La penosa situación en la que se encuentran numerosos supervivientes del Holocausto en Israel les ha obligado en muchos casos a regresar a Alemania para acabar sus días en mejores condiciones. Bajo el título de «Ética de las Reparaciones», un documental, que será difundido hoy por el Canal 2 de la televisión israelí se inicia […]
La penosa situación en la que se encuentran numerosos supervivientes del Holocausto en Israel les ha obligado en muchos casos a regresar a Alemania para acabar sus días en mejores condiciones.
Bajo el título de «Ética de las Reparaciones», un documental, que será difundido hoy por el Canal 2 de la televisión israelí se inicia con el testimonio de una anciana, que desde su confortable vivienda en Berlín explica las razones que la llevaron a emigrar nuevamente de Israel a Alemania.
La mujer explica en un perfecto hebreo con acento alemán que prefirió regresar a ese país para recibir mediación y una ayuda mensual que el Gobierno alemán otorga a los supervivientes del Holocausto. Paradójicamente y a diferencia de en Israel, el Gobierno alemán les ofrece de forma gratuita un hogar o asistencia sanitaria, en caso de necesidad.
Al ser preguntada sobre la actitud del Gobierno israelí para con las víctimas y supervivientes de la barbarie nazi, la anciana responde que «no me gustaría que lo que pienso al respecto aparezca escrito».
Acaparadores de bienes
El documental señala directamente al Gobierno israelí y a la Conferencia de Reclamaciones y Restitución de bienes, una de las fundaciones más acaudaladas del mundo, sin olvidar a los bancos israelíes, al Fondo Nacional Judío, al Museo de Israel y otras instituciones que mantienen bajo su poder propiedades de las víctimas.
La crítica situación ha llevado a las víctimas a formar el «Lobby de los Supervivientes del Holocausto».
«¿Es que el Estado prefiere que las víctimas se mueran antes de recibir los fondos que merecen?», se lamentó Colette Avital, una de las diputadas fundadoras del Lobby.
Tras seis meses de actividades de dicho foro, han sido restituidos 120.000 dólares a las víctimas más necesitadas, lo que alcanza a sólo 368 dólares por superviviente.