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La declaración del PSUC-viu sobre el 27S

Desde un socialismo federal, fraternal, transformador y temperado

Fuentes: Rebelión

Por si fuera necesario (sin serlo desde luego), la declaración del PSUC viu ante las elecciones del 27 S de 2015, 40 años después de otro 27S, éste de 1975, es una prueba más de que el Partit Socialista Unificat de Catalunya, el partido de los comunistas (y, sobre todo, por si alguien se olvida, […]


Por si fuera necesario (sin serlo desde luego), la declaración del PSUC viu ante las elecciones del 27 S de 2015, 40 años después de otro 27S, éste de 1975, es una prueba más de que el Partit Socialista Unificat de Catalunya, el partido de los comunistas (y, sobre todo, por si alguien se olvida, de las comunistas: Pilar Fibla, Maria Rosa Borràs, Montserrat Roig,…) catalanes/as, de origen o de adopción (y en todo caso hermanados con el resto de comunistas y combatientes del resto de España-hermana), el PSUC, decía, es una de las mejores cosas que nos han ocurrido, que ha sido capaz de crear la ciudadanía catalana en este último siglo. Con sus errores, con sus miserias incluso (algún asesinato incluido), con sus dogmatismos si se quiere, con su estalinismo en algunos momentos, pero con indudables, entrañables e imperecederas páginas de heroísmo y de aciertos en la reflexión política y cultural. Nada humano le fue ajeno, especialmente el sufrimiento y la opresión de las clases trabajadoras. Lo puede decir alguien que como yo nunca ha militado en el partido de Gregorio López Raimundo, Teresa Pàmies, Cipriano García, Teresa Rodríguez, Epi San Román, Francisco Fernández Buey, Giualia Adinolfi, Paco Téllez, Manuel Sacristán y el recientemente fallecido, el compañero Lluís Hernández.

En el plenario de comités del pasado 18 de julio, en un comunicado de su comité central, se señala que «el PSUC viu ha saludado la confluencia que ha dado lugar en Catalunya a la constitución de ‘Catalunya sí que es pot’ y ha acordado su implicación en este proceso electoral hacia el 27 S» que, en su opinión, «ha de suponer una alternativa al gobierno de CiU y su soporte ERC, el gobierno de los recortes y la corrupción». No sólo de los recortes y la corrupción: la explotación, el engaño, el golpe bajo, etc. Desde el PSUC viu, prosiguen, quieren para las personas que viven y trabajan en Catalunya o están en búsqueda (desesperada) de trabajo «una alternativa en beneficio de las clases trabajadoras y las clases populares, que dé respuesta a los problemas laborales, sociales, democráticos, de igualdad y nacionales, en una perspectiva anticapitalista y anti patriarcal» y por supuesto ecologista: la perspectiva anticapitalista incluye este nudo.

Su generosidad, en mi opinión muy exagerada y algo confiada, les lleva a afirmar que aportarán sus «propuestas y alternativas al proceso de elaboración del programa electoral de ‘Catalunya sí que es pot’, a través de nuestra participación en EUiA». Tendrán que esforzarse mucho porque no es imposible que la actual dirección de EUiA, encabezada por un político profesional donde los haya como Nuet, y algunos otros miembros muy nombrados de la dirección de la coalición, ni les escuche. Lo suyo, en general, no es la aceptación de propuestas interesantes y documentadas. Suelen estar y ubicarse en coordenadas muy pero que muy alejadas. Básicamente: salvar a toda costa los muebles y el poder de la organización.

¿De qué propuestas se habla? De propuestas como la del trabajo garantizado que Alberto Garzón, «el candidato de IU a las elecciones generales y al proceso de confluencia en España, ha desarrollado para la creación de un millón de empleos». ¡No se habla de ese extraño ente denominado el Estado español, sino de España (como se habla sin que nadie se escandalice de Cataluña)! ¡Y hablan de España y, además, el mundo… no se hunde, sigue siendo habitable para la izquierda transformadora, federal y ecocomunista! ¡Un verdadero milagro!

La traslación de esta propuesta para Cataluña, en la que mucho tiene que ver también Eduardo Garzón (al que solemos olvidar injustamente), «para la creación de 500.000 empleos con salarios entre 800 y 1.200 € y de duración de 1 año podría tener un coste bruto de unos 6.500 millones de €» pero un coste neto de unos 3.000 millones teniendo en cuenta los nuevos ingresos públicos por los impuestos, directos e indirectos, los pagos generados a la Seguridad Social por estos nuevos trabajadores y el dinamismo económico generado por el incremento de su poder adquisitivo. Es decir, señalan con toda razón, «son posibles medidas de creación directa de empleo y de intervención en el mercado de trabajo [que no deberían llamar «mercado de trabajo», es terminología insultante para la clase obrera] que provoquen un efecto al alza de los salarios y en contra de la precariedad».

De hecho, con la creación de ese medio millón de trabajos (especialmente, en el ámbito de los servicios sociales, de la gestión del medio ambiente y de los cuidados), la tasa de paro en Cataluña, contando mal y por arriba, se situaría en el 7%, muy lejos de casi el 20% actual. El objetivo del pleno empleo -y digno tendría que añadirse, como se hace posteriormente-, «mientras no sea posible la plena protección social debe ser una bandera frente al paro, la precariedad y la desprotección social», especialmente si pensamos en las mujeres trabajadoras catalanas que sufren todavía más la actual ofensiva del capital, incluido el de «casa nostra» por supuesto (el que está representado políticamente por el PP, UDC, Ciudadanos, la lista de Romeva-Mas y alguna que otra fuerzas más), contra las clases populares del país. Sin piedad, dando duro, sin temblores humanistas en el pulso. Queremos, sostiene el comunicado, «un modelo social de personas libres e iguales, y consideramos que la madre de todos los derechos es el trabajo digno». El trabajo digno, ni más ni menos, el derecho a una vida alejada de la pobreza y del no puedo más, como era y ha sido el ABC del núcleo esencial y documentado de esta tradición de real emancipación social (y nacional si se quiere añadir una coletilla de urgente clarificación conceptual).

‘Catalunya sí que es pot’ en su declaración política inicial, se sigue afirmando en el comunicado del PSUC viu, «cuando se refiere a la cuestión nacional deja abiertas las posibilidades de un futuro federal, confederal o de independencia». La interpretación en este punto es más que generosa, transfinitamente (y no numerable) generosa más bien. Pero pelillos a la mar por el momento. Sea así si así se quiere… aunque está lejos de ser evidente en la exposición pública de las finalidades de la coalición.

Sea como fuere, «el PSUC viu ha defendido históricamente y sigue defendiendo el derecho de autodeterminación del pueblo catalán» y, como siempre, sigue «defendiendo junto a este derecho nuestra propuesta federal y republicana como la mejor alternativa para las clases trabajadoras y de las clases populares de Catalunya y de España». Por si no quedara claro y sin entrar en el significado de la reivindicación hoy, en julio de 2015, no en junio de 1974, del derecho de autodeterminación, «queremos un estado federal plurinacional, pluricultural y plurilingüistico para los pueblos de España», también en Cataluña por supuesto, que está lejos de ser una comunidad uniforme de ciudadanas y ciudadanos copias no creativas de un modelo único de catalán o catalana maravilloso, perfecto y genéticamente bien estructurado.

A continuación un punto básico, esencial, que recoge la aspiración de muchas ciudadanas catalanas (la que suscribe entre ellas y de manera destacada si fuera necesario): «El PSUC viu considera necesario que ‘Catalunya sí que es pot’ se defina con claridad por un no a la declaración unilateral de independencia (no a la DUI)». Con claridad y distinción: no estamos a favor a la declaración unilateral de independencia. De hecho, con mayor claridad aún, no estamos a favor de la independencia (falsa independencia de hecho) de Cataluña. Nada tiene que ver la propuesta con la de don Romeva y sus neoliberales colegas.

El plenario de comités acordó, además, «la participación activa en las machas europeas contra el TTIP, por pan trabajo techo y dignidad del próximo octubre, porque solo con el voto y sin movilización laboral y social será muy difícil la alternativa y mantener políticas que se van a confrontar con la Troika y sus políticas neoliberales de austeridad». Por supuesto, claro, como es evidente. Recordemos de paso que CDC y UDC, aparte del PP, votaron en contra de una consulta a la ciudadanía sobre este tema. Derecho a decidir… sobre lo que a ellos les da la real borbónica gana. Ni más ni menos. Sobre asuntos sociales, el capitalismo salvaje es su receta mágica. Que le pregunten a don Andreu Mas-Colell que de eso sabe un rato.

Además, y el punto también es esencial, el PSUC viu se reafirma en su proyecto federal «de clase y republicano, con un proyecto compartido con el PCE, en el que la República Federal es la ruptura con el régimen, supone una superación de los problemas nacionales y representa la unidad de las clases trabajadoras y populares de toda España». No es tan fácil eso de la superación de los «problemas nacionales» pero remarco: de toda España, sin ruptura de demos, sin desunión de gentes que deben luchar unidas. En este sentido, concluyen, consideran que la confluencia en Catalunya debe ser un paso más «hacia la necesaria confluencia para una alternativa en las próximas elecciones generales, que ‘Catalunya sí que es pot’ debe contribuir a una alternativa sin hegemonismos, sin exclusiones, donde IU debe ser uno de los actores importantes para la construcción de la unidad popular». Miran también, cómo si no, a las elecciones generales del próximo noviembre, un punto esencial de la situación. Nos jugamos mucho en ese combate en el que todas y todos debemos participar. Sin sectarismos, sabiendo lo mucho que nos jugamos.

Unidad popular, fraternidad, no, no y no a los infames lemas «Cataluña versus España» o «España explota a Cataluña», federalismo en serio, trabajo digno, nuevas propuestas sociales, feminismo, lucha común, contra el TTIP, etc. Falta algún nudo ecologista más concretado pero es obvio que no se puede hablar de todo en un comunicado tan importante y razonablemente temperado como éste, un texto que hubiera gustado a militantes del PSUC que dejaron muchos años de su vida en la lucha (algunas u algunos la vida misma), pagando con cárcel, maltrato y castigos, combatiendo por una república federal de los pueblos de España y contra la opresión nacional de sus ciudadanos, de aquí o de allí (y en otro tiempo), mientras otros que ahora se las dan de no se sabe qué se dedicaban a sus negocios y estudios y a las cuentas familiares ubicadas en Andorra o Suiza. Construían así su propio país. Nunca la identidad nacional exclusivista, menos la genéticamente defendida, fue marca de identidad de esta magnífica tradición poliética que, desde luego, como toda en nuestras vidas, no ha sido perfecta… Quien haya sido capaz de rozar la perfección, que levante la mano. ¿Observan muchas manos levantadas?

La solidaridad, la rebeldía y la hermandad siempre fueron, siempre han sido, manifestaciones de la ternura y la insumisión de los pueblos. Suena, si quieren, muy rosa, kitsch y angelical… pero no lo es. Se lo aseguro. Palabra sentida de una comunista federalista.

Por cierto: el 27 de septiembre de 1975, fueron asesinados (fusilados) cinco luchadores antifranquista: dos militantes de la ETA antifascista (Juan Paredes (Txiqui), Ángel Otaegui) y tres militantes del FRAP (José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz), el grupo en el que yo misma milité de joven. ¿Nadie hará referencia a ellos, a estos últimos fusilados, 40 años después? ¿Nadie hablará de ellos una vez muertos? Verán que no hay acumulación ensordecedora de voces.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.