Dawabeh, el niño de 5 años al que los sionistas le quitaron a sus padres y hermano, ha venido con sus abuelos invitado por el Real Madrid. Pero ese gesto humanitario no puede hacer olvidar que ninguna autoridad política de ninguna instancia del Estado ha manifestado solidaridad con el niño palestino: Nadie pregunta dónde se […]
Dawabeh, el niño de 5 años al que los sionistas le quitaron a sus padres y hermano, ha venido con sus abuelos invitado por el Real Madrid. Pero ese gesto humanitario no puede hacer olvidar que ninguna autoridad política de ninguna instancia del Estado ha manifestado solidaridad con el niño palestino: Nadie pregunta dónde se encuentran los asesinos, por qué el gobierno israelí esconde su responsabilidad, por qué no se detiene a esos ministros y religiosos sionistas que alardean de haber asesinado a palestinos o llaman a asesinar a las madres y a cualquiera que vean cerca de ellos, por qué el gobierno español permite que no pueda avanzar la denuncia para que se detenga a Netanyahu.
El pequeño palestino Dawabeh es un niño que dormía en su casa junto al resto de su familia, y en las paredes de su casa los sionistas escribieron y pintaron, como hacían los nazis para indicar dónde vivían judíos. Conocemos los resultados de la acción llevada a cabo por aquellos, y conocemos los resultados de la acción llevada a cabo por estos, y los resultados igualan a los autores israelíes con los nazis. En Palestina los sionistas son los autores de miles de crímenes, tantos que las instancias internacionales han declarado que sus autores son genocidas, que cometen crímenes que no prescriben, y por tanto deben ser perseguidos allí donde vayan.
El niño que llega malherido, pero vivo, sí, se les escapó, viene a disfrutar unos días entre nosotros, aunque está pasando como una curiosidad cuando debería levantar en todas partes una salutación calurosa de solidaridad, y de condena de los criminales inspiradores y de quienes los ejecutan. Eso es terrorismo de Estado. Los colaboradores, como el gobierno español, el gobierno de EEUU, los gobiernos de Europa, todos los que mantiene acuerdos de contraprestación con ese ente racista, colonialista, genocida, debían estar recibiendo un grito de ira ante cada crimen israelí para terminar con su equidistancia.
Dawabeh, el niño de 5 años es el ejemplo. ¿Dónde encontramos el compromiso del gobierno de esta ciudad o de otras, de los gobiernos de los países democráticos, en qué juzgado, en qué organismo internacional deciden y hacen, qué medidas han tomado? ¿Le ocurre lo mismo a la Autoridad Nacional Palestina desde los Acuerdos de Oslo en los que se comprometía con el ente colonial ha ejercer de policía contra su pueblo?
Debe saber usted que los niños y las niñas en Palestina tienen un grado de conciencia de la realidad que Israel llega a temerlos: hay cientos bajo detención «administrativa», hay otro grupo que tienen penas hasta de 15 años de cárcel, desde el mes de Octubre hasta el mes de Marzo los israelíes han asesinado a más de 200 palestinos entre los que se encuentran muchos niños y niñas…
Dawabeh es la imagen de cuantos niños y niñas palestinas viven en Jerusalén, Cisjordania, Gaza… Estados, fuerzas políticas, económicas, jueces, llevan perdidos 67 años, ¿cuando van a hacer cumplir las resoluciones de la ONU, cuando van a ser consecuentes con lo que han firmado sobre Derechos Humanos en la ONU, en las cuatro Conferencias de Ginebra, en los Tribunales Internacionales?
Dawabeh, niñas y niños bajo el terror de Israel, hay futbolistas que os reciben con los brazos abiertos, son una pequeña parte de la expresión solidaria de los pueblos para con vosotros, que sois la semilla y el futuro de Palestina.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», «Dietario de crisis», y y «Gaza 51 días», y presidente de Amane, Asociación Europea de Cooperación Internacional y de Estudios Sociales.
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