Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Mientras el resto del mundo habla de un proceso de paz y mientras el presidente Obama crea falsas esperanzas de una resolución del conflicto israelí-palestino, Israel trabaja frenéticamente para crear hechos irreversibles tanto en el ocupado Jerusalén oriental como por toda Cisjordania.
Estos hechos, que adoptan la forma de decenas de miles de viviendas para colonos judíos construidas por toda la ciudad ocupada y más allá, están cambiando los rasgos demográficos y el panorama general de Jerusalén en particular.
Jerusalén no es simplemente una ciudad más. Es sagrada para 1.500 millones de musulmanes de todo el mundo ya que es donde están ubicados los principales santos lugares del Islam. Por ello, es probable que la progresiva judaización de la ciudad por parte de Israel complique cualquier esfuerzo futuro de lograr un acuerdo pacífico para el conflicto.
Un intelectual palestino se refería a la situación de Jerusalén afirmando que «ahora se trata de un conflicto de duración indefinida similar al intento de los musulmanes de librar a la ciudad de los francos en los siglos XI y XII». Un residente en Hebrón, al sur de Cisjordania, afirmó: «Puede que este conflicto dure varias décadas, incluso un siglo o más, pero tiene que acabar con el desmantelamiento o destrucción de algo llamado Israel».
En una importante entrevista concedida a Al-Ahram Weekly, el cartógrafo y experto en demografía Khalil Tufakji argumentaba de forma convincente que la situación en Jerusalén Oriental ya ha llegado al punto de no retorno. «Si alguien le dice que es posible tener un Estado palestino con Jerusalén como su capital, no le crea. Es más una fantasía que una visión realista. Es un mantra casi totalmente ajeno a la realidad».
Tufakji explicó que Israel ya había confiscado el 87% de Jerusalén Oriental y ha dejado sólo la zona construida, que no supera el 13% de la ciudad de la que se apropió Israel en 1967. «Incluso esta pequeña zona está sometida a un incesante acoso diario por parte de Israel con el propósito de obligarnos a abandonar nuestras propiedades en interés de los colonos judíos».
Tufakji señaló que Israel ha adoptado dos planes que tienen el objetivo de completar el proceso de convertir a Jerusalén en la capital eterna e indivisible de Israel. El primer plan se llama Jerusalén 2020 y prevé la construcción de más de 58.000 viviendas para judíos en los confines de Jerusalén Oriental para finales de 2020. El segundo plan se conoce como Jerusalén 30/A y prevé un crecimiento de la población judía de decenas de miles de personas con el propósito de convertir a los palestinos en una minoría pequeña y cada vez más reducida su propia ciudad.
«Están planeando convertir a Jerusalén en una ciudad favorecida, una ciudad que atraiga a judíos de todo el mundo. Y para implementar esta visión están ofreciendo gran cantidad de incentivos entre los que se incluyen tanto altas reducciones de impuesto, fáciles condiciones de vivienda y prestaciones hipotecarias como unas infraestructuras mejoradas y atractivas oportunidades de empleo».
Tufakji afirmó que Israel también estaba planeando ampliar las fronteras de la ciudad en todas las direcciones hasta el punto de que la población árabe no excediera del 12%, mientras que la población judía alcanzara un 88% sin precedentes. La realización de este temerario plan adoptará la forma de una campaña de limpieza étnica de la población árabe en Jerusalén.
«Su táctica está diseñada para confinar la mayor cantidad posible de árabes en la menor cantidad de terreno. Además, aumentará dramáticamente la demolición de casas árabes y se anularán los derechos de residencia de la mayor cantidad posible de habitantes de Jerusalén Oriental para vaciar la ciudad de sus residentes árabes y, en consecuencia, borrar su identidad árabe-musulmana».
Israel ya ha anulado los permisos de residencia de al menos 70.000 residentes árabes alegando toda una serie de justificaciones y pretextos inventados, como el haber viajado al extranjero y verse implicado en vagas infracciones de la seguridad. Desde 1994 Israel ha demolido casi 1.000 edificios grandes en Jerusalén Oriental.
Tufakji señaló que la constante presión israelí unida a la política israelí de estrechar los horizontes árabes ha provocado que la población árabe en el interior de la ciudad amurallada se reduzca a 175.000 habitantes, mientras que la población judía se ha disparado hasta más de 200.000 habitantes. Al-Ahram Weekly preguntó a Tufakji sí creía que la Autoridad Palestina tenía los días contados para actuar en lo que se refiere a salvar Jerusalén.
«Por desgracia, de momento es demasiado tarde para Jerusalén. Otros pueden decir también lo mismo respecto a Cisjordania. En última instancia, estamos hablando de hechos objetivos sobre el terreno. Para simplificar las cosas para sus lectores, puedo decir que Israel ha acabado con la posibilidad de un verdadero Estado palestino. Y si alguien le dice que Jerusalén se convertirá en la capital de un futuro Estado palestino, no le crea».
Tufakji añadió que bajo la rúbrica de unas falsas negociaciones de paz con una débil y desmoralizada Autoridad Palestina Israel estaba cambiando la fisionomía de los territorios palestinos ocupados de tal modo que cualquier entidad palestina que se pudiera establecer estaría «gravemente deformada» y «tendría un aspecto muy, muy horrible». «Es cierto que no soy político, pero no hace falta ser un gran politico para ver los hechos y la escandalosa situación que se está produciendo aquí».
Fuentes israelíes informaron esta semana de que el presidente estadounidense Barack Obama y el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu habían acordado que Israel podría seguir con la expansión de las colonias, pero sin hacer anuncios públicos al respecto. El diario israelí Haaretz informaba el 12 de julio de que el Comité de Planificación Municipal de Jerusalén había aprobado la construcción de 32 nuevas viviendas para judíos en Jerusalén Oriental. El periódico citaba las palabras de un miembro del Comité que afirmaba que «seguiremos construyendo en todas partes y en cada barrio de Jerusalén».
Netanyahu, que acaba de volver de una «exitosa visita a Washington», ha asegurado a sus socios de la coalición pro colonos que no ampliará la aceptada a regañadientes moratoria sobre la construcción de colonias que expira el próximo 27 de septiembre. Los medios israelíes citaron las palabras de Netanyahu afirmando que «una promesa es una promesa, una fecha es una fecha y un objetivo es un objetivo».
Mientras tanto, los dirigentes palestinos en Ramala siguen dudando acerca de si volver a las negociaciones directas con Israel como insiste Netanyahu y pide Obama. Con unas negociaciones de paz que se han desarrollado durante años sin resultados, uno se puede preguntar qué puede convencer ahora a los palestinos para dar otra oportunidad más a las negociaciones.
Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/
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