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Dios gobierna todo en 2012, incluso el Estado de Israel

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

Israel no es lo que usted pensaba, no lo que el mundo pensaba, no lo que imaginan los israelíes de sí mismos. La sociedad israelí no es laica, no es liberal y tampoco es ilustrada.

Dios existe. El ochenta por ciento de los judíos israelíes no puede estar equivocado. Y es precisamente por esa razón que tenemos que decir que Dios nos proteja de los resultados de la encuesta realizada por el Instituto Guttman del Centro de Israel para la Democracia y la Fundación Avi Chai y que publicó este periódico. Si bien es concebible la posibilidad de hacer frente a esta creencia que quema -la mayoría de la población cree en la divinidad-, ¿qué hacemos con el «Dios nos eligió? El setenta por ciento de los encuestados dijo que también creía que los judíos son el pueblo elegido y este temible parámetro crece de forma alarmante.

Hay que agradecer a los encuestadores por dejar que el gato salga de la bolsa. Parafraseando el eslogan publicitario de Haartez de la década de 1990, Israel no es lo que usted pensaba. No lo que el mundo pensaba, tampoco lo que los israelíes piensan de sí mismos. La sociedad israelí no es laica, no es liberal y tampoco es ilustrada. Si pudieran pensar libremente, cabe la duda de si el 80% de los iraníes respondería que es creyente; es dudoso que exista alguna otra nación libre en el planeta, con la posible excepción de los estadounidenses que produzca los mismos resultados. Pero seguramente no hay ninguna otra nación del planeta que esté segura en su certeza arrogante de haber sido seleccionada entre todas las demás naciones y elevada por encima de ellas.

Los resultados de esta encuesta de gran alcance son la clave más importante para la comprensión de la sociedad israelí y la conducta de sus gobiernos. Es el único prisma a través del cual sólo es posible comprender la ocupación, el racismo, el proceso de la creciente religiosidad de la población y la capitulación frente a los colonos. En nuestros corazones, pensamos que este es nuestro destino. Si cualquier sociedad ilustrada trataría a los colonos y ultraortodoxos como marginales, grupos excéntricos y/o mesiánicos, en Israel la actitud hacia ellos proviene de un lugar muy profundo dentro de la sociedad «secular». Si en cualquier sociedad ilustrada la ocupación despierta protestas y repulsión, la actitud aquí hacia ellos se basa en una creencia religiosa que justifica todas sus iniquidades.

La encuesta demuestra que todos somos «jóvenes de buena cuna», y que la mayoría de nosotros somos sicarios. Las expresiones de racismo hacia los árabes y extranjeros, la actitud arrogante de Israel hacia la opinión pública internacional, todo puede explicarse también por la creencia ignorante y primitiva de la mayoría de los israelíes (70%) de que tenemos permiso para hacerlo porque ÉL nos eligió. Incluso el carácter religioso del Estado, que es mucho menos secular de lo que tendemos a pensar, no hay autobuses o vuelos de El Al en Shabat, no existe el matrimonio civil, no hay hoteles que no tengan cocina ritual, una mezuzá en la jamba de la puerta de casi todos los hogares y un número cada vez más creciente de personas que la besan cuando entran o salen, y todo esto se puede explicar con los datos de la encuesta.

Hay mucha menos coacción religiosa de lo que parece y muchos más dispuestos a los caprichos del fundamentalismo judío. A partir de ahora, ya no puede decirse que la mayoría secular ha allanado a la minoría religiosa, no hay una mayoría secular, sólo una minoría insignificante.

En contraste con la mayoría de los países europeos hoy en día, en Israel «ateo» es un término despectivo que pocas personas se atreven a decir, mucho menos lo utilizan para identificarse. En un país semejante, es imposible hablar seriamente de la laicidad. Tenemos que admitir la verdad, y es que somos casi una sociedad religiosa y un Estado casi basado en la ley religiosa. No hay necesidad de seguir contando el número de personas que utilizan el solideo, pañuelos en la cabeza o capotes largos. La gente con la cabeza descubierta se encuentra en el mismo campo mientras acepten el carácter de su Estado, donde la religión es el Estado y el Estado es la religión, todo mezclado. No hay necesidad de seguir siendo sorprendido por el extremismo religioso, de ser religioso, ya sea moderado o extremo, es lo mismo, y es la mayoría aquí.

De Jenin a Hebrón, estamos en la Ribera Occidental, sobre todo porque la mayoría de los israelíes creen que no es sólo la tierra de los patriarcas, sino que esto nos da un derecho patrimonial a la soberanía, a la crueldad, el abuso y la ocupación, y al diablo con la posición de la comunidad internacional y los principios del derecho internacional porque, después de todo somos los elegidos de entre los demás pueblos. Desde Bnei Brak (1) a Mea Shearim (2), estos ultra ortodoxos son, en gran medida, nosotros, sólo con vestimenta y lenguas diferentes, versiones más extremas de la misma creencia.

Tal vez era inevitable. Un Estado que surgió en un determinado territorio y conquista otro territorio y ha permanecido allí casi para siempre, todo sobre la base de historias de la Biblia. Una población que nunca decidió si se trataba de una nación o una religión y un Estado que pretende ser un «Estado judío «, aunque nadie tiene idea de lo que eso significa. Todo esto no puede existir sin un fundamento que es el de un pueblo elegido que cree en su Dios. Esto es Israel en 2012. Dios tenga misericordia de nosotros.

(1) y (2) barrios ultra religiosos de Jerusalén

Fuente: http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/god-rules-all-in-2012-israel-even-the-state-1.409739