempo en la colina de la Brigada de la Defensa Aérea, y están también avanzando a lo largo de la zona fronteriza jordana a partir del cruce de Nasib, del que se apoderaron hace dos días.
Al oeste, las fuerzas del Ejército Sirio Libre, así como otras de Hay’at Tahrir al-Sham, se enfrentaron al ejército del régimen en la provincia de Quneitra, donde un grupo de facciones (*) de la franja rural occidental de Daraa anunciaron en un comunicado la formación de «Yaish al-Yanub» («El Ejército del Sur»), pidiendo a la gente de la zona que tomara las armas en masa, afirmando que «nuestra decisión es combatir por nuestra dignidad y nuestra tierra». Se cree que el anuncio de esta nueva formación indica el debilitamiento del papel del liderazgo habitual de Daraa tras el último acuerdo, y que la zona está entrando en un estado de desintegración a favor de una toma de decisiones más local por parte de actores más estrechamente vinculados a las ciudades y regiones circundantes.
Los hechos acaecidos sobre el terreno en la mañana del domingo revelan el deseo de Rusia y del régimen de Asad de infligir el máximo daño posible a las facciones de la oposición presentes en la ciudad de Daraa, cuyas capacidades fueron la carta principal que tuvo la oposición durante las negociaciones con los rusos tras haber librado feroces batallas en los últimos años en las que se mantuvieron firmes contra los continuos ataques del régimen y miles de ataques aéreos rusos.
Parece claro que Moscú está decidido a implementar el escenario de una toma completa de Daraa por parte del régimen y sus aliados, sin proporcionar ninguna concesión auténtica, y que el resultado probable de todo esto va a ser el aumento en el número de personas que opten por el desplazamiento hacia el norte si la única alternativa es permanecer en un territorio controlado por el régimen sin garantía alguna. Además, ahora puede que haya mayores posibilidades de que el régimen ejecute una solución militar en la zona rural occidental de Daraa y Quneitra, de forma parecida a lo que acaba de suceder en las últimas semanas en la zona oriental, confirmando todo ello la existencia de un acuerdo ruso-israelí para entregar la zona al régimen de Asad a cambio de garantías rusas sobre el movimiento de las milicias de Irán en la misma.
Por otra parte, lo que no parece estar claro es el destino de los cientos de miles de civiles y miles de combatientes de la oposición en Daraa. Lo único cierto es que no se pueden conseguir garantías serias de Rusia con respecto a su destino, y que el mundo en general les ha dado la espalda, felices de verlos rendirse completamente ante Rusia o de que les desplacen hacia el norte en un momento en el que los combates de las facciones de la oposición, cada vez más debilitadas y divididas, parecen tener poco valor si se tiene en cuenta que el régimen no avanza tras sus victorias en batallas terrestres, sino después de que la fuerza aérea rusa ha arrasado ciudades y pueblos enteros.
Nota:
(*) El Ejército del Sur está compuestos por los grupos de Yaysh al-Ababil; las Brigadas de Yaydur Hawran; Yaysh al-Zawra en la zona de Yaidur; la Sala de Operaciones «Wa’tasimu»; los Consejos Militares de al-Hara y Tasil y otras facciones .
(Este artículo se publicó originalmente en lengua árabe el 9 de julio de 2018. De su traducción al inglés se encargó Alex Rowell.)
Fuente: https://www.aljumhuriya.net/en/content/daraa-under-siege-russia-resumes-bombardment
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