Por contados kilómetros del pueblo donde nací, un travesti -que no transexual como dicen algunos– acaba de ser elegido delegado (concejal) del gobierno a la instancia municipal. País tan machista como el nuestro y en el que esta opción de vida ha causado más de un desvarío gubernamental en otras épocas, lejos de constituir un […]
Por contados kilómetros del pueblo donde nací, un travesti -que no transexual como dicen algunos– acaba de ser elegido delegado (concejal) del gobierno a la instancia municipal. País tan machista como el nuestro y en el que esta opción de vida ha causado más de un desvarío gubernamental en otras épocas, lejos de constituir un bochorno personal, le abre las puertas a Cuba para formar parte de los más avanzados en esta problemática internacional.
José Agustín Hernández , más conocido como Adela, tiene 48 años de edad, fue tractorista, actualmente es presidenta de su Comité de Defensa de la Revolución, y actualmente trabaja como técnico en electrocardiogramas en un hospital de la municipalidad de Caibarién, al norte de la provincia de Villa Clara, antes famosa por sus cangrejos moros y hoy día por la excelencia de las playas que conforman la cayería norte de la isla.
Adela, por el nombre que antaño recibió el central azucarero de donde es originario y que se encuentra cercano al poblado de Buenavista, y que hoy es también refinería donde se elabora el ron Mulata.
Cuentan los despachos que José Agustín o Adela, aventajó en más de cien votos a sus dos contrincantes miembros del gobierno y que a la primera sesión del gobierno municipal pidió prestado atuendo varonil para asistir al evento donde se discutía el presupuesto de la región.
Si en lo adelante optará por igual decisión, lo dudo. A Adela habrá que aceptarla tal y como es, con sus senos de silicona y sueños de mujer desde la propia infancia, pero también con el propósito de sacar la cara y por qué no también el pecho por sus electores.
Si algún día llegase a la cúspide parlamentaria de la nación, le cabría el honor de defender y representar a una minoría que ha experimentado un cambio en los últimos años gracias a la labor de Mariela Castro, hija del Presidente de la República, y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), quien entre sus múltiples actividades, organizó en este verano una multitudinaria marcha por el orgullo gay en una de las zonas más céntricas y concurridas de la capital cubana.
Al menos, para Adela, ese es el camino hacia el Parlamento. No hay otro.
Fuente: http://progreso-semanal.com/ini/index.php/cuba/6244-de-travesti-a-concejal