Yo soy Reuven Abarjel. Nací en Marruecos y vivo en Israel desde 1950. En los 70 fundé el Movimiento de los Panteras Negras. Nuestra lucha contra el régimen fue difícil y sin componendas. La violencia se extendía en las calles y para quebrar la resistencia del movimiento de judíos orientales la policía actuó con todas […]
Yo soy Reuven Abarjel. Nací en Marruecos y vivo en Israel desde 1950. En los 70 fundé el Movimiento de los Panteras Negras. Nuestra lucha contra el régimen fue difícil y sin componendas. La violencia se extendía en las calles y para quebrar la resistencia del movimiento de judíos orientales la policía actuó con todas sus fuerzas bajo las instrucciones de la Primer Ministro Golda Meir. Desde el principio de nuestra lucha, Los Panteras Negras nos embarcamos en un diálogo tanto con los líderes palestinos locales como con los de Europa. Delegaciones de Panteras Negras viajaron a Italia, Bélgica y Holanda.
Simultáneamente, nos reunimos en campos de refugiados con las desoladas familias que perdieron a sus hijos en la resistencia contra la ocupación. Justamente antes de la muerte del Honorable Presidente Yasser Arafat, integré una delegación de activistas que se reunieron con él en la cercada Muqata.
Desde el principio de nuestra lucha, comencé a entender que el problema era mucho más profundo que lo que yo pensaba y tan complicado que es muy difícil para una persona común encontrar soluciones. La confusión es tremenda porque el sistema político israelí, mantenido por motivos capitalistas externos, hace que los grupos de palestinos y de judíos orientales oprimidos colapsen bajo el peso de la opresión y la ocupación.
Los judíos orientales fueron sometidos a un sofisticado proceso de opresión con el uso de lemas tales como «nosotros somos todos hermanos» y «somos todos judíos». Mientras el oficialismo Ashkenazí nos envolvía con «solidaridad» hacia nosotros, cometía crímenes contra nosotros tales como experimentos médicos con radioactividad aplicada a unos 100 000 niños, casi todos inmigrantes del Norte de Africa, secuestros de niños de familias orientales numerosas para entregarlos a parejas de judíos europeos sin hijos, y la exclusión de judíos orientales de las instituciones educativas y los centros de influencia.
Es el deber de todos los pacifistas del mundo, sean académicos o no, unirse a la lucha contra la política racista de gobiernos que practican la discriminación contra las minorías y los grupos que están privados de derechos civiles que constituyen su población. Es el deber de todo pacifista alentar a estos grupos para que hagan oir su voz, y ejercer su influencia allí donde se encuentren, sobre todo en esta región extremadamente tensionada, que amenaza la paz mundial. Me agradó escuchar que un importante nº de Académicos Ingleses elevaron su protesta y dieron su visto bueno a tres demandas:
1.- El fin de la ocupación
2.- Terminar con la discriminación estructural de los palestinos residentes en Israel en el área de la educación
3.- Demandar a Israel que la educación superior refleje ( incluya)a la mayoría de sus ciudadanos. Y esta mayoría son los orientales.
Estas fueron algunas de las demandas del Movimiento de los Panteras Negras que yo fundé. Nuestra lucha fue contra el racismo, la discriminación y la opresión de la población no europea en Israel y de los territorios ocupados a partir de 1967. Hoy soy un miembro veterano del Arcoiris Democrático Oriental.
Y aquí estamos, 35 años después, cuando se está levantando un numeroso grupo de intelectuales capaces de ponerse de pie frente a la política académica hegemónica sionista de Israel y del mundo. La resistencia a esta hegemonía no depende de los deseos del sionismo y sus seguidores. La importancia del boycott no está en el acto de boicotear, sino en la resistencia hacia la Academia Israelí y su colaboración con la política hegemónica israelí.
Aún no siendo un académico, sumo mi participación. Me enorgullezco de la lucha que conduje y aún conduzco contra una fuerza violenta, que requiere una fuerza mayor para frenarla. Yo espero que el apoyo al boycot siga creciendo hasta el fin de la ocupación y hasta que el racismo y la discriminación sean abolidos.
Mis bendiciones se expandan sobre ustedes,
Reuven Abarjel Traducido al castellano por J.M. y revisado por Marta C.S.
Desde el principio de nuestra lucha, comencé a entender que el problema era mucho más profundo que lo que yo pensaba y tan complicado que es muy difícil para una persona común encontrar soluciones. La confusión es tremenda porque el sistema político israelí, mantenido por motivos capitalistas externos, hace que los grupos de palestinos y de judíos orientales oprimidos colapsen bajo el peso de la opresión y la ocupación.
Los judíos orientales fueron sometidos a un sofisticado proceso de opresión con el uso de lemas tales como «nosotros somos todos hermanos» y «somos todos judíos». Mientras el oficialismo Ashkenazí nos envolvía con «solidaridad» hacia nosotros, cometía crímenes contra nosotros tales como experimentos médicos con radioactividad aplicada a unos 100 000 niños, casi todos inmigrantes del Norte de Africa, secuestros de niños de familias orientales numerosas para entregarlos a parejas de judíos europeos sin hijos, y la exclusión de judíos orientales de las instituciones educativas y los centros de influencia.
Es el deber de todos los pacifistas del mundo, sean académicos o no, unirse a la lucha contra la política racista de gobiernos que practican la discriminación contra las minorías y los grupos que están privados de derechos civiles que constituyen su población. Es el deber de todo pacifista alentar a estos grupos para que hagan oir su voz, y ejercer su influencia allí donde se encuentren, sobre todo en esta región extremadamente tensionada, que amenaza la paz mundial. Me agradó escuchar que un importante nº de Académicos Ingleses elevaron su protesta y dieron su visto bueno a tres demandas:
1.- El fin de la ocupación
2.- Terminar con la discriminación estructural de los palestinos residentes en Israel en el área de la educación
3.- Demandar a Israel que la educación superior refleje ( incluya)a la mayoría de sus ciudadanos. Y esta mayoría son los orientales.
Estas fueron algunas de las demandas del Movimiento de los Panteras Negras que yo fundé. Nuestra lucha fue contra el racismo, la discriminación y la opresión de la población no europea en Israel y de los territorios ocupados a partir de 1967. Hoy soy un miembro veterano del Arcoiris Democrático Oriental.
Y aquí estamos, 35 años después, cuando se está levantando un numeroso grupo de intelectuales capaces de ponerse de pie frente a la política académica hegemónica sionista de Israel y del mundo. La resistencia a esta hegemonía no depende de los deseos del sionismo y sus seguidores. La importancia del boycott no está en el acto de boicotear, sino en la resistencia hacia la Academia Israelí y su colaboración con la política hegemónica israelí.
Aún no siendo un académico, sumo mi participación. Me enorgullezco de la lucha que conduje y aún conduzco contra una fuerza violenta, que requiere una fuerza mayor para frenarla. Yo espero que el apoyo al boycot siga creciendo hasta el fin de la ocupación y hasta que el racismo y la discriminación sean abolidos.
Mis bendiciones se expandan sobre ustedes,
Reuven Abarjel Traducido al castellano por J.M. y revisado por Marta C.S.