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Diez años después del veredicto del Tribunal, aumentemos la grieta en el muro de Israel

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido del inblés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Desde hace doce años una enorme sombra se cierne sobre la Palestina ocupada. Es una sombra que no deja de crecer y que consume tanto vidas como medios de vida mientras serpentea a través de ciudades y pueblos encerrando a una población originaria en minúsculos bantustanes mientras se apropia de cada vez más terreno al tiempo que forma la espina dorsal de proyecto de asentamiento colonial.

Esta sombra proviene del Muro del apartheid de Israel que domina el paisaje palestino: una amalgama de hormigón, torres de vigilancia y alambre de espino, de checkpoints, zonas tapón y sensores de movimiento. Un muro que ha aguantado una Intifada, una y otra ronda de farsas de negociación e incontables condenas de todo tipo de grupos de derechos humanos.

A pesar de su aparente inmutabilidad, hace diez años apareció una grieta en el muro cuando el 9 de julio de 2004 la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una sentencia afirmando que el muro construido en la ocupada Cisjordania era ilegal y debía ser derribado, así como que Israel estaba obligado a pagar compensaciones por el daño causado por su construcción.

Además de ello, el CIJ insistió en la obligación que tienen todos los gobiernos del mundo de no reconocer, ayudar o apoyar al muro ni a la empresa colonizadora de Israel, así como de obligar a Israel a acatar la sentencia del CIJ.

Han pasado diez años y como poderosos gobiernos han eludido sus responsabilidades, el Muro ha crecido impunemente. Ya se ha terminado el 70% de este y cuando se acabe de construir, se extenderá a lo largo de 800 kilómetros y posibilitará la anexión de facto del 46% de Cisjordania.

Ante la falta de acción oficial, decenas de organizaciones palestinas emitieron un llamamiento a las personas ordinarias de todo el mundo a incidir en el décimo aniversario de la sentencia del CIJ convirtiendo el mes de julio en un mes de acciones en contra del Muro del apartheid.

Devastación

Se anima a organizaciones y personas de todo el mundo a utilizar esta oportunidad de concienciar acerca del Muro, a empezar o fortalecer las campañas de boicot, desinversión y sanciones [a Israel] (BDS) centradas en empresas implicadas en la construcción del Muro, y a presionar a los gobiernos a cumplir con sus obligaciones tal como señalaba la sentencia del CIJ.

Los efectos que ha tenido el Muro sobre Palestina han sido devastadores. Divide a las personas de sus familias, de su trabajo, de la educación y atención médica; les roba sus tierras y sus medios de vida, y facilita la expansión de las colonias israelíes.

Pero el impacto del Muro llega mucho más allá de las fronteras de Palestina. Hay decenas de empresas implicadas en la construcción del Muro, empresas que no solo son cómplices de la grave violación de la legislación internacional humanitaria (lo que supone un crimen de guerra), sin que además utilizan sus habilidades y conocimientos adquiridos al cometer un crimen de guerra para perpetuar políticas de exclusión, marginación y segregación en todo el mundo.

Por ejemplo, la empresa israelí Elbit Systems no solo produce drones y equipamiento para los tanques Merkava, sino que además ha ganado millones con los «sistemas de detección de intrusiones» para el Muro. Elbit ha exportado el conocimiento y material desarrollado oprimiendo a los palestinos a Estados Unidos, donde en 2006 obtuvo parte de un contrato por valor de 2.000 millones de dólares para construir el muro en la frontera entre Estados Unidos y México, un muro diseñado para impedir que seres humanos busquen una vida mejor. A principios de este año el Departamento de Seguridad del Estado estadounidense concedió a Elbit otro contrato por valor de 145 millones de dólares para establecer una vigilancia más agresiva en la frontera.

Al igual que Elbit, Magal Security Systems ha ganado millones de dólares encerrando tanto Gaza como Cisjordania. Actualmente se puede encontrar la tecnología Magal a lo largo de la «línea de control» de India en Cachemira, en la frontera estadounidense con México o en cárceles canadienses.

Por último, está la infame empresa de seguridad británico-danesa G4S que no solo suministra servicios a las cárceles israelíes en las que es cotidiano el maltrato y tortura de los presos palestinos, sino que también suministra equipamientos de escaneo de todo el cuerpo y del equipaje de los checkpoints israelíes.

G4S opera en 125 países y hace tiempo que se utiliza en todo el mundo su tecnología para los checkpoint. Solo en Canadá obtuvo un contrato valorado en 366 millones de dólares para suministrar servicios a los aeropuertos, además de los otros 61 aeropuertos en los que opera por todo el mundo.

Eludir obligaciones

Diez años después de la sentencia del CIJ la sombra de opresión del Muro se puede sentir desde Palestina a Cachemira y la frontera entre Estados Unidos y México. Quienes se benefician de la opresión se embolsan millones de la discriminación y la desposesión.

En Palestina desde hace 66 años Israel continua con su proyecto de crear unilateralmente hechos consumados. El Muro del apartheid está diseñado para hacer que estos hechos sean permanentes. Mientras tanto gobiernos poderosos eluden sus obligaciones al ofrecer solamente una retórica vacía y negociaciones estériles.

Ante esta realidad, te pedimos que este mes de julio te unas a nosotros y nosotras para encender una luz en el muro de impunidad, que emprendas acciones en tu entorno coordinadas con otras emprendidas por todo el mundo, que agrandes la grieta en el Muro para que finalmente se venga abajo toda la estructura de apartheid.

 

Jamal Juma’ es el coordinador de la Campaña Palestina en contra del Muro del Apartheid. Para participar en en el mes de julio de acciones de #StopImpunity, visita la página web icj10.stopthewall.org .

Fuente: http://electronicintifada.net/content/ten-years-after-world-court-ruling-widening-crack-israels-wall/13454