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Palestina

De 21 a 10 de un solo golpe

Fuentes: Rebelión

Gaza City, Gaza, Palestina   Esta noche he visitado a Ziad Deep, un joven fotógrafo palestino de 27 años. Ziad vive en Jabaliya Camp, el mayor campo de refugiados del mundo, situado en la ciudad de Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza. En el campamento es hacinan más de 240.000 personas.   […]

Gaza City, Gaza, Palestina

 

Esta noche he visitado a Ziad Deep, un joven fotógrafo palestino de 27 años. Ziad vive en Jabaliya Camp, el mayor campo de refugiados del mundo, situado en la ciudad de Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza. En el campamento es hacinan más de 240.000 personas.

 

En Jabaliya se inició la Primera Intifada. Es una zona forjada a fuego en la Resistencia contra el terrorismo sionista. Durante la masacre cometida por Israel contra la población de Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009 -la llamada Operación Plomo Fundido- los habitantes de este lugar sufrieron especialmente la acometida. Los bombardeos sobre las viviendas de Jabaliya fueron incesantes. La gente que perdió sus casas o temía nuevos ataques se refugió en la escuela Al Fajura, gestionada por la Agencia de las Naciones Unidas para las Personas Refugiadas de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés).

 

Cerca de un millar de vecinos buscó cobijo en esta escuela, pensando que al estar bajo el amparo de la ONU estarían seguros. Fue un error tremendo. El edificio fue blanco de los bombardeos aéreos y de tanques, a pesar de que estaba claramente identificado con la bandera azul del organismo mundial. Además, las fuerzas armadas sionistas contaban con todas las coordenadas de las escuelas y refugios de la Franja. El resultado: más de 50 muertos y casi 200 heridos.

 

La casa de la familia de Ziad está a unos 50 metros de la escuela AlFajura. En enero de 2009, en plena embestida sionista, fue bombardeada por la aviación israelí. Fueron asesinados su padre, tres hermanos, cinco sobrinos, su abuela y una tía. Zaid perdió las dos piernas.

 

En un solo ataque criminal, terrorista e inhumano, Sionista, en definitiva, la familia de 21 miembros de Ziad quedó reducida a sólo diez. Algunos de ellos sufrieron lesiones que les impiden llevar una vida relativamente normal. Esta es la vida en Gaza. El pueblo está pagando su ‘crimen’: pertenecer a una tierra ocupada ilegalmente por una entidad que se declara la representante del «pueblo elegido» y mantenerse inquebrantables en su intención de no abandonar el lugar que les vio nacer. Todas las personas palestinas con las que he hablado están comprometidas en explicar a sus hijos e hijas dónde estaban las tierras de su familia, a luchar por recuperarlas y a adquirir el compromiso de que se transmita de generación en generación hasta conseguir la liberación de Palestina. Sólo el apoyo de los gobiernos títeres y lacayos permite a la entidad sionista llevar a cabo sus crímenes con total impunidad. Debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para conseguir que esto cambie y que nuestros gobiernos no sean los cómplices necesarios para que exista un régimen tan fascistas, racista y terrorista como el israelí.

 

Manu Pineda es activista de la organización malagueña Asociación Unadikum

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.