Recomiendo:
0

«Demos las gracias» a Sharon

Fuentes: www.Hanini.org

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Desde la así llamada desconexión en Gaza, el presidente de USA George W Bush ha reiterado su llamado a que «demos las gracias a Ariel Sharon» por cumplir con la palabra de Israel sobre el desmantelamiento de su ocupación de territorio palestino.

¿Qué nos dice la historia de Sharon?

La primera incursión documentada de Sharon en el papel que George W Bush describe como el de «un hombre de paz» fue en agosto de 1953 contra el campo de refugiados de El-Bureig, al sur de Gaza. Una historia israelí de la «Unidad 101» registra que 50 refugiados fueron asesinados; otras fuentes hablan de 15 o 20.

El general de división Vagn Bennike, comandante de la ONU, informó que «bombas fueron lanzadas» por los hombres de Sharon «a través de las ventanas de las chozas en las que dormían los refugiados y, mientras huían, fueron atacados con armas de pequeño calibre y armas automáticas».

En octubre de 1953 vino el ataque por la Unidad 101 de Sharon contra la aldea jordana de Qibya, una «mancha» que el ministro de exteriores israelí de la época, Moshe Sharett (alias Shertok), confió a su diario «nos perseguirá y no será lavada durante muchos años». Se equivocaba. Aunque hasta comentaristas que apoyaban fuertemente a Israel en Occidente la compararon con Lídice, Qibya y el papel de Sharon son apenas evocados en Occidente en la actualidad, menos de todo por periodistas como Deborah Sontag del New York Times que escribió una exculpación de Sharon, llamándolo «batallador», o el hombre del Washington Post en Jerusalén que cariñosamente lo invocó después de su aciaga excursión a los Lugares Santos en Jerusalén como «el corpulento veterano guerrero».

El historiador israelí Avi Shlaim describe la masacre como sigue: «La orden de Sharon era penetrar en Qibya, hacer volar las cosas e infligir considerables pérdidas a sus habitantes. Su éxito en la ejecución de la orden sobrepasó todas las expectativas. La historia completa y macabra de lo que ocurrió en Qibya sólo fue revelada durante la mañana después del ataque.

La aldea había sido reducida a escombros: cuarenta y cinco casas habían sido voladas, y sesenta y nueve civiles, dos tercios de ellos mujeres y niños, habían sido asesinados. Sharon y sus hombres afirmaron que creyeron que todos los habitantes habían escapado y que no tenían idea de que alguien se ocultaba dentro de las casas.»

El observador de la ONU en la escena llegó a una conclusión diferente: «Una historia fue repetida una y otra vez: la puerta desgarrada por las balas, el cuerpo tumbado en el umbral, lo que indicaba que los habitantes habían sido obligados por el pesado fuego a permanecer en el interior hasta que volaron las casas sobre ellos.» La matanza en Qibya fue descrita en la época en una carta al presidente del Consejo de Seguridad de Naciones con fecha 16 de octubre de 1953 (S/3113) del Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Jordania en Estados Unidos. El 14 de octubre de 1953 a las 9.30 de la noche, escribió, soldados israelíes lanzaron un ataque a nivel de batallón contra la aldea de Qibya en el Reino Hachemita de Jordania (en aquel entonces Cisjordania estaba anexada a Jordania).

Según el informe del diplomático, las fuerzas israelíes penetraron en la aldea y sistemáticamente asesinaron a todos los ocupantes de las casas, utilizando armas automáticas, granadas y artefactos incendiarios. El 14 de octubre, los cuerpos de 42 civiles árabes habían sido recuperados; varios cuerpos más continuaban bajo los escombros. Cuarenta casas, la escuela de la aldea y un depósito habían sido destruidos. En la aldea se encontraron cantidades de explosivos sin utilizar, con marcas del ejército israelí en hebreo. Aproximadamente a las 3 de la mañana, tropas de apoyo israelíes comenzaron a bombardear las aldeas vecinas de Budrus y Shuqba desde posiciones en Israel para cubrir su retirada.

¿Y la conducta de Sharon cuando fue jefe del Comando Sur de las Fuerzas de Defensa [Ejército, N.d.T.] de Israel a comienzos de los años setenta? Las «limpiezas» en Gaza fueron vívidamente descritas por Phil Reeves en un artículo en el London Independent del 21 de enero de 2001.

«Han pasado más de treinta años desde que Ariel Sharon fue jefe del Comando Sur de las Fuerzas de Defensa de Israel, encargado de la tarea de ‘pacificar’ la recalcitrante Franja de Gaza después de la guerra de 1967, Pero los hombres mayores todavía lo recuerdan bien, especialmente los de la Calle de las Ruinas. Hasta fines de 1970, la Calle de las Ruinas, o Had’d no había sido una calle, sólo una de las numerosas callejuelas sin nombre que se entrelazan a través del Campo City Beach de Gaza, una villamiseria atestada de casas bajas, de dos piezas, construidas con ayuda de la ONU para refugiados de la guerra de 1948 que entonces, como ahora, esperaban que la comunidad internacional resolviera su futuro. La calle adquirió su nombre después de una visita extraordinariamente prolongada de los soldados de Mr. Sharon. Sus órdenes eran aplanar cientos de casas para crear una amplia calle recta. Esto permitiría que la tropa israelí y sus vehículos blindados pesados se movieran rápidamente por el campo, para ejercer su control y cazar a hombres del Ejército de Liberación de Palestina.

«‘Llegaron de noche y comenzaron a marcar las casas que querían demoler con pintura roja’, dijo Ibrahim Ghanim, de 70 años, un jornalero jubilado: ‘Por la mañana volvieron, y ordenaron que todos se fueran. Recuerdo que todos los soldados gritaban a la gente: ¡Yalla, yalla, yalla, yalla! Tiraron todas las pertenencias a la calle. Luego Sharon llevó las aplanadoras y comenzó a arrasar la calle. Lo hizo todo, casi en un solo día. Y los soldados golpeaban a la gente. ¿Puede imaginarse a los soldados con fusiles, golpeando a niños pequeños? Cuando el ejército israelí terminó su labor, cientos de casas habían sido destruidas, no sólo en la Calle de las Ruinas, sino en todo el campo, mientras Sharon abría surcos para una red de anchas calles de seguridad.

Muchos de los refugiados se guarecían en escuelas, o se metían en las casas ya abarrotadas de parientes. Otras familias, generalmente las que tenían un activista político palestino, fueron cargadas en camiones y llevadas al exilio en una localidad en el corazón del desierto de Sinaí, controlado entonces por Israel.»

Como informara Reeves, la destrucción del campo Beach estuvo lejos de ser la excepción. «Sólo en agosto de 1971, soldados bajo el mando de Mr. Sharon destruyeron unas 2.000 casas en la Franja de Gaza, desarraigando a unas 16.000 personas por la segunda vez en sus vidas. Cientos de jóvenes palestinos fueron arrestados y deportados a Jordania y Líbano. Seiscientos parientes de presuntos guerrilleros fueron exiliados al Sinaí. En la segunda mitad de 1971, asesinaron a 104 guerrilleros. ‘La política en aquel entonces era no arrestar a sospechosos, sino asesinarlos’, dijo Raji Sourani, director del Centro Palestino de Derechos Humanos en Gaza City».

La complacencia israelí que llevó a su derrota inicial frente a los egipcios en la guerra de 1973 fue en parte alimentada por la supuesta inexpugnable «línea Bar Lev» construida por Sharon al lado este del Canal de Suez. Los egipcios atravesaron la línea sin demasiadas dificultades.

En 1981, Sharon, entonces ministro de defensa, visitó al buen amigo de Israel, el presidente Mobutu de Zaire. Mientras almorzaban en el yate de Mobutu, el anfitrión pidió a los visitantes israelíes que utilizaran sus buenos oficios para que el Congreso de USA fuera más positivo en el suministro de ayuda. Los israelíes lograron cumplir con sus deseos. Como retribución Mobutu restableció las relaciones diplomáticas con Israel. No fue el único contacto de Sharon con África. Transmitió a sus amigos sus gratos recuerdos de viajes a Angola para observar y aconsejar a las fuerzas sudafricanas que combatían entonces en apoyo al títere de la CIA Jonas Savimbi.

Como ministro de defensa en el segundo gobierno de Menachem Begin, Sharon fue el comandante que dirigió el ataque formal contra Líbano en 1982, con el objetivo expreso de destruir a la OLP, expulsando la mayor cantidad de palestinos hacia Jordania y convirtiendo a Líbano en un Estado cliente de Israel.

Fue un plan de guerra que costó inmensos sufrimientos, cerca de 20.000 vidas palestinas y libanesas, y también las muertes de más de mil soldados israelíes. Los israelíes bombardearon a voluntad a poblaciones civiles. Sharon también supervisó las infames masacres en los campos de refugiados Sabra y Chatila.

El gobierno libanés contó 762 cadáveres recuperados y 1.200 más enterrados en privado por sus parientes. (¿Se salvó Líbano de un ataque nuclear? Cuando comenzaba la guerra de 1982, Sharon planteó a Menachem Begin, el primer ministro de la época, y sugirió que Begin le cediera el control del gatillo de las armas atómicas de Israel. Begin se negó.)

La matanza en los dos campos contiguos de Sabra y Chatila tuvo lugar desde las 6 de la tarde del 16 de septiembre de 1982 hasta las 8 de la mañana del 18 de septiembre de 1982, en un área bajo el control de las Fuerzas de Defensa [Ejército] de Israel. Los perpetradores fueron miembros de la milicia de la Falange, la fuerza libanesa armada por y estrechamente aliada con Israel desde el inicio de la guerra civil de Líbano en 1975. Las víctimas durante la orgía de violencia de 62 horas incluyeron a infantes, niños, mujeres (también mujeres embarazadas), y a ancianos, algunos de los cuales fueron mutilados o destripados antes o después de ser asesinados.

Una comisión oficial de investigación israelí – presidida por Yitzhak Kahan, presidente de la Corte Suprema de Israel – investigó la masacre, y publicó en febrero de 1983 sus resultados. Fueron publicados sin el Apéndice B, que sigue en secreto hasta hoy. En Israel no se ha reconocido hasta hoy, a pesar de su denuncia en aquel entonces por el corresponsal de Radio France en Beirut, es el papel – dentro de Sabra y Chatila, junto a las pandillas de la Falange – de Sayerret Maskal, la versión del ejército israelí del SAS británico. Esta unidad estuvo implicada en la identificación para que sus ocupantes fueran asesinados, de las residencias de maestros, enfermeras, doctores, periodistas y cualquier otra persona sospechosa de tener o que probablemente pudiera tener conexiones fuera del campo, incluyendo el acceso a los medios internacionales.

Entre sus intentos desesperados de encubrir la evidencia del conocimiento directo de lo que estaba ocurriendo por parte del personal militar israelí, la Comisión Kahan se vio obligada a establecer que Ariel Sharon, entre otros israelíes, tuvo responsabilidad por la masacre. El informe de la comisión señaló: «Es nuestro punto de vista que la responsabilidad debe ser imputada al Ministro de Defensa por haber hecho caso omiso del peligro de actos de venganza y de derramamiento de sangre por parte de los falangistas contra la población de los campos de refugiados, y al no haber considerado este peligro cuando decidió permitir que los falangistas entraran a los campos. Además hay que imputar la responsabilidad al Ministro de Defensa por no ordenar medidas adecuadas para impedir o reducir el peligro de masacre como una condición para el ingreso de los falangistas a los campos. Esos crasos errores constituyen el no cumplimiento de un deber del que el Ministro de Defensa estaba encargado».

Sharon se negó a renunciar. Finalmente, el 14 de febrero de 1983, fue relevado de sus deberes como ministro de defensa, aunque continuó en el gabinete como ministro sin cartera. La carrera de Sharon se eclipsaba, pero siguió bruñendo sus credenciales de ultra del Likud. Sharon siempre se ha opuesto a todo tipo de acuerdo de paz, a menos que se base en condiciones cuya aceptación por los palestinos sea absolutamente imposible. Según Nehemia Strasler (Ha’aretz, 18 de enero de 2001): En 1979, como miembro del gabinete de Begin, votó contra un tratado de paz en Egipto. En 1985 votó contra la retirada de tropas israelíes de la así llamada zona de seguridad en el sur de Líbano. En 1991, se opuso a la participación de Israel en la conferencia de paz de Madrid. En 1993, votó No en el Knesset [parlamento israelí] respecto al acuerdo de Oslo. Al año siguiente se abstuvo en el Knesset en una votación sobre un tratado de paz con Jordania. Votó contra el acuerdo de Hebrón en 1997 y objetó a la forma en la que se realizó la retirada del sur de Líbano.

Como ministro de agricultura de Begin, estableció a fines de los años setenta muchos de los asentamientos en Cisjordania que constituyen ahora un obstáculo importante a cualquier acuerdo de paz. Su actual posición: Ni un centímetro cuadrado de tierra para los palestinos en Cisjordania. Estará de acuerdo con un Estado palestino en las áreas existentes bajo control palestino total o parcial, lo que corresponde a sólo un 42% de Cisjordania. Israel mantendrá el control de las carreteras que pasan por Cisjordania y de los recursos hídricos. Todos los asentamientos seguirán donde están, con acceso para el ejército israelí. Jerusalén continuará bajo soberanía israelí y planifica la continuación de construcciones alrededor de la ciudad. Las Alturas del Golan continuarán bajo control de Israel.

Puede argumentarse con fuerza que Sharon representa la política a largo plazo de todos los gobiernos israelíes, sin adornos encubridores o florituras verbales. Por ejemplo: Ben-Gurion aprobó las misiones terroristas de la Unidad 101. Cada gobierno israelí ha aprobado los asentamientos y las construcciones alrededor de Jerusalén. Ehud Barak, del laborismo, aprobó la escolta militar para Sharon en su incursión provocadora que provocó la segunda Intifada y supervisó la letal represión militar posterior. Pero eso no disminuye la sombra siniestra de Sharon sobre el medio siglo pasado. Esa sombra es mejor evocada por los palestinos y los libaneses que lloran a sus muertos, por los mutilados, los desplazados, o por una joven israelí Ilil Komey, de 16 años, que enfrentó a Sharon antes de las ‘elecciones’ que lo llevaron al poder como Primer Ministro como líder del Likud, cuando visitó su escuela agrícola en las afueras de Beersheba. «Pienso que usted envió a mi padre a Líbano», dijo Ilil. «Ariel Sharon, te acuso de haberme hecho sufrir durante unos 16 años. Te acuso de haber hecho sufrir a mi padre durante más de 16 años. Te acuso de tantas cosas que hicieron sufrir a tanta gente en este país. No creo que usted puede ser elegido primer ministro.»

Pero Sharon fue ‘elegido’ Primer Ministro de Israel y fiel a su macabra historia bañada en sangre, continuó asesinando, destruyendo y atormentando al pueblo palestino. Su política de muerte, asesinato, y opresión le ha valido los títulos de «Hombre de paz», y de «visionario» de George W. Bush, y de «Carnicero de Beirut» del resto del mundo.