Mientras se habla del 18 de junio (¡tan cercano lingüísticamente cuanto menos al 18 de julio!) como probable fecha de la (improbable) entronización, mientras se conocen los detalles de lo diseñado y realizado durante estos meses que sitúan, por si hubiera alguna duda, al PSOE como pieza fundamental del entramado borbónico-oligárquico, a Wally, como a […]
Mientras se habla del 18 de junio (¡tan cercano lingüísticamente cuanto menos al 18 de julio!) como probable fecha de la (improbable) entronización, mientras se conocen los detalles de lo diseñado y realizado durante estos meses que sitúan, por si hubiera alguna duda, al PSOE como pieza fundamental del entramado borbónico-oligárquico, a Wally, como a Nemo, si se le busca, se le encuentra… o cuanto menos se le encontraba. Cuesta a veces. Pero al final la búsqueda tiene sus frutos. Es cuestión de insistir, de no desesperarse.
Sigamos ese sendero. Sin rendirse, agitando todas las banderas y finalidades republicanas que seamos capaces.
Encontrar a don Oriol Junqueras en estos días de agitación republicana, a pesar de ser presidente, coordinador o secretario general de un partido que dice ser de izquierdas y republicano, es otra cosa. No es tan fácil como en el caso de Wally. Ni muchos menos. Se le pudo ver el día de la abdicación del Rey Borbón, el yerno de don Urdangarin… en Sant Vicenç dels Horts, un pequeño pueblo barcelonés del que él, no se sabe cómo y salvo error por mi parte, sigue siendo alcalde a pesar de ser, al mismo tiempo, diputado, jefe de la oposición, aliado de Mas el neoliberal, y responsable de mil setecientas catorce tareas complementarias. El asunto de la abdicación, según sus propias palabras, el nombramiento como futuro jefe de Estado de Felipe VI (¡el siguiente del V además!), «un golpe de estado constitucional de perspectivas nada halagüeñas» [1], es secundario, no es asunto sustantivo. Preocupación o problemas de españoles, no va con él ni con su partido ni con .Cat. Lo que cuenta es el 9N. Lo demás… música para dinosaurios, pasodobles toreros.
¿Y la ANC? ¿Dónde está la Asamblea Nacional de Cataluña? ¿Nada tienen que decir los compañeros asambleístas independentistas a los que no suelen gustar mucho las asambleas ciudadanas no identitarias? ¿Nada tiene que decir su presidenta, la señora Forcadell, ante un asunto de este calado? ¿No siguen ya afirmando, a pesar de los indianos, del proteccionismo, del apoyo patronal al golpe del general Primo de Rivera y, pocos años después, al general Francisco Franco, que España explota a Cataluña, a la Catalunya de Fainé, Mas, Millet, Serra, Grifols y Andic? ¿No deberían estar preocupados con la prolongación de la explotación «española»? ¿No reclaman el dret a decidir? ¿No en este ámbito, el de la elección de la forma de Estado? La concentración republicana del pasado lunes en plaza Cataluña, ¿no iba con ellos? ¿No éramos catalanes de debò los manifestantes del 2 de junio?
¿Y la izquierda catalana no independentista? ¿No debería, no deberíamos agitar y organizar ahora más que nunca? ¿No debería (mos) convocarnos día tras día en lugares céntricos y no céntricos, en los barrios obreros de la ciudad, en la rosa de fuego? ¿No toca, aún no toca? ¿Ni siquiera estos días? ¿No deberíamos ocupar de nuevo, republicanamente, con toda la energía y organización de la que fuéramos capaces, la plaza Cataluña? ¿No debería ser ésta de nuevo la plaza de la indignación republicana? ¿A qué esperamos entonces?
En una reciente entrevista, Julio Anguita ha señalado una de las tareas de la hora: «si ahora mismo me dirigiese a los republicanos diría: «Miren, compañeros, de acuerdo con la república. Vamos a trabajar en serio para traerla, vamos a discutir qué república queremos y vamos a dejarnos de tantas manifestaciones». Vamos a dejar de agitar tanto las banderas y vamos a trabajar en sesiones, creando un poder republicano. Eso no se hace con banderas y manifestaciones; hay que hacerlas, obviamente, pero en base a eso no se hace la república.»
Sólo en base a eso no, desde luego. Pero también con ello. Es condición necesaria para crear, cuanto menos aquí, en el país de Salvat-Papasseit, Teresa Pàmies, Joan Brossa, Giulia Adinolfi y Francisco Fernández Buey, en el país hermano de los otros pueblos de Sefarad, contrapoderes republicanos.
¡Por la III República! ¡Exijamos un referéndum! ¡No al continuador de la Monarquía borbónica! ¡A la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo, anunciemos algo nuevo!
Nota:
[1] Título del artículo en sin permiso de Antoni Domènech, Gustavo Buster y Daniel Raventós publicado el martes 3 de junio.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.