Dictadura en las orillas de los ríos de Brasil: el sufrimiento de las poblaciones afectadas

1. Lo que está ocurriendo con los afectados por las represas.

   Cuando una empresa quiere construir una represa, va en busca de información, y entre los datos verificados está el estudio sobre el potencial energético brasilero, realizado por Electrobrás en la década de los 70. Definido el lugar de construcción de la obra, el paso siguiente es hacer estudios y levantamientos técnicos, además del levantamiento socio-económico de la zona.

   Esos estudios, realizados por una empresa contratada o por la propia empresa constructora, serán los utilizados posteriormente en el proceso de licitación y en la elaboración del Impacto Ambiental, y lo que ocurre en la práctica es que la misma empresa constructora hace el levantamiento, por ejemplo, de cuántas familias serán afectadas, cuáles son los impactos ambientales que indefiniblemente ocurrirán, etc.

   Y esa misma empresa es la que define los conceptos en que basa sus estudio, haciéndolos variar conforme a sus intereses, e interfiriendo directamente sobre la definición del número de afectados.

   En ese proceso los datos se «legalizan» y las empresas pasan a tener responsabilidades ante el Gobierno Federal. Y los afectados que no hayan sido catrastados pasan a ser considerados «ilegales». En el caso de que la justicia intervenga, la empresa sólo se hace responsable de un determinado número de personas: justamente de aquellas a las que la empresa «legalizó» como afectadas.

2. Los derechos son negados.

   En el proceso de indemnización son ofrecidas tradicionalmente tres opciones para las familias reconocidas por las empresas como afectadas: carta de crédito, indennicación en dinero, o reasentamiento comunitario (y entiendase que hablamos de población esencialmente relacionada con la agricultura).

   Los que agarran el dinero generalmente abandonan la región y van hacia las medianas y grandes ciudades, y en la mayoría de los casos reciben valores muy bajos a título de indemnización (Ejemplo: en Cana Brava, las familias llegaron a recibir 39 reales de indemnización..). Nuestra pregunta es: ¿Qué podrán hacer estas personas con esta insignificancia de recurso? ¿Acaso podrá comprar otra casa? Sin empleo, por cuanto tiempo podrá pagar alquiler?..esta inquietud es la que nos lleva a defender que todas las familias sean reasentadas en grandes áreas de tierra.

   En el caso de la carta de crédito, que es la propuesta del Banco Mundial, la gravedad es semejante, pues, después que las inmobiliarias toman gran parte de su dinero, las familias son realojadas en regiones aisladas, sin acompañamiento técnico y social, lo que hace que las familias tengan que abandonar sus tierras en poco tiempo, volviendo a sus municipios de origen..

   Claro que estos dos modelos, indemnización y carta de crédito suponen para las empresas un coste extremadamente bajo, y trasladan el problema social al gobierno ay al resto de la población, con una consecuencia directa en el empobrecimiento general.

   El reasentamiento de las familias en otras áreas es la posibilidad más viable. Y es allí, en el reasentamiento donde las familias reconstruyen sus comunidades, recomienzan a producir, con asesoría técnica, y recomponen su cultura campesina.

3. La deuda social dejada por las represas

Las empresas han adoptado un tratamiento semejante en todas las partes del mundo: tratan de forma particular a las familias, explorando sus fragilidades, nunca respetando reglas generales, y buscando romper su unión.

Por ejmplo: La Tractebel es dueña de las represas de Itá y Cana Brava. En Itá las familias se organizaron y conquistaron un módulo mínimo de tierra. Y en Cana Brava ni siquiera recibieron tierra, y la empresa es la misma.. Es también comun que las empresas creen falsas asociaciones de representantes, a los que llaman «comisiones negociadoras», donde suelen participar muchos políticos, alcaldes, y muy pocos afectados.

Cada empresa define lo que es un afectado conforme a sus intereses y también define el tratamiento a dar: esa decisión unilateral, muchas veces, sólo es posible contradecirla cuando los afectados, con sus movilizaciones, consiguen situar a alguno de sus líderes para acompañar los análisis de familias afectadas.

La mayor parte de las represas planificadas aparecen ante los ojos de los brasileros como autoproducción de Energía, lo que no significa otra cosa que la continuidad del pensamiento de la dictadura militar, en el cual las hidroeléctricas son construidas para alimentar las grandes empresas de otros países en el área de la producción de aluminio y celulosa, enriqueciendo cada vez más más a empresas transnacionales, principalmente norteamericanas, a costa de la devastación medioambiental y del empobrecimiento de millares de familias afectadas por las represas.

4-Datos sobre la construcción de represas en Brasil.

Existen 2000 represas en Brasil. De ellas

1. 625 se encuentran operativas, 139 de ellas grandes con más de 30 MW. 230 de potencia media entre 1 y 30 MW 153 por debajo de 1 MW.
2. Cerca de 1530 micro represas estaban abandonadas o se conocían sus condiciones.