Crónica histórica, Madrid mayo 1808: El Levantamiento del Dos de Mayo, sucedido en 1808, es el nombre por el que se conocen los hechos acontecidos en aquel año en Madrid (España), producidos por la protesta popular ante la situación de incertidumbre política derivada tras el Motín de Aranjuez. Posteriormente a que se reprimiera la protesta […]
Crónica histórica, Madrid mayo 1808: El Levantamiento del Dos de Mayo, sucedido en 1808, es el nombre por el que se conocen los hechos acontecidos en aquel año en Madrid (España), producidos por la protesta popular ante la situación de incertidumbre política derivada tras el Motín de Aranjuez. Posteriormente a que se reprimiera la protesta por las fuerzas napoleónicas presentes en la ciudad, por todo el país se extendió una ola de proclamas de indignación y llamamientos públicos a la insurrección armada, que desembocarían en la Guerra de Independencia española. El pueblo de Madrid cada 2 de mayo rinde homenaje a los caídos contra el ocupante francés, ese día de cada año es fiesta y se les glorifica como héroes nacionales.
Crónicas periodísticas, Jerusalén enero 2017: domingo 8 de enero, un camión embistió contra un grupo de soldados en Jerusalén y provocó al menos cuatro muertos y 15 heridos. Uno de los atentados más letales de los últimos meses. Es el primer ataque palestino en la Ciudad Santa de este año, del que las autoridades israelíes apuntan de forma clara y pública a un terrorista. El conductor proviene de Jerusalén Este y fue abatido luego de girar repentinamente y lanzar su vehículo sobre uniformados que estaban bajando de un autobús.
En 1808 la comunidad internacional se formaba en alianzas y contra alianzas, nada diferente al día de hoy de 2017, entonces unos se declaraban a favor del imperio napoleónico y otros en contra (los intereses mandan). Hoy a pesar de las alianzas y contra alianzas, la comunidad internacional se pone de acuerdo para calificar la ocupación de un territorio ajeno; de ilegal. La última resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, así lo dejaba bien claro, señalando a los asentamientos sionistas en Palestina, como violación de los derechos internacionales. Los territorios ocupados de Palestina son habitados por 5,5 millones de personas, es aproximadamente la misma población de la región de Madrid hoy. Dicha población, como antaño la madrileña, se levanta contra la potencia ocupante (reconocida así por las leyes internacionales).
El Levantamiento del Dos de Mayo de la población de Madrid, fue contra soldados napoleónicos, las crónicas hablan de personas civiles, generalmente campesinos oprimidos por el ocupante, salieron armados con: dagas, navajas, rastrillos y algún arma de fuego, atacando a los soldados en las calles e incluso en cuarteles. Estos «héroes» no fueron armados con ramos de flores ni daban besos a los soldados, utilizaban sus armas letales para «dar matarife» a los ocupantes.
El levantamiento palestino conocido como Intifada, es protagonizado por la población palestina y en especial por jóvenes que no ven ninguna luz para su futuro, truncado por la ocupación sionista. Estos «terroristas» se enfrentan a los soldados sionistas en las incursiones de esos últimos en sus barrios de residencia, generalmente son de refugiados de la Palestina usurpada en 1948, también atacan a soldados en los puestos de control, que dividen las ciudades por barrios y las carreteras interurbanas, donde los palestinos son sometidos a vejaciones y maltratos que los soldados les infringen. Estos ultrajes son denunciados por miles de informes de organismos internacionales y de ONGs.
No soy quien para declararme aferrado a la doctrina de Mahatma Gandhi, tampoco de nuestro señor Jesucristo, para poner la otra mejilla, aunque rechazo todo tipo de violencia. Pero al parecer las mismas leyes internacionales justifican los actos violentos en casos concretos como el derecho a utilizar todo tipo de resortes de un pueblo para liberarse de una ocupación, incluso la ONU la utiliza, autorizando el uso de fuerzas contra países que violan las leyes internacionales, sin olvidarnos que también por «buena» o mala intención, se ha condenado a todo un pueblo como el de Iraq, a volver a «la Edad de la piedra» con acciones militares «autorizadas» y matar a cerca de dos millones de inocentes civiles. Además y según las leyes naturales y legales, en la defensa propia se admite la contra ofensiva, es decir, si ves que tu vida corre peligro, puedes frenar la de tu agresor con todos los medios a tu alcance. La excepcionalidad que no admite la doctrina de Gandhi, debe ser también, la que se aplique en la cuestión de los «héroes» del Dos de mayo y los jóvenes «terroristas» de las Intifadas, si es que estamos ante una visión mesiánica de la justicia.
Ante la violencia o el pacifismo, podemos situarnos contemplando cómo se le juzga a un pacifista palestino Issa Amro. Amro es fundador y director de la organización Jóvenes Contra los asentamientos (declarados ilegales por la comunidad internacional). Su estrategia, inspirada en personalidades como Nelson Mandela, Martin Luther King o Gandhi, lo hizo una persona conocida dentro y fuera de Hebrón-Palestina. Issa Amro ha sido declarado defensor de los derechos humanos por la Unión Europea y por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Pero la justicia militar sionista, que tiene potestad en Cisjordania (ocupada desde 1967), le abrió un juicio y ha presentado 18 cargos contra él por incitación a la violencia. Una crónica-entrevista «El pacifismo palestino, en el banquillo de los acusados» de la periodista Beatriz Lecumberri, lo retrata muy bien.
El periodista Joan Cañete en su último artículo «La montaña de las tumbas», publicado en el diario Público, a propósito del atacante a soldados en Jerusalén, dice: «La suya es una típica historia de Jerusalén, un caso más de esa vasta red de violencias que causa la ocupación.»
En el mismo término la periodista israelí Amira Hass en su artículo «Los palestinos están luchando por sus vidas, Israel está luchando por la ocupación», dice: «La guerra no se inició el pasado jueves, no comienza con las víctimas israelíes y no termina cuando no hay israelíes asesinados. Los palestinos están luchando por su vida, en el sentido pleno de la palabra. Nosotros, los israelíes estamos luchando por prevalecer como una nación de patrones, en la peor crueldad del término.»
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.