La situación sigue siendo muy crítica en Alepo, víctima de los bombardeos de los aviones de guerra rusos y de la artillería siria desde el final del último alto el fuego. El mayor hospital de los barrios rebeldes de la ciudad ha sido de nuevo objetivo, el sábado 1 de octubre, de al menos dos […]
La situación sigue siendo muy crítica en Alepo, víctima de los bombardeos de los aviones de guerra rusos y de la artillería siria desde el final del último alto el fuego. El mayor hospital de los barrios rebeldes de la ciudad ha sido de nuevo objetivo, el sábado 1 de octubre, de al menos dos barriles de explosivos, según la Syrian American Medical Society (SAMS).
«Hay informaciones sobre la utilización de una bomba de fragmentación», ha precisado Adham Shaloul, de la ONG con sede en los Estados Unidos, que gestiona este hospital. Este establecimiento sanitario, así como otros de Alepo, ha sido ya objetivo de bombardeos los últimos días.
Según la SAMS, estos hospitales se han visto obligados a suspender sus actividades y solo seis estructuras hospitalarias [más que elementales y carentes de recursos]siguen aún en actividad en los barrios de Alepo controlados por los insurgentes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los combates en la parte oriental de la ciudad, asediada por las fuerzas lealistas, han provocado en una semana cerca de 350 muertos, de ellos un centenar de niños y niñas.
«Pedimos cuatro cosas: parad de matar, parad de atacar los servicios sanitarios, dejad salir a los enfermos y los heridos y dejad entrar la ayuda humanitaria. La situación es extremadamente complicada», ha alertado Rick Brennan, director de la gestión de riesgos ligados a situaciones de urgencia y de la acción humanitaria de la OMS.
El miércoles 28 de septiembre, este hospital así como otro, ambos situados también en la parte oriental de la ciudad habían sido alcanzados por bombardeos aéreos. Uno por un raid, el otro por un disparo de artillería, había hecho saber la SAMS. Al menos dos pacientes habían muerto y dos miembros del personal sanitario habían sido heridos en los bombardeos.
«Los ataques deliberados contra los hospitales son crímenes de guerra» había advertido el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. El régimen sirio y su aliado ruso están acusados por los occidentales de utilizar contra zonas civiles de Alepo armas normalmente destinadas a objetivos militares, como bombas antibunker, incendiarias y de fragmentación.
Según la OMS, Siria es el país más peligroso para el personal sanitario con 135 ataques contra centros médicos en 2015.
En un informe publicado el miércoles 28 de septiembre de 2106, Human Rights Watch (HRW) ha denunciado la utilización en numerosas ocasiones de armas químicas por el régimen de Bachar Al-Assad en Alepo. Fundándose en una investigación entre personal médico y testigos, la ONG afirma que el ejército sirio ha lanzado bombas cargadas de productos químicos tóxicos en los dos barrios residenciales de Alepo el 16 de agosto y el 6 de septiembre.
Alepo: un objetivo gigante
«Los aviones de la coalición dirigida por Siria hacen llover bombas sobre la ciudad. Todo el este de Alepo se ha convertido en un objetivo gigante. El gobierno sirio debe detener inmediatamente los bombardeos indiscriminados. Y, en tanto que aliado político y militar de Siria, Rusia tiene la responsabilidad de ejercer la presión necesaria para que esto se detenga», declara Xisco Villalonga, director de operaciones de Médicos Sin Fronteras.
Según la dirección de la salud de Alepo-Este, entre el 21 y el 26 de septiembre, los hospitales de Alepo aún capaces de funcionar han acogido a más de 822 heridos, de ellos al menos 221 niños; y más de 278 muertos, entre ellos al menos 96 niños.
«Todos los servicios de cuidados intensivos están a rebosar. Los pacientes deben esperar a que otros mueran para tener una cama. No disponemos más que de tres quirófanos mientras que ayer, en solo un día, hemos realizado más de veinte operaciones de cirugía abdominal mayor», deplora el Dr. Abu Waseem que dirige el hospital de urgencia del Este de Alepo, una estructura apoyada por MSF. «El personal del hospital trabaja hasta veinte horas al día. Sencillamente, porque no pueden volver a casa dejando que la gente se muera».
El importante número de heridos hace bajar rápidamente los stocks de los hospitales. En agosto, MSF ha logrado hacer llegar un cargamento de material médico a la ciudad durante la breve interrupción del asedio pero luego no ha podido repetirlo. «En el curso de los últimos meses, hemos hecho todo lo que hemos podido para continuar apoyando al hospital de Alepo. Pero ahora la ciudad está en estado de sitio total, los convoyes humanitarios son objetivo de los ataques y los bombardeos son intensivo. Nos encontramos impotentes», añade Xisco Villalonga.
En el este de Alepo, la situación era ya crítica antes de esta nueva ofensiva. Hoy, el 30 de septiembre, MSF publica su informe sobre el bombardeo del hospital Al Quds (http://www.msf.org/sites/msf.
«Rusia y los demás miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas deben respetar la resolución sobre la protección de las estructuras médicas y poner fin al desprecio más total de la humanidad que se practica en Alepo hoy», añade Xisco Villalonga. «Estos despiadados bombardeos, de una extrema violencia, deben cesar. Se deben tomar medidas de forma urgente a fin de permitir la evacuación de los más enfermos y de los heridos hacia zonas en las que puedan recibir la atención médica que necesitan. Si no se hace nada, tendremos la confirmación de que nuestros temores estaban fundados: el mundo habría abandonado a la población de Alepo a una muerte lenta y violenta».
MSF apoya ocho hospitales en Alepo, seis estructuras sanitarias en el norte de Siria y más de 150 centros de atención sanitaria y hospitales en todo el país, muchos de ellos en zonas asediadas»
(Artículo elaborado sobre la base de informaciones proporcionadas por la AFP y la página de Le Monde, RFI y, desde el intertítulo, de MSF; datos de fecha del 30 de septiembre y del 1 de octubre de 2016).
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur