Traducido para Rebelión por J.M.
Este mes, tanto desde la universidad de El Cairo como desde la oficina del salón Oval, el presidente Obama llamó al gobierno de Israel a detener la expansión de los asentamientos en los territorios palestinos ocupados. Debería enviar este mensaje a los norteamericanos que los sostienen y alimentan.
Hay más de 450 000 colonos en la Cisjordania y Jerusalén occidental, según Paz Ahora, una organización israelí que se opone a los asentamientos. Algunos de los colonos son norteamericanos. Y algunos de los más influyentes, figuras militantes en el movimiento de colonización, también han sido norteamericanos. Entre ellos, Baruj Goldstein, el médico de Brooklyn que hizo más de 100 disparos sobre fieles musulmanes en Jevrón, en 1994, matando a 29 de ellos; el rabino Meir Kahane, fundador del partido Kaj, que fue proscrito en Israel en l988, y cuya plataforma era racista; y el terrorista convicto Era Rapaport miembro de la fundación Tierra de Redención (Land Redemption Fund), coordinador de la adquisición de tierras palestinas destinadas a la expansión de los asentamientos.
Antes de que los colonos fueran removidos de Gaza en 2005, visité un grupo de ellos mientras rodaba mi última película. Algunos de los representantes de los colonos más apasionados hablaban de sus raíces profundas en la Franja de Gaza, a pesar de que en realidad, eran norteamericanos. Años antes, mientras trabajaba en derechos humanos como abogada, recibí documentos de colegas que habían sido amenazados ó atacados físicamente por jóvenes colonos mientras trataban de defender a granjeros palestinos durante la cosecha. Entre los atacantes había judíos norteamericanos, decían mis colegas.
Evangelistas cristianos en los Estados unidos también sostienen los asentamientos, destinando millones de dólares para ellos, de acuerdo a un informe reciente del National Public Radio. Los Amigos Cristianos de Comunidades Judías, con base en Colorado, por ejemplo, alienta a iglesias y ministros para que se conecten con «los pioneros del Israel bíblico» a través de «un programa de adopción de colonias». Sondra Oster Baras, director de la organización de la oficina israelí, estima que por lo menos más de la mitad de los asentamientos de la Cisjordania reciben directa ó indirectamente soporte de los cristianos, según informe de NPR.
Un puñado de pudientes hombres de negocios, entre los que se encuentra el magnate de casinos norteamericano Irving Moskowitz, son ampliamente reconocidos por haber hecho donaciones a grupos tales como el asentado en Brooklyn sin fines de lucro Fundación Jevrón que colecta dinero para sostener a los residentes en la ciudad cisjordana de Jevrón. De acuerdo a su página web de donaciones, la organización tiene como meta «sostener Jevrón para el pueblo judío». Amigos de Irtamar, también con base en Brooklyn, trabaja para en la recolección de fondos locales, libres de impuestos, para los asentamientos de Itamar en Cisjordania. Todo esto es a expensas del gobierno norteamericano, que pierde de ingresar por impuestos por permitir a estos grupos operar bajo la forma de entidades sin fines de lucro.
No todos los soportes de los asentamientos provienen de organizaciones de caridad. El periódico israelí Haaretz informó que en 2007, la organización que apoya las colonias Amana tenía oficinas de asuntos en Nueva York y Nueva Jersey destinadas a estimular a judíos norteamericanos a comparar propiedades en la Cisjordania. De acuerdo a Jewish Voice and Opinion, una publicación que se presenta a sí misma como una «publicación judía políticamente conservadora» en Nueva Jersey, respondieron aproximadamente unas 250 personas y en unas 10 propiedades se puso el cartel de compra.
En el último año, el pueblo de Bi’ilin presentó demandas en Canadá contra dos compañías de Quebec que construían y vendían viviendas en colonias de la Cisjordania. El caso está aún abierto, pero demuestra que la gente está empezando a prestar atención a influencias no israelíes en el crecimiento de los asentamientos.
Si las cortes no pueden encontrar el camino para disuadir la expansión de las colonias, quizás el departamento del tesoro con su oficina de control de bienes extranjeros (Office of Foreign Assets Control) pueda intervenir. El gobierno usamericano ya denominó al movimiento de Kahane organización terrorista extranjera ( foreign terrorist organization ) pòr cuestiones no relacionadas al financiamiento de las colonias, pero si hiciera este camino, tendrían los ciudadanos estadounidenses prohibido financiar apoyo económico a este grupo.
La primera enmienda de la constitución protege el derecho de defensa de los colonos a expresar sus puntos de vista, y así debe ser. No estoy sugiriendo que los sin fines de lucro pierdan sus ventajas impositivas simplemente porque son extraños a la política exterior norteamericana. Pero los asentamientos son abiertamente considerados como una violación al derecho intrnacional. Treinta años atrás, un consejero del departamento legal de Estados Unidos emitió una opinión en la cual denominaba a las colonias como «incompatibles» con la Cuarta Convención de Ginebra. En las recientes semanas, funcionarios de estado y la Casa Blanca declinaron comentar si la opinión de l979 refleja la políitica oficial, pero los comentarios del presidente Obama no han sido ambiguos. «Los Estados Unidos no aceptan la legitimidad de la continuidad de los asentamientos israelíes», dijo en El Cairo. «Es la hora de pararlos».
Posiblemente también sea el tiempo para que los norteamericanos dejen de financiarlo.
Ronit Avni, ciudadana israelí, norteamericana y canadiense, es la directora de la película «punto de encuentro», («Encounter Point«) y la directora ejecutiva de Just Vision, una organización dedicada a documentar iniciativas de paz y resoluciones para el conflicto palestino israelí.
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