Traducido por Sinfo Fernández
El 30 de abril, el periódico semanal jordano Al-Majd publicó una historia sobre un documento secreto de dieciséis páginas titulado: «Plan de Acción para la Presidencia Palestina», en el que se llamaba a socavar y sustituir al gobierno palestino de unidad nacional.
El documento perfilaba una serie de pasos para fortalecer al Presidente palestino Mahmud Abbas, aumentar los efectivos de seguridad bajo su mando y proceder a disolver el Parlamento palestino, reforzando a los aliados estadounidenses en Fatah a lo largo de un período transitorio que llevaría a celebrar elecciones parlamentarias, que Abbas convocaría a comienzos del próximo otoño.
El documento de Majd se basa en una traducción del gobierno jordano de un documento acreditado de la inteligencia estadounidense que un funcionario del gobierno jordano entregó al periódico. El documento, dijo el funcionario al periódico, estaba redactado por las «partes árabes y estadounidenses» y «había sido presentado al presidente Abbas por el jefe de una agencia árabe de inteligencia». El documento es explosivo.
Si Abbas hubiera dado su consentimiento al plan -extremo que aún no se conoce con seguridad- habría sido cómplice de un proyecto encaminado a socavar a su propio gobierno.
Comprendiendo las implicaciones del documento, los funcionarios del gobierno jordano ordenaron que se parara la impresión a la vez que se confiscaban las planchas de la edición. «Los servicios de la seguridad jordana, que censuran previamente los periódicos, intervinieron durante la noche para parar nuestra tirada», confirmó Fahd Al Rimawi, uno de los editores de Al-Majd.
El 1 de mayo, el gobierno jordano explicó su decisión en una declaración emitida por el presidente de la Asociación Jordana de Prensa, Tariq al-Mumani. La declaración afirmaba que Al-Majd había publicado repetidas veces informes «basados en información facilitada por fuentes de la inteligencia que ponían en peligro los intereses y la seguridad del país».
Mumani explicó que la imprenta de la Fundación de la Prensa Jordana se había negado a imprimir la edición del 30 de abril porque se incluían informes perjudiciales para Jordania y que «ofendían a un estado hermano». El «estado hermano» referido es la Autoridad Palestina (AP), según han publicado algunas fuentes.
El 2 de mayo, el gobierno jordano y Mumani proporcionaron más antecedentes del caso del Majd. Mumani afirmó que el informe Al-Majd era «totalmente falso» y no estaba basado en fuentes fiables. Sin embargo, dos días después, Mumani fue citado de nuevo en la información de las noticias, diciendo esta vez que la asociación de prensa requería «el levantamiento de la prohibición e insistía en abolir cualquier tipo de censura».
(Al-Majd, que se describe en su editorial como «nacionalista árabe» ha tenido varios roces con los servicios jordanos de seguridad, incluido un incidente por un editorial sobre Arabia Saudí por el que el periódico estuvo suspendido durante dos meses.)
La acción del gobierno jordano provocó una rápida condena del Comité Internacional para la Protección de los Periodistas (CPJ, en sus siglas en inglés). «Este flagrante acto de censura es una clara evidencia del precario estado de la libertad de prensa en Jordania», dijo el director ejecutivo del CPJ, Joel Simon. «Los funcionarios deberían permitir que Al-Majd se editara inmediatamente».
Parece que las presiones dieron resultado. A finales de la pasada semana, Mumani anunció que las autoridades jordanas habían levantado la prohibición y que la edición de Al-Majd del 30 de abril volvería a imprimirse.
Aún así, la publicación por Al-Majd del «Plan de Acción para la Presidencia Palestina» podía haberse desvanecido en la oscuridad si no fuera por un artículo del 4 de mayo del periódico israelí Haaretz en el que detallaba unos «Puntos de Referencia para el Acuerdo sobre Movimientos y Accesos». El documento sobre la «Aceleración de Puntos de Referencia» detallaba una serie de fechas tope para que Israel empezara a desmantelar gran número de sus obstáculos de seguridad y puntos de control en Cisjordania, permitiendo que se incrementara el acceso a los territorios ocupados.
La aparición del documento de los «Puntos de Referencia» en los días siguientes a la revelación del documento del Majd sugiere una conexión, aunque, a pesar de las apariencias, el primero puede no ser en realidad un componente del segundo. Al contrario, la revelación de los dos planes uno tras otro puede reflejar agendas en competición partiendo del Departamento de Estado y de la Casa Blanca estadounidense.
No es ninguna sorpresa que la prensa de EEUU haya brillado por su ausencia a la hora de recoger esas historias aparecidas en Majd o en Haaretz ni que haya ignorado la existencia de un programa de la Casa Blanca para socavar al gobierno de Hamas (véase No-goodniks and the Palestinian shootout (1), Asia Times Online, 9 de enero). El documento de Majd llegó hasta una amplia audiencia cuando se informó de él en la página de Internet Missing Links (2) sobre el incidente de Ammán, traduciendo del árabe algunas partes del documento y analizando el plan propuesto.
Los detalles del incidente del Majd, la publicación del «Plan de Acción para la Presidencia Palestina», los comentarios proporcionados por Missing Links, y la consiguiente publicación adicional del documento estadounidense en Haaretz han hecho ahora posible que se pueda detallar cómo EEUU (o al menos una facción de consejeros políticos dentro de la administración) está intentando poner en marcha su plan para lanzar un «golpe suave» contra el gobierno palestino de unidad nacional.
El ‘plan de acción’ de EEUU
Tras el Acuerdo de La Meca del mes de febrero, que postulaba la formación de un gobierno de unidad palestino, los funcionarios de la Casa Blanca están peleándose para remodelar un programa anti-Hamas. El «plan de acción» resultante se apoya en gran medida en el desembolso de fondos estadounidenses para organizar las fuerzas de seguridad del Presidente Abbas, al mismo tiempo que se aumenta la entrega de fondos para proyectos específicos de desarrollo conectados con su oficina.
El plan que se entregó a Abbas, según un funcionario de Fatah, es muy detallado, en él se expone que se entregarían los salarios a los componentes del gobierno palestino que estén estrechamente afiliados a Fatah y sean apoyados por Abbas. El plan prevé asestar ‘un fuerte golpe a Hamas satisfaciendo las inmediatas necesidades del pueblo palestino a través de la presidencia y de Fatah’. Al mismo tiempo, el boicot internacional contra Hamas seguiría en marcha y los programas que Hamas quiere desarrollar no recibirían financiación alguna.
Antiguos funcionarios de Fatah que se oponen a ese programa confirman las alegaciones de Majd de que la acción fue planeada entre la Casa Blanca y funcionarios de la inteligencia árabe. «Puedes ver la mano de Omar Sulieman [jefe de la inteligencia egipcia] en esto», dijo un funcionario de Fatah. «No es ningún secreto que ha estado trabajando con los estadounidenses para fortalecer a Fatah».
Pero este funcionario de Fatah rechazó implicar a nadie del gobierno jordano, que afirmó «era mucho más escéptico sobre este tipo de planes, razón por la cual, quizá, el documento se filtró antes». Y aunque este funcionario de Fatah no podía asegurar quién había sido el autor del programa en la Casa Blanca, el documento refleja los puntos de vista largamente mantenidos por el consejero de la Casa Blanca para Oriente Medio Elliot Abrams, conocido por ser el que más empeñado está en ejercer las presiones necesarias para conseguir rearmar las fuerzas de seguridad de Abbas.
Las preocupaciones de EEUU por la cada vez más débil posición de Abbas aparecen claramente en el lenguaje del plan de acción: «En ausencia de esfuerzos firmes por parte de Abbas para proteger la posición de la presidencia como el centro de gravedad del liderazgo palestino, puede esperarse que el apoyo internacional hacia él disminuya y que la cooperación sea poco entusiasta», dice el plan.
«Y un número creciente de países, incluyendo a la Unión Europea y al G-8 [Grupo de los Ocho], empezarán a buscar socios palestinos que sean más aceptables y más creíbles y que tengan más posibilidades de avanzar en las cuestiones de seguridad y gobierno. Y eso fortalecería la posición de Hamas dentro de la sociedad palestina y debilitaría más a Fatah y a la presidencia palestina. Y todo ello disminuiría las posibilidades de convocar unas próximas elecciones.»
El plan vuelve a poner el énfasis en el compromiso estadounidense para construir el servicio de seguridad de Abbas, un programa financiado ahora con unos 59 millones de dólares en ayudas para la seguridad aprobada directamente por el Congreso. El dinero «impedirá que Hamas o cualquier otra facción desarrolle algún intento de intensificación del conflicto, mientras que el control de la seguridad por parte de la Autoridad Palestina y Fatah se apoyará en una base sólida». El plan cuenta también con el apoyo de la UE y del Banco Mundial.
«El Presidente palestino Mahmud Abbas propondría, en consultas con el Banco Mundial y la Unión Europea, un plan que definiría los sectores y proyectos específicos que tienen necesidad de financiación y que deberían mostrar resultados prácticos y tangibles sobre el terreno en el espacio de seis a nueve meses, y que se centrarían en el alivio de la pobreza y el desempleo», apunta el documento. «Y ya que algunos proyectos necesitarán más de nueve meses, debería haber una garantía de resultados aceptables dentro de esos nueve meses. Todo esto persigue garantizar la utilidad de esos proyectos antes de las elecciones.»
Anticipando que la popularidad de Abbas estaría ya en alza -y con el dinero para sus partidarios fluyendo a través de su oficina- el plan propone que Israel actúe para mejorar más la credibilidad de Abbas levantando bloqueos de carreteras y barricadas en Cisjordania y facilitando el acceso palestino a Gaza. «Abbas necesitará que se le proporcionen los medios, tanto materiales como legales, para gobernar y fortalecer su credibilidad y legitimidad, para que así pueda convocar cómodamente elecciones parlamentarias para comienzos del otoño de 2007».
Quizá la parte más interesante del plan de acción esté en la aparente necesidad de sus autores de ocultar el hecho de que es una propuesta que parte de EEUU y sus aliados
-jordanos y egipcios- árabes. El plan afirma que está ideado para ser presentado ante los palestinos como un primer paso a dar a fin de poder obtener el acuerdo de EEUU y del Cuarteto Árabe.
Esto aseguraría a Israel y a los europeos que Abbas está tomando el mando. El engaño sería completo y las manos de EEUU aparecerían limpias: el «plan de acción» no sería así un plan estadounidense para socavar al gobierno de unidad palestina, sería el propio plan de Abbas.
El papel de Israel
El 4 de mayo, Haaretz publicó el plan de seguridad estadounidense para Cisjordania y Gaza que el periódico había recibido el 25 de abril de funcionarios del gobierno israelí. Según un diplomático estadounidense, les llevó más de un mes escribir el documento (3), redactado por el General estadounidense Keith Dayton, por el Embajador de EEUU en Israel Dick Jones y por su Cónsul General en Jerusalén Jacob Walles, y empezó a elaborarse a mediados de marzo, poco después del anuncio de la formación de un gobierno de unidad palestino.
El momento escogido para escribir el documento de Haaretz coincide entonces con el «plan de acción» elaborado para la aprobación de Abbas y, en efecto, los dos parecen estar conectados, bien como planes interrelacionados o, quizá más probablemente, reflejando el enfrentamiento en curso en Washington por ver quién controla la política hacia Oriente Medio.
El objetivo del documento de los «Puntos de referencia» patrocinado por EEUU es fijar un calendario para el levantamiento de los bloqueos de carreteras israelíes y la apertura de pasos para el comercio y las personas en los territorios ocupados. Pero el documento contiene también un fuerte componente secundario, que requiere que Israel «apruebe las peticiones de armas, munición y equipamiento que requieran las fuerzas de defensa» leales a Abbas.
Los componentes del plan prevén que israelíes y palestinos se comprometan en una serie de acciones coordinadas que amplíen el control de seguridad de la AP a todos los sectores de Gaza y Cisjordania. Muhammad Dahlan, el recién nombrado jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Abbas, se encargará de elaborar y poner en marcha un plan de seguridad que asegure esto. Israel reducirá entonces lentamente las restricciones de paso en zonas específicas de Cisjordania según un detallado programa.
Así pues, hay dos componentes claves en el programa: primero, que Israel aprobará y apoyará la transferencia de «armamento, munición y equipamiento» a las fuerzas de Dahlan bajo la dirección de Dayton y a petición específica de éste, y que, a cambio, las fuerzas de seguridad de la AP pondrán en marcha un plan que suprimirá el lanzamiento de cohetes Qassam hacia Israel.
Según el documento de los «Puntos de Referencia», se requerirá a Dahlan para que desarrolle un plan contra el lanzamiento de cohetes Qassam antes del 21 de junio, con el apoyo del Presidente Abbas, y que las fuerzas bajo mando de Dahlan se desplieguen por las áreas problemáticas antes de esa fecha. Se pedirá también a las fuerzas palestinas que impidan el contrabando de armas en el área de Rafah en coordinación con Israel, un aspecto delicado y largamente pretendido por anteriores oficiales de las fuerzas de la defensa israelíes desde la retirada israelí de Gaza.
En las veinticuatro horas siguientes a la publicación del documento de los «Puntos de referencia», Abbas lo aprobó. Pero el plan fue rechazado en cambio por Hamas. El líder de la organización que vive en Damasco, Jalid Meshaal, declaró que la propuesta era una «farsa», que implicaba que los controles israelíes sólo se levantarían cuando los palestinos depusieran poco a poco su resistencia ante la ocupación.
«La ecuación ahora no es desmantelar los puntos de control a cambio de poner fin a la resistencia palestina», dijo Meshaal. El gobierno israelí dudaba también, diciendo que estudiaría la propuesta. Los oficiales de la defensa israelí adoptaron una línea mucho más dura, manifestando que la adopción del plan dañaría la seguridad de Israel.
Washington se movió velozmente para tranquilizar a su aliado. El plan simplemente apoyaba las «sugerencias e ideas que han estado circulando», dijo un portavoz del Departamento de Estado. «No es ninguna clase de acuerdo formal ni algo que se le esté imponiendo a nadie». Cuatro días después, un funcionario de la Embajada de EEUU en Tel Aviv dijo que no era un documento para «tomarlo o dejarlo», sino «un proyecto informal» o «sugerencias» que podrían «ayudar a facilitar la discusión, el compromiso y la acción».
Tras el incidente del Majd y la publicación del documento de los «Puntos de Referencia» en Haaretz, la Secretaria de Estado de EEUU Condoleeza Rice, canceló abruptamente su viaje a Israel, alegando «confusión política» en el gobierno israelí. En realidad, la confusión real está en Washington, donde sucesivos intentos para hacer que arranque un proceso de paz han sido, en efecto, cortocircuitados por la falta de reflexión diplomática de Rice («No creemos que ella tenga el mandato del presidente», señala un funcionario israelí), o por la deliberada indiferencia de la Casa Blanca hacia los esfuerzos de Rice por mostrar a los aliados de EEUU que este país hará algo para resolver el conflicto israelo-palestino.
«Condi no está a cargo de la política hacia Oriente Medio», comentó un funcionario israelí. «Cada vez que ella hace una gira, Elliott Abrams corre a denigrarla. Es vergonzoso». La vergüenza se ha hecho ahora pública.
En un almuerzo de trabajo el miércoles pasado en la Casa Blanca, Abrams dijo a un grupo de republicanos judíos que no dedicarían demasiados recursos a los esfuerzos para presionar a Israel para que llegue a un acuerdo con los palestinos. «Declaró que las presiones sobre Israel eran un poco de cara a la galería», contó un miembro del congreso conocedor del encuentro, «y que sólo se hacían para satisfacer a los europeos y a los árabes».
Dijo: «Ya saben, tenemos que aparentar que estamos haciendo algo. Realmente no tienen que preocuparse de nada».
Abrams, de acuerdo con un informe sobre la misma reunión que apareció en Haaretz, dijo que las conversaciones entre Rice, Abbas y el Primer Ministro israelí Ehud Olmert sobre las eventuales negociaciones eran sólo un «proceso por amor al arte». El informe de Haaretz indicaba que «algunos de los asistentes interpretaron los comentarios de Abrams como una seguridad de que la iniciativa de paz promovida por Rice no contaba con el apoyo total del Presidente George W Bush».
La información sobre los comentarios de Abrams provocaron una respuesta inmediata de la Casa Blanca: «Es inexacto sugerir que la Casa Blanca y el Departamento del Estado están en desacuerdo sobre esta cuestión, porque toda la administración -incluido el Sr. Abrams- está comprometida en ese objetivo [la iniciativa de paz de Rice], así como el resto de la agenda del presidente».
A pesar de esto, es difícil llegar a la conclusión de que el programa de Rice -imponer que Israel esté conforme con disminuir las barreras en Cisjordania y facilitar el acceso a Gaza- pueda realizarse cuando, por otra parte, el programa estadounidense en aras a minar a Hamas parece destinado a proseguir su curso. Y al final, señalan los observadores de Washington, es probable que en la actual pelea Abrams-Rice, Abrams acabe ganando y los palestinos perdiendo.
Mark Perry es co-director de Conflicts Forum (http://conflictsforum.org/), una organización con sede en Beirut dedicada a proporcionar una oportunidad al Islam político. Es asesor político en Washington, DC. Paul Woodward es el editor administrativo de la página de Internet Conflicts Forum y también es en el creador y editor del blog especializado en asuntos exteriores War in Context (http://warincontext.org/)
Notas:
(1) http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/IA09Ak03.html
(2) http://arablinks.blogspot.com/2007/05/unified-explanation-of-american-schemehtml
(3) http://www.haaretz.com/hasen/spages/855665.html
Fuente en inglés: www.atimes.com/atimes/Middle_East(IE16AK044-html
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.