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Distintos intereses extranjeros alrededor del conflicto sirio

Fuentes: Rebelión

El poderío del Estado Islámico (ISIS) está sacudiendo al mundo entero, y hoy es el foco de los ataques de diferentes fuerzas involucradas en el conflicto sirio. Mientras las facciones participantes de la guerra se excusan en luchar contra los fundamentalistas islámicos, en realidad, sus objetivos centrales son otros. Los países que forman parte de […]

El poderío del Estado Islámico (ISIS) está sacudiendo al mundo entero, y hoy es el foco de los ataques de diferentes fuerzas involucradas en el conflicto sirio. Mientras las facciones participantes de la guerra se excusan en luchar contra los fundamentalistas islámicos, en realidad, sus objetivos centrales son otros.

Los países que forman parte de la beligerancia civil siria, pudiendo ya hablar de un conflicto internacional, usan como pretexto al terrorismo islámico para poder penetrar en la guerra y aprovechar la situación para llevar adelante sus propios intereses.

Rusia

El presidente ruso, Vladímir Putin, comunicó el ingreso de Rusia al conflicto sirio el 30 de septiembre pasado. El interés ruso pasa, principalmente, por mantener al presidente sirio, Bashar al-Assad, al frente de su cargo. Para lograr esto, se lucha contra las distintas facciones que pretenden derrocarlo, ya sea el ISIS como los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL).

Hay un interés comercial y otro estratégico, que explican más aún el papel que juega Rusia. El país ruso tiene una base militar en Siria con salida al Mediterráneo, específicamente en Tartus, lo cual se teme perder en caso de que al-Assad deje el poder, y sobre todo si esto sucediera en manos de la ONU, o más concretamente, los Estados Unidos. Por esta misma razón, su objetivo se centra en mantener al presidente en su cargo, lo que explica su compromiso cada vez mayor en el conflicto.

En cuanto a lo comercial, Rusia vende armamentos y aviones de combate a Siria, y es necesario que puedan mantener ese acuerdo de vital importancia económica para los rusos. Sumado a esto, China apoya a Rusia, con el interés puesto en el petróleo de la región y su comercialización.

Estados Unidos y Francia

El país norteamericano, con apoyo francés, se focaliza en el hecho de combatir al terrorismo yihadista del Estado Islámico. Pero detrás de esto, EE.UU. financia a quienes considera los «rebeldes moderados» (ESL) para poder derrocar a al-Assad, con la idea de que el ESL se quede con el poder en el país. Acá entendemos una doble intención, su reiterada excusa de luchar contra el terrorismo, pero a la vez querer derrocar al presidente, apoyado por Rusia, y no dejar que los soviéticos pisen fuerte en la región.

Luego de los atentados de París, Francia decidió involucrarse de lleno con bombardeos a objetivos del ISIS, declarando la guerra al terrorismo, con el apoyo fiel del presidente estadounidense Barack Obama.

Arabia Saudita

El reinado saudí fue el gran promotor de este conflicto, comenzado años atrás. Con el surgimiento del Estado Islámico, luego de la guerra de Irak (2003), desde Riad, capital saudí, se financió este tipo de movimientos (visto por Occidente como terroristas). Pero, ¿por qué? El islam predomina la región de Oriente Medio y tiene un conflicto ideológico entre sus dos principales ramas, sunnitas y chiítas, por la lucha en predominar los territorios árabes. El sunnismo domina en Arabia Saudita, más específicamente una rama dentro del mismo, el wahhabismo (interpretación radical del Corán). Luego de la Revolución Islámica de Irán en 1979, aún persistente y bajo la conducción del clero chiíta, las diferencias entre estas ramas del islam se magnificaron y se expresaron cada vez más violentamente.

Por esta razón religiosa, Arabia Saudita no se opone directamente al Estado Islámico. Su principal objetivo es el derrocamiento de al-Assad, gobierno de corte chiíta, para después poder focalizarse en combatir al ISIS. La intención es partir la «ruta chiíta» que va desde Irán hasta el Líbano, pasando por Irak y Siria.

Irán, Irak y Líbano

Al igual que Arabia Saudita, sus principales intereses son de índole religiosos. Siria presenta un gobierno alauista afín a la República Islámica de Irán, y el objetivo iraní es que siga siendo así. El alauismo es una minoría política dentro del chiísmo.

También Irak persigue fines semejantes. Si bien este país, luego de la intervención estadounidense, quedó partido en tres -chiítas en el sur, en el centro la burguesía sunnita y en el norte la burguesía kurda-, hoy conduce el mismo la parte del chiísmo y ayuda con tropas militares al oficialismo sirio, al igual que hacen desde Irán.

En cuanto a lo religioso, podemos afirmar que desde el Líbano, la agrupación Hezbolá, de corte chiíta, también coopera con el gobierno sirio con los mismos intereses religiosos que Irán e Irak.

Israel

El Estado de Israel es el gran aliado de Occidente en Medio Oriente. Su mayor preocupación en la región es la República Islámica de Irán, y en base a los movimientos de los iraníes, el ejército israelí actúa. Si bien ya han bombardeado oportunamente parte de Siria, los Altos del Golán, todavía se espera una posible entrada en el conflicto. Lo que podría funcionar como excusa para que Israel ingrese oficialmente en la guerra, podría ser una movilización del ejército iraní hacia Siria, lo cual dejaría a las tropas de Irán cerca de la frontera con Israel.

Turquía

Los turcos tienen en el poder al Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) desde el 2003. Recep Tayyip Erdogan fue Primer Ministro y ahora es Presidente, quien hoy lentamente está instalando un gobierno de corte religioso, musulmán. El principal enemigo del gobierno es el pueblo kurdo, situado al sur del país y norte de Siria. Por esta razón, Erdogan dice bombardear al Estado Islámico en la frontera sirio-turca, pero la realidad es que su objetivo primordial son los kurdos, quienes reciben los ataques aéreos.

El pueblo kurdo reclama un territorio que contiene parte de Turquía, Siria, Irak e Irán. Los kurdos, al estar situados también al norte de Siria, se ven involucradas de lleno en el conflicto, y sus milicias, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), presentan gran resistencia al ISIS, en ocasiones obteniendo mejores resultados que todas las embestidas aéreas por parte de las potencias mundiales.

Los recursos del ISIS

Queda claro que todas las partes del conflicto tienen sus objetivos principales no declarados y, en segundo plano, la preocupación por el Estado Islámico. A la vez que los ataques se despliegan, los yihadistas parecen tener recursos económicos para la guerra que se vive, con territorios tomados con pozos de petróleos para comercializar al mercado negro, los impuestos que se cobran, y las arcas de las ciudades tomadas.

En cuanto a las tropas, el propio ISIS sostiene contar con 100 mil combatientes (número desmentido por la CIA, acusándolos de ser sólo 30 mil), entre los cuales hay ex combatientes de Saddam Husein y de la guerra de Chechenia. A esto se la suma la constante cooptación de extranjeros que se suman a las filas de los yihadistas.

El conflicto parece tener larga duración a futuro, más si repasamos la manera que tuvo Occidente de enfrentar al terrorismo en otras ocasiones: siempre con declaraciones de guerras e invasiones en países extranjeros, tal como sucedió en la región con Irak y Afganistán, éste último todavía con presencia de soldados estadounidenses.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.