«¿Por qué no hacen suyos aquellos países donde nacieron y donde ganaron sus ahorros de toda la vida, igual que otros pueblos en la tierra? Palestina pertenece a los árabes de la misma manera que Inglaterra pertenece a los ingleses o Francia a los franceses. Es falso e inhumano imponer los judíos a los palestinos. […]
«¿Por qué no hacen suyos aquellos países donde nacieron y donde ganaron sus ahorros de toda la vida, igual que otros pueblos en la tierra?
Palestina pertenece a los árabes de la misma manera que Inglaterra pertenece a los ingleses o Francia a los franceses. Es falso e inhumano imponer los judíos a los palestinos.
Lo que pasa ahora en Palestina no puede ser justificado por ninguna conducta moral. Seguro que podría ser un crimen contra la humanidad, el reducir la mayoría árabe hasta el límite que Palestina sea un hogar parcial o completamente judío. Noblemente, habría que insistir en un justo tratamiento a los judíos donde fuera que hayan nacido.»
Mahatma Ghandi
Desde Israel, con amor
El Bullying o acoso consiste en una violencia persistente, sistemática, intimidatoria y que suele traducirse en exclusión social. Suele coincidir con un marco de violencia creciente y siempre en un marco desigual de poder.
El fenómeno social de la violencia o bullying es mucho mas amplio que el reducido a la violencia en colegios. La violencia está en la calle, en la convivencia familiar, en las interrelaciones económicas, políticas y sociales en general. Lo que ocurre en los centros escolares no es más que un reflejo de lo que ocurre en interior de la conformaciòn de las relaciones humanas en el marco de la vida privada y pública.
La violencia, que se expresa y manifiesta en malas relaciones interpersonales, falta de respeto, agresividad injustificada, prepotencia, abuso de poder y malos tratos entre seres humanos, constituye un fenómeno social y psicológico. Social, porque surge y se desarrolla en un determinado clima de relaciones humanas que lo potencia, lo tolera y ademàs lo avala; psicológico, porque afecta a cada individuo que se ve envuelto en este tipo de problemas. Están envueltos dentro de una dinàmica y cìrculo vicioso, tanto los victimarios, que son cruel e injustificadamente agresivos con otros, como los que son víctimas directas de la crueldad y la violencia de los agresores. Asimismo, aquellos que sin verse involucrados de forma directa, lo están de manera indirecta, porque son observadores y sujetos pasivos de la violencia.
Cuando el sistema de relaciones de las personas se configura bajo claves socialmente pervertidas en las que predomina el esquema dominio-sumisión, las decisiones y soluciones a los problemas se hacen rituales en torno a la ley del más fuerte. Cuando estos hábitos y rituales se prolongan en el tiempo, sus efectos se hacen sentir en el desarrollo psicológico, y terminan siendo verdaderamente perjudiciales y patològicos para la salud mental tanto de los agresores como de los agredidos.
El rígido esquema de dominio-sumisión que adopta a veces el modelo social en las relaciones humanas, y en los diferentes grupos de una sociedad, se caracteriza por que en él una persona es la que domina, controla y ejerce un poder abusivo y otra es dominada, controlada y sometida. Se trata de una relación de prepotencia y abuso de poder que termina conduciendo, en poco tiempo, a una relación de violencia. Esto conforma un tipo de vinculación social claramente dañina y patògena que podemos conceptualizar como maltrato. El maltrato entre iguales se ha descrito como «un comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica y agresividad física de unos niños hacia otros que se convierten, de esta forma, en víctimas de sus compañeros» (Olweus, 1993).
. La violencia y sus consecuencias:
Algunas víctimas del maltrato, cuando se perciben sin recursos para salir de esa situación, terminan asimilando y aprendiendo que la única forma de sobrevivir es convertirse, a su vez, en violentos y desarrollar actitudes maltratadoras hacia otros. Los violentos, ante la indefensión de la víctima y la pasividad de los espectadores, refuerzan sus actitudes abusivas y extrapolan estos comportamientos a otras situaciones sociales. El problema se acentùa, adquiriendo una dinámica de carencia de control, y se suscita la ilusión de que la violencia es inevitable, es cuasi genètica, lo cual indudablemente no es así. La Violencia obedece a sustratos, patrones y modelos culturales, de formaciòn y de crianza desde el nacimiento del neonato.
El grupo vulnerable es aquel que por alguna característica, como etapa etaria, sexo, situaciòn socio-econòmica, raza, etc. se encuentran en mayor riesgo de que sus derechos humanos sean vulnerados, debido a la mayor indefensiòn que cuentan para hacer frente a los problemas.
Algunos Colectivos que pueden ser Vulnerables:
La mujer pobre, jefe de hogar, con niños a su cargo, y responsable del sostenimiento familiar.
La mujer separada.
Menores y adolescentes en situación de riesgo social (menores infractores y menores víctimas de violencia física, psicológica o sexual en el seno familiar, menores con adicciòn a drogas).
Las personas de la tercera edad.
Las personas discapacitadas.
Cesantes y excluidos de la seguridad social.
Presos polìticos.
Los pueblos indígenas.
El Pueblo palestino, como grupo vulnerable:
Se puede afirmar que la vulnerabilidad social se refiere a aquellas vulnerabilidades que son construidas a partir de los estereotipos, roles y prácticas socioculturales establecidas en una determinada comunidad. Las personas o grupos que padecen de este tipo de vulnerabilidad suelen ser afectadas por prejuicios y prácticas discriminatorias en razón de ciertas calidades del ser humano, como la raza.
La Vulnerabilidad es principalmente producto de las relaciones que se dan entre los hombres en los diferentes medios en que se desarrollan y toman decisiones, es decir, el social, político, económico, cultural, etc. Extrapolando, al pueblo palestino, vemos como este se ha tornado tan vulnerable, que no es respetado por EEUU y la Comunidad Europea, ante una votaciòn popular y democràtica para elegir a su propio gobierno.
En otro extremo, pero formando parte de un perverso vínculo psicosocial, están los violentos. El agresor que es prepotente con aquèl que encuentra más débil o con menos capacidad de respuesta a sus agresiones. El victimario busca la complicidad de otros y consigue la tolerancia de los observadores mediante la minimización de la intencionalidad de herir. Asì, es como vemos las acusaciones proyectivas de «terrorismo» hacia el pueblo palestino, cuando y mientras todas las resoluciones de las NU, son vulneradas por el ente sionista, perpetuando el terrorismo de la ocupaciòn. Y frente a las masacres diarias contra la poblaciòn civil palestina, el «llamado de atenciòn» de la comunidad internacional hacia el ente sionista se reduce a este reproche: «Uso desproporcionado de la fuerza».
El victimario que agrede impunemente a otro se socializa con una conciencia de clandestinidad que afecta gravemente a su desarrollo sociopersonal; se va convirtiendo, poco a poco, en un transgresor que creen que las normas están para transgredirlas y que no cumplirlas puede llegar a proporcionar un cierto prestigio social. Todo ello resulta dañino para su autoimagen y su valoración moral; ya que esta ùltima se va deteriorando y aumentando el riesgo de aproximación a la criminalidad, si no encuentra a tiempo elementos educativos de contenciòn en la implementaciòn de lìmites necesarios y corrección que reconduzcan y rehabiliten su comportamiento antisocial.
Desgraciadamente, esta dañina relación de abuso y maltrato suele producir una vinculación patológica amparada en el secreto, la dependencia y el miedo por parte de la víctima, así como en la impunidad del agresor o agresores, y en la pasividad de los demás espectadores, de la crueldad de unos hacia con otros.
Aprender que la vida social funciona con la ley del más fuerte es peligroso, tanto para los que se colocan en el lugar del fuerte, como para los que no saben cómo salir del papel de débil que la estructura de la relación les asigna, especialmente si esto ocurre cuando se está construyendo la personalidad. Las investigaciones longitudinales (Olweus, 1993) señalan que el abuso y la victimización pueden tener efectos a largo plazo. Por eso es tan importante eliminar de los centros educativos el abuso y la doble moral, si queremos revertir los procesos, en una sociedad más sana y justa.
Sabemos que la integración social no depende sólo de la educación formal y que otros ámbitos de análisis, como el referido a los medios de comunicación, con frecuencia generadores de mensajes violentos, deben ser tenidos muy en cuenta; pero, en todo caso, para prevenir la enfermedad psicosocial de la violencia, hay que ayudar a los adolescentes, a un aprendizaje en la convivencia democrática y a resolver sus conflictos de forma pacífica, haciendo frente a las tensiones sociales, mediante la utilización del diálogo y la negociación.
Esta, es una labor que se debe tener en cuenta en la sociedad israelí, teniendo en cuenta los origenes de la nueva sociedad israelì invasora, por ej. jòvenes adolescentes provenientes de Rusia, carentes del sustrato y colchòn afectivo-emocional necesario para proveer una personalidad integrada y armònica, diferente es por lo general, el patròn conductual arraigado por generaciones en las familias palestinas autòctonas. La familia, como nùcleo bàsico formador de la personalidad, se constituye como el factor mediador y regulador más importante. Adolescentes, emigrantes hacia Palestina, carentes de este sustrato psicològico formador de moral y ètica, sumado al perfil de belicosidad arraigado en el origen y nacimiento a punta de pistola y en base al terrorismo del ente, obviamente brindaràn los resultados conductualmente observados de manera empìrica. (1) (2)
Víctimas y agresores necesitan ayuda. Esto es imprescindible, ya los estudios han evidenciado que el suicidio se convirtió en la principal causa de muerte entre los militares israelíes, jòvenes adiestrados dentro de un marco de pràcticas colmadas de crueldad y violencia. Jòvenes de 18 años, con el acento propio de sus paìses de origen, con la ansiedad y angustia del proceso de desarraigo y migración de sus respectivos paìses de origen, de donde pertenecen y son ciudadanos, tal como apuntò sabiamente, Mahatma Ghandi, dedicados a humillar , a maltratar, a torturar a un pueblo indefenso, donde finalmente este modo impropio de conducirse, en un ser humano «normal», termina por pasar la factura. (3) (4) (5)
De esta forma, podemos decir que el perfil psicològico entre la juventud hitleriana y la juventud sionista, mantiene un mismo patròn conductual. De hecho, un ex-comandante, de las fuerzas de ocupaciòn israelìes, realizò una curiosa analogìa. (6)
Ejemplos de patrones conductuales, tenemos miles pero ahora, tan solo recordaremos un elemento comùn de las ocupaciones, y es a travès de la mùsica, mediante el violìn, asì un niño judìo oprimido por la ocupaciòn nazi, viviendo el Holocausto judìo, utiliza su violìn contra el Nazismo. Posteriormente, en otro contexto històrico, pero con las mismas aplicaciones psicològicas de comportamiento sub-humano, un joven palestino sobreviviente (hasta ahora), del Holocausto palestino, es obligado por las fuerzas de ocupaciòn del nazismo-israelì, a tocar las cuerdas de su violìn. (7) (8)
De esta forma, los agresores, maltratadores o victimarios poseen un denominador comùn de comportamiento, ya anteriormente descrito, y en el otro extremo, las vìctimas poseen otro.
Es fundamental, como postura psicològica ante la vida, que los que se sientan en una postura de desventaja, tales como menor fuerza física o recursos materiales aprendan a enfrentarse a la prepotencia de sus agresores con confianza y seguridad en sí mismos, valorando sus propios recursos personales y psicològicos, negándose, activamente, a enganchar, a anclar en el esquema de dominio-sumisión que se les presenta como inevitable. El problema de las víctimas y de los agresores es llegar a serlo; hay que educar en el respeto y la convivencia pacífica, para que las personas no lleguen a serlo en una u otra forma.
En el pasado, la comunidad religiosa judìa, vìctima del sionismo aliado del nazismo alemàn, y en el presente, el pueblo nativo palestino, vìctima del sionismo o nazismo israelì, han sido portadores de un elemento comùn: su capacidad de resiliencia.
La comunidad religiosa judìa y el pueblo palestino, logran mediante una pasiòn…: La mùsica, …alcanzar una obra maestra…:
«La Supervivencia de los Holocaustos».
Referencias Bibliogràficas:
(1) Journal of Interpersonal Violence, Vol. 16, No. 3, 247-265 (2001) EUGENE TARTAKOVSKY Y JULIA MIRSKY. Bullying Gangs Among Immigrant Adolescents From the Former Soviet Union in Israel. http://jiv.sagepub.com/cgi/content/abstract/16/3/247
(2) Int J Soc Psychiatry. 1998 Spring;44(1):35-45 Ponizovsky A, Ginath Y, Durst Wondimeneh B, Safro S, Minuchin-Itzigson S, Ritsner M. Psychological distress among Ethiopian and Russian Jewish immigrants to Israel: a cross-cultural study. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?itool=abstractplus&db=pubmed&cmd=Retrieve&dopt=abstractplus&list_uids=9574850
(3) Suicide Life Threat Behav. 1999 Winter;29(4):376-92. Ponizovsky AM, Ritsner MS. Suicide ideation among recent immigrants to Israel from the former Soviet Union: an epidemiological survey of prevalence and risk factors. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?itool=abstractplus&db=pubmed&cmd=Retrieve&dopt=abstractplus&list_uids=10636331
(4) Int J Soc Psychiatry. 2006 Jan;52(1):41-53 Slonim-Nevo V, Sharaga Mirsky J, Petrovsky V, Borodenko M. Ethnicity versus migration: two hypotheses about the psychosocial adjustment of immigrant adolescents. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?db=pubmed&cmd=Retrieve&dopt=AbstractPlus&list_uids=16463594&query_hl=8&itool=pubmed_docsum
(5) Tortuga. Grupo Antimilitarista. 19/11/2005 Mueren mas soldados israelitas, por suicidio que por enfrentamientos http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=2705
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Clarín. Com Ediciòn 7/03/1998 El Mundo. Comparan la kipà con esvástica nazi. l http://www.clarin.com/diario/1998/03/07/i-04002d.htm a
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Fundaciòn Memoria del Holocausto. Keneth Ash. Un Estuche para Explosivos. http://www.fmh.org.ar/revista/17/unestu.htm
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Crònica El Mundo. 5/ 12/ 2004 . Javier Espinoza. Judìos: De Vìctimas a Verdugos. http://www.el-mundo.es/cronica/2004/477/1102432074.html