El 15 de mayo, el día del gran recuerdo, no miramos atrás para desenterrar la evidencia de un crimen pasado, porque al-Nakba [El Desastre] es un presente extendido que augura mantenerse en el futuro. No necesitamos nada para recordar la tragedia humana que hemos padecido durante los últimos 53 años: seguimos viviéndola en la actualidad. […]
El 15 de mayo, el día del gran recuerdo, no miramos atrás para desenterrar la evidencia de un crimen pasado, porque al-Nakba [El Desastre] es un presente extendido que augura mantenerse en el futuro. No necesitamos nada para recordar la tragedia humana que hemos padecido durante los últimos 53 años: seguimos viviéndola en la actualidad. Seguimos resistiendo sus consecuencias, aquí y ahora, en la tierra de nuestra patria, la única que tenemos. Mahmud Darwix, poeta palestino
En 1897 en Basilea, Suiza, lugar de celebración del primer congreso sionista de los judíos, es donde se menciona por primera vez el nombre de Palestina como futuro hogar nacional de los judíos.
A partir de aquellos momentos empiezan los líderes judíos sionistas a planear y tejer una serie de acciones en todos los ámbitos para cumplir el sueño de llevar a todos los judíos del mundo hacia Palestina e implantarlos en aquel país, sin importarles si allá había o no un pueblo con sus raíces arraigadas desde los tiempos de la aurora de la humanidad.
El proyecto sionista en las primeras décadas post-congreso sufrió un revés y fracasó en colonizar a Palestina. Ello se debió a varias razones, entre ellas el rechazo del Imperio Otomano de venderles Palestina, a pesar de las grandes sumas de oro ofrecidas por la Agencia Judía Internacional, ya que esas tierras tienen un valor religioso muy importante, inclusive para los turcos musulmanes, por Jerusalén y su mezquita (ALAQSA) mencionada en el Corán.
En lo práctico y cotidiano era difícil convencer a un europeo, sólo por profesar la religión judía, de abandonar su patria (sea Alemania, Polonia, Francia, etcétera) y emigrar hacia Palestina para construir un hogar nacional, sólo para judíos, y dejar una Europa surgente, pujante en su desarrollo industrial, adelantada en todos los aspectos de la vida y, comparándola con Arabia y Palestina particularmente -una zona que estaba sufriendo el colonialismo turco, por más de cuatrocientos años-, una zona atrasada, a propósito, en los aspectos económicos, sociales, educacionales, etcétera, por culpa del Imperio Otomano.
Unos pocos miles de judíos (menos de 30 mil) fueron emigrados hacia Palestina, tratando de convivir junto a los árabes. Pasaron los años y casi se entierra el proyecto sionista, hasta que empiezan a ver posibilidades reales en el terreno, que permiten realmente llevar a cabo dicho proyecto, los cuales puedo resumir en tres aspectos principales:
Uno: Declaración de Balford
Aprovechar los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial y acercarse a Gran Bretaña (potencia líder mundial), hasta arrancarle una promesa al canciller británico de aquel entonces, de otórgales a los judíos una parte de Palestina para «construirles un hogar nacional para ellos». Dicha promesa (Declaración de Balford, 1917) finalizando la Primera Guerra Mundial, les sirvió como plataforma política y fue de gran apoyo, hasta 1948, para llevar a cabo el proyecto colonialista más cruel, humanamente hablando, y el más protegido por las potencias políticamente.
Dos: aprovechamiento del fascismo europeo
Aprovechar el surgimiento del fascismo en Europa a finales de los años 20 del siglo pasado, hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial. Todos sabemos cómo fueron tratadas las masas judías por el fascismo europeo: en Italia, con su líder fascista Moussolini; en España, con su líder Franco; y todos los nazis y su líder fascista Adolfo Hitler.
Los judíos fueron diseminados, humillados, asesinados por dichas fuerzas en casi toda Europa, situación que fue altamente aprovechada por el movimiento sionista internacional para captar a esas masas de judíos y convencerla fácilmente para emigrar hacia Palestina, y construir ahí su paraíso.
Tres: falta de apoyo pan-arábico hacia Palestina
La falta de un apoyo pan-arábico eficaz al indefenso pueblo palestino en su lucha, tiene como razón fundamental, la naturaleza de los regímenes árabes en aquel entonces, recién constituidos, nombrados por el mismo imperio colonial extranjero antes de salir de la región, o sea regímenes que no representaban los verdaderos intereses de los pueblos, sino de una elite dependiente de los amos occidentales y más bien su rol era negativo, porque al negarle la ayuda material y logística a los palestinos fue justificada dicha negativa por la presencia de unidades militares de sus ejércitos que benefició al Estado Sionista recién constituido en el corazón del mundo árabe, en Palestina, nombre que ha querido ser borrado del mapa oficial mundial, a la vista y paciencia de los gobernantes árabes pro-occidente.
Pero no todos saben que las fuerzas armadas de judíos provenientes de Europa, estaba formada por grupos terroristas, que iniciaron un plan bien estudiado para ocupar poco a poco los lugares más importantes de la Patria Palestina, usando todos los métodos y contando con la venia incondicional de los británicos en su protectorado, «Palestina».
Como consecuencia de dicho plan sionista, el pueblo palestino enfrentó dicha confabulación mixta británico-sionista, la que rechazó, enfrentó y resistió usando las fuerzas a su alcance en aquel tiempo. Pero, sin armas adecuadas, sin una dirigencia clara y unida, sin un apoyo pan-arábico real y eficaz, no pudo vencer y fueron destruidas más de 420 aldeas y poblados, expulsados de sus tierras y casas cientos de miles de pobladores en pocos años.
Masacres como la de Yassin y Kafr Qasem son ejemplos de lo que pueden hacer esas nuevas fuerzas sionistas en la vida.
El 14 de mayo
Las intenciones de los británicos estaban principalmente enfocadas en garantizar a los judíos las bases políticas, jurídicas y materiales, al entregarles parte de Palestina como un hogar, pero las intenciones del alumno superaron al maestro.
Ellos asumieron el 45% del territorio palestino (que les fue destinado en la resolución No. 181 de Naciones Unidas de 1947) y siguieron avanzado hasta alcanzar el 75% del territorio total de Palestina. El 14 de mayo de 1947 surgió por primera vez el Estado de Israel en el territorio palestino, ocupando la parte que le fue asignada, más la que ellos tomaron de la parte árabe-palestina.
Con los años se convirtió el tierno cordero en un lobo feroz que terminó con la ocupación de toda la Palestina histórica, en la famosa guerra relámpago de los seis días, en 1967. Y con ello y resultado de ese conflicto, el 60% del total del pueblo palestino vive fuera de su tierra, de donde fue arrancado, sin derecho de retornar a sus casas, tierras y propiedades, a pesar de todas las resoluciones de las Naciones Unidas, tanto del Consejo de Seguridad como de la Asamblea General.
Nosotros los palestinos, antes de todo, sabemos que Dios es grande y se hará justicia para nuestro pueblo, un día, mientras debemos continuar presionando para que las potencias mundiales en general, y la usamericana en especial, tomen cartas en el asunto y apliquen la ley internacional, por ejemplo, ejecutar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como las Res. No.191, 242, 338, por mencionar algunas, que están destinadas a hacer justicia.
Hasta ahora las administraciones usamericanas sucesivamente se han preocupado de hacer justicia a sus intereses. Es por ello que los representantes usamericanos han abortado más de 24 intentos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a través del derecho al veto, a proyectos de resoluciones encaminadas en hacerle justicia al pueblo palestino ¿Por qué la administración usamericana refleja a las fuerzas vivas de nuestro pueblo como fuerzas terroristas? ¿Por qué EE.UU. presenta al negro como blanco y al diablo como ángel? ¿Por qué EE.UU. no dice de una vez por todas, que ellos no tienen principios morales que rigen su política exterior, sino intereses materiales y económicos, y que no hay diferencia entre estar al lado del diablo o de los ángeles con tal de protegerlos, aunque violen así todas las normas y principios morales del hombre?
Nuestras manos heridas todavía pueden extraer la marchita rama de olivo de los escombros de la masacrada arboleda, pero sólo si los israelíes alcanzan la edad de la razón y reconocen nuestros legítimos derechos nacionales, definidos por las resoluciones internacionales, entre las cuales destacan el derecho al retorno, la retirada completa de los territorios palestinos ocupados en 1967 y el derecho a la autodeterminación y a un estado independiente y soberano con Jerusalén como capital.
De igual modo que no puede haber paz con ocupación, no puede haberla entre amos y esclavos.
La comunidad internacional no puede, como hizo en el año de al-Nakba [1948], cerrar los ojos por mucho más tiempo ante lo que está ocurriendo en la tierra de Palestina.
Sharif Mazen es un palestino residente en Nicaragua.