Cuando el 17 de diciembre de 2010 un joven licenciado tunecino, Mohamed Bouazizi, se inmoló presa de la desesperación después de que una mujer policía le secuestrara las verduras que venía para cubrir dignamente las necesidades de su familia, ¿quién habría imaginado que su gesto iba a conmocionar el corazón de millones de personas, a inflamar Túnez, a provocar un mes después la huida de Ben Ali y la caída de su régimen, a liberar a pueblos enteros de sus miedos y a llevarlos a la revuelta? Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Los manifestantes queman la sede del Partido Nacional Democrático (PND) en El Cairo (Foto: AFP)
Bouazizi ya no es de este mundo. Ya no sufre. Que su alma encuentre la paz. Pero su inmenso sacrifico ha abierto las puertas de la esperanza a millones de personas en unos países en los que el horizonte parecía completamente cerrado. Personas que en Argelia, en Jordania, en Yemen, en Egipto han encontrado en Bouazizi y en su trágico gesto la fuerza de expresar con valor la cólera acumulada durante mucho tiempo contra unos dirigentes deshonrados…
Si se ha podido desplegar esta revolución (que se está llevando a cabo) con estas dimensiones extraordinarias, desde luego es porque en muchos países árabes el resentimiento popular acumulado contra regímenes tiránicos y corruptos es un barril de pólvora que sólo esperaba una chispa para explotar.
Millones de personas de todo el mundo que no soportan la injusticia y el asalvajamiento de sus sociedades ha contemplado con esperanza, con inquietud [1], con admiración estas concentraciones de egipcios desafiar, a pesar del miedo, del cansancio y del gas asfixiante, a los policías de uniformes negros o de civil, y lograr en sólo unos días hacer vacilar el brutal régimen que dura ya treinta años de Mubarak, el gran aliado de Israel.
En este 30 de enero de 2011, todos los ojos están puestos en estos millones de egipcios que, conteniendo la respiración, están desafiando el poder en El Cairo, en la plaza Tahir Square, y en otras ciudades.
Sí, el mundo contiene la respiración porque, tras los sacrificios consentidos (cientos de muertos, miles de heridos graves), el régimen de Mubarak, apoyado militarmente por Estados Unidos, piensa en salvar los muebles nombrando a Omar Souleiman [2] vice-presidente y posible sucesor. Ahora bien, esta nominación está cargada de peligros.
Es el momento de que los gobiernos de las grandes potencias «democráticas» que apoyan a estos regímenes dictatoriales rindan cuentas a sus propios pueblos porque sin el apoyo que se les ha dado en nombre de la política real, en nombre de la lucha contra el «peligro islámico«, estos dictadores nunca hubieran podido reinar durante años y reprimir a sus pueblos.
Unas grandes potencias que, hay que recordarlo, oficialmente sólo hablan de la defensa de los derechos humanos y de la «democracia«, pero se apresuran a liquidar la democracia o a ponerla en cuarentena cuando ésta no produce los resultados que les convienen, como vimos en 1992, cuando el ejército argelino, apoyado por los países occidentales, interrumpió (con todas las consecuencias dolorosas que tuvo para el pueblo argelino [3]) el proceso electoral que vio al Frente Islámico de Salvación ganar la primera vuelta de las elecciones legislativas del 26 de diciembre de 1991. Como lo vimos cuando estos mismos gobiernos occidentales marginaron a Hamás cuando éste ganó las elecciones legislativas del 26 de enero de 2006 tras un escrutinio que se reconoció que había sido absolutamente honesto.
Llenos de asco y de vergüenza vimos, vemos, como pasaba todo esto.
También en Occidente hay una enorme cólera en el corazón de la gente que no acepta ver a unas autoridades manipular a la opinión pública y a los periodistas mentir en relación a los verdaderos retos de nuestro tiempo.
La propaganda que tiene por objetivo suscitar miedo esgrimiendo la «amenaza del integrismo islámico» ya no convence. Por ello quienes quieren comprender cuáles son los verdaderos retos saben en este momento ir a buscar a Al-Jazeera o PressTV [4] las informaciones no filtradas, sin querer ofender a los detractores de estas cadenas.
Hoy miles de personas de todo el mundo se comunican, se comprometen voluntariamente para contrarrestar la desinformación y escribir, traducir, difundir incansablemente por la red de la contrainformación. Trabajan con ahínco para construir unas redes de solidaridad con los pueblos amordazados y decirles: vuestra lucha es la nuestra.
La gente no es ingenua. Ve con hastío a los propagandistas amigos de Israel entregarse a las manipulaciones para engañar a la opinión pública, poner grito en el cielo, como ocurrió en junio de 2009, cuando se eligió para un segundo mandato al presidente iraní Ahmadinedjad con un 62,6% de los votos [5] y perdió el candidato apoyado por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Ahora bien, nunca hemos visto a estos agitadores (como Bernard-Henry Lévi y Alexandre Adler en Francia) ni a los dirigentes de estos Estados en guerra contra el mundo rechistar cuando se anunciaron los astronómicos resultados obtenidos por Hosni Mubarak durante sus sucesivas reelecciones ni ante la escandalosa manipulación de las elecciones legislativas egipcias en noviembre-diciembre 2010 [6].
Si Estados Unidos es el principal apoyo financiero y militar del régimen de Hosni Moubarak (considerado junto con Jordania el aliado más seguro de Israel), Francia ya no se le queda a la zaga desde la llegada al Elíseo de Nicolas Sarkozy. En visita oficial a El Cairo en diciembre de 2007 declaró:
«En primer lugar quisiera señalar lo contento que estoy de estar en Egipto, al lado del presidente Mubarak. Este es nuestro tercer encuentro, puesto que lo había recibido en París en agosto, tuve la ocasión de tener una larga entrevista con él en Charm el-Cheikh y otra hoy. Bernard Kouchner, ministro de Asuntos Exteriores, ya ha estado en dos ocasiones en El Cairo. Esto significa hasta qué punto Francia considera esencial el papel de Egipto y capital el papel del presidente Mubarak, no sólo para los asuntos de la región que él conoce perfectamente, sino también para esta cuestión fundamental para el futuro del mundo que es un diálogo entre Oriente y Occidente y que es una cuestión absolutamente fundamental.
Quisiera decir al presidente Mubarak lo mucho que aprecio su experiencia, su sabiduría y la visión moderada que tiene sobre las grandes cuestiones en las que privilegia el dialogo, el consenso, el encuentro en una región que necesita paz y que no necesita guerra. Para Francia Egipto es un socio esencial y el presiente Mubarak es un amigo para nosotros. (…) Siempre he asumido mis responsabilidades, apoyo a un gobierno que lucha contra el terrorismo y le he dicho al presidente Mubarak que necesitamos dirigentes de grandes naciones como la nación egipcia que sean dirigentes moderados, no en su amor a Egipto, sino en la comprensión de los problemas de la región. Francia estará del lado de aquellos que luchan contra el terrorismo y la barbarie (…)» [7].
Durante su conferencia de prensa desde el Palacio del Elíseo en enero de 2008 Nicolas Sarkozy fue aún más claro: «Hay que ayudar al señor Mubarak en Egipto (…) porque ¿qué queremos ahí, a los Hermanos Musulmanes?» [8].
Como en el caso de Túnez, la estrategia que consiste en suscitar el miedo al «terrorismo» islámico ha cegado a los dirigentes occidentales ante el sufrimiento y las aspiraciones reales de libertad de estos pueblos.
No han visto que fuera a venir nada.
No han comprendido que en muchos países, también en nuestros países europeos, muchas personas ya no compran los periódicos, ya no se fían en absoluto de los telediarios, ya no son tan permeables a la versión oficial de la historia que arrojan los medios de la clase dominante y encuentran en internet una información libre.
Tel Aviv quiere creer en la supervivencia del régimen de Mubarak: «Asistimos a un terremoto en Oriente Próximo. Pero creemos que el régimen es lo bastante fuerte y que Egipto va a superar la actual oleada de manifestaciones. (…) Está en el interés fundamental de Egipto mantener sus relaciones privilegiadas con Occidente y el mantenimiento de la paz con Israel se inscribe en esta óptica», declaraba un ministro del gobierno Netanyahu que exigía el anonimato [9]. Pero, Benjamin Netanyahu ha pedido ahora a sus ministros que no hagan comentarios a los medios sobre lo que está ocurriendo en Egipto, lo cual es un signo de su inquietud.
Teniendo en cuenta la importancia fundamental del Egipto en el tablero de Oriente Próximo y teniendo en cuenta los medios de represión de este régimen al que Israel ha contribuido enormemente a reforzar con la ayudad de gran cantidad de consejeros y de agentes secretos, la prueba de fuerza será, como se ha visto y lo deploramos, mucho más dura de lo que ha sido hasta el momento en Túnez.
Porque, como confesó ingenuamente el vice-primer ministro israelí Silvan Shalom, «un mundo árabe democrático (…) estaría gobernado por una opinión pública generalmente opuesta a Israel» [10].
Notas:
[1] Unos testigos afirmaron haber visto a policías participar en los saqueos. Estos provocadores, sin duda enviados por el régimen, sirven para provocar miedo y permitir a Mubarak decir que los oponentes son unos vándalos que «destruyen lo que él ha construido».
[2] Se considera a Omar Suleiman un torturador que inspira el terror absoluto, también a los ojos de los palestinos que se oponen al ocupante israelí y a la dirección de Ramala. Vinculado al Mossad, contribuyó a la liquidación de muchos patriotas palestinos.
[3] Véase: «Argelia, los años de sangre y las complicidades de Francia», Silvia Cattori, 26 de octubre de 2010, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=115501
[4] Como atestiguan las fundamentales informaciones divulgadas por Al-Jazeera sobre los entresijos del supuesto «proceso de paz» israelo-palestino. Véase: «Proche-Orient: Des documents secrets révèlent la lente mort du processus de paix«, 24 enero de 2011.
[5] Frente al 33,7% de su oponente principal Mir Hossein Moussavi; la participación ascendió al 85%. Véase también al respecto: «Las elecciones iraníes: el timo del robo electoral», James Petras, 21 de junio de 2009, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=87342
[6] Véase: «Estados Unidos es responsable de la farsa de las elecciones egipcias», Khalid Amayreh, 2 de diciembre de 2010, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=117803&titular=estados-unidos-es-responsable-de-la-farsa-de-las-elecciones-egipcias-
[7] «VISITE OFFICIELLE EN EGYPTE POINT DE PRESSE CONJOINT DU PRESIDENT DE LA REPUBLIQUE, M. NICOLAS SARKOZY, ET DU PRESIDENT DE LA REPUBLIQUE ARABE D’EGYPTE, M.HOSNI MOUBARAK PROPOS DE M SARKOZY«, 30 de dicembre 2007
[8] A propósito de estos comentarios Youssef Nada (financiero y político egipcio, condenado in absentia y sin fundamento por un Tribunal Especial Militar a las órdenes de Hosni Moubarak) nos decía durante una entrevista en 2008: «Si Sarkozy dice que apoya a Mubarak, muy bien, eso indica que le gusta la dictadura. Eso quiere decir que es su opinión sobre la democracia, ¿qué otra cosa puedo decir?». Véase: «L’incroyable histoire de Youssef Nada«, Silvia Cattori, 13 de junio de 2008.
[9] Véase: «Egypte: Israël parie sur le maintien du régime Moubarak«, almanar.com.lb, 27 de enero de 2011.
[10] Véase: «Israel dreading a democratic Arab world» [«Israel teme un mundo árabe democrático»], par Saleh Naami, ahramonline, 15 de enero de 2011.