Tras leer varias veces la opinión del eurodiputado del PSOE Luis Yáñez-Barnuevo recogida por la sección de Opinión del Diario Público el día 9 de enero de 2010 quisiera manifestar que solamente coincido con él en que «el futuro de Cuba le corresponde decidirlo a los cubanos» y, en mi opinión, bien que lo hacen […]
Pero el motivo de mi respuesta no es el salir en defensa de la República de Cuba y de su Revolución, pues por un lado ellos saben bien defenderse y, por el otro, lo que más le duelen a señores que no pisan la calle como los eurodiputados, sirva el ejemplo de Luis Yáñez, es que Cuba es un ejemplo para muchísima gente – cada vez más – que anhelan un verdadero mundo de paz y libertad, donde el ser humano sea el centro de todo acabando con la desigualdad, pero todo ello es incompatible con la existencia de explotación y sometimiento, o lo que es lo mismo, mientras exista el sistema capitalista de producción. El motivo de mi respuesta es salir en defensa de términos como libertad o democracia que están siendo manoseados por una casta política que se sitúa por encima de la Sociedad, políticos que están estrechamente ligados con los monopolios capitalistas y cuando dejan su trabajo en el escaño no dudan en engrosar las listas de los directivos y gestores de dichos monopolios, abundan los ejemplos entre los que destacan muchos del Partido del Eurodiputado Luis Yáñez. Partido que a la par es beneficiario de condonaciones de préstamos bancarios que la oligarquía financiera no duda en perdonarles.
El Eurodiputado Luis Yáñez, al igual que los dirigentes políticos de los partidos capitalistas, no tienen autoridad moral para hablar de democracia y libertad pues callan y miran para otro lado ante la ausencia de democracia y libertad que padecen sus compatriotas. En el estado español son millones los trabajadores que temen ejercer su derecho a defender colectivamente sus intereses y presentarse o convocar elecciones sindicales en su centro de trabajo por temor a las represalias. ¿Cómo es posible eso en un estado tan democrático y de derecho cómo el español? Las consecuencias de las políticas realizadas por los «demócratas» políticos, como los del Partido del eurodiputado Luis Yáñez, nos dicen que la democracia y la libertad que pregonan significan para la mayoría trabajadora persecución sindical, siniestralidad laboral (con miles de muertos y centenares de miles de obreros mutilados), temporalidad en el empleo ( de los 16.681.237 contratos que se hicieron en 2008, sólo dos millones fueron indefinidos y, además, la duración media de los contratos fue, en 2008, de 78,48 días ). En el país del Eurodiputado Luis Yáñez, la libertad y la democracia significan en el mundo del trabajo impunidad del empresario en referencia a la violación de los derechos de los trabajadores y manos libres para despedir. Porque el empresario, en este sistema es juez de primera instancia y despide con impunidad al obrero, que no tiene tan siquiera presunción de inocencia quedándole a éste la única opción de acudir a una apelación o segunda instancia en el Juzgado, donde además de una legislación adversa se dilatan los procesos de tal forma que éste no puede más que sucumbir por inanición.
En España, y tal como se contabiliza el desempleo que no refleja la realidad del mismo, se roza el 20% de desempleo, casi cuatro millones de personas a las que se les niega el derecho al trabajo. Podríamos hablar de las pensiones de miseria que los jubilados perciben, del fracaso escolar, de la exclusión social, del racismo, de las cada vez más frecuentes enfermedades psicológicas provocadas por la sobreexplotación, de su respeto a los NOES a la Constitución europea de varios pueblos introduciéndolo por la puerta de atrás vía tratado de Lisboa de los vergonzantes referéndums que realizan donde se refrendan cosas no aprobadas con el voto positivo de la mayoría, etc…, todo ello en esta democracia y libertad por la que el Sr. Yáñez dice que ha luchado desde 1.962. Pero no nos engañemos ni nos dejemos engañar, este eurodiputado pretende equipararnos al fascismo con el comunismo haciendo una mediocre aplicación de la teoría del término medio de Aristóteles, teoría refutada y falsa por cierto, en el ámbito de la política para así loar al sistema de explotación capitalista, su sistema y que le proporciona unos buenos emolumentos como político profesional, que está conduciendo a la humanidad a la guerra, a la muerte y a la miseria. No puede existir libertad mientras existan explotadores y explotados, pues la libertad para el explotado será la de liberarse de la explotación y ser dueño de su futuro, de su vida, de lo que genere.
Al igual que no puede haber socialismo, ni democracia, mientras la mayoría trabajadora esté sometida por una minoría parasitaria que se apropia del fruto de trabajo de esa mayoría trabajadora y que determina qué se produce en base a sus intereses crematísticos y no en base a las necesidades de la mayoría del Pueblo. Su libertad, Sr. Yáñez, es la libertad para explotar, para ilegalizar a partidos políticos e ideologías – no me refiero sólo a los independentistas vascos sino a los que sus colegas gobiernos de la UE hacen con organizaciones comunistas en la antigua Europa del Este – que no sean las suyas burguesas y sus políticas sociales no son más que acentuar la injusticia, la desigualdad y la explotación para que unos pocos sean mucho más ricos para que una mayoría sea mucho más pobre y para demostrar esto no hay que salir de la península sino observar la realidad que dice que el crecimiento real de los salarios entre 1995 y 2005 – antes de la cacareada crisis que ha incrementado los patrimonios de los muy ricos -fue del -0,30% y que el crecimiento real de los beneficios empresariales en ese periodo fue del +73% según expresa la OCDE o que las indemnizaciones por despido en 1980 eran una media de 60 días por año trabajado y hoy son una media de 19 días por año trabajado.
Con todos estos datos, Sr. Yáñez, creo que poca autoridad moral tiene usted para hablar de democracia y de libertad. Empiecen por hacer algo por su pueblo, que se desangra, y dejen que otros Pueblos construyan su futuro como estimen conveniente. Y ya que habla de Cuba, sería bueno que los diputados españoles y eurodiputados se fijaran en los salarios que tienen sus homólogos cubanos ¿Verdad Sr. Yáñez?
* El autor de este texto es militante del Partido Comunista Obrero Español (P.C.O.E.)
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