Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García.
Dos barcos artillados zarparon esta semana desde el noroeste de Inglaterra para realizar una secreta y polémica misión: recoger una carga de plutonio en Japón y transportarla a Estados Unidos.
El plutonio, que alguna vez fue la sustancia más codiciada y valiosa del mundo, es uno de los cada vez más numerosos materiales que se están convirtiendo en un problema económico y de seguridad cada día mayor para los países que lo tienen en su poder.
Hasta ahora no existe un uso comercial viable para este metal radiactivo; además, se extiende el temor de que pueda caer en manos de grupos terrorista o de que algunos gobiernos se sientan tentados a utilizarlo para sumarse a la carrera por el arma nuclear.
Todos los planes para emplear el plutonio en emprendimientos pacíficos -reactores rápidos de reproducción o reactores comerciales- de momento han sido incapaces de absorber el volumen de este muy peligroso metal radiactivo producido por los países donde funcionan centrales nucleares de generación de electricidad.
Las pequeñas cantidades de plutonio que se han usado en reactores convencionales o de reproducción han producido muy poca electricidad y a un costo muy alto.
Alejar el peligro
Japón, que acumula un stock de 47 toneladas de plutonio, es una de los países que alguna vez tuvo la esperanza de convertirlo en una fuente de energía, pero los diferentes intentos iniciados no han tenido éxito. El gobierno japonés, que tiene una firme política de utilizar el plutonio solo con propósitos pacíficos, ha recibido fuertes presiones para que se deshaga de él. De ahí el plan actual de transportarlo por mar a Estados Unidos.
En total, son 15 los países del mundo que han acumulado plutonio. Entre ellos, Corea del Norte, que espera convertirlo en armas nucleares.
El Reino Unido tiene la reserva más importante con 140 toneladas guardadas en Sellafield, en el noroeste de Inglaterra, donde el plutonio se viene produciendo en la planta nuclear local desde los cincuenta. El gobierno todavía no tiene una política que defina qué hacer con él; mientras tanto el costo de mantenerlo custodiado con gente armada continúa creciendo.
Como la mayor parte de los países, el Reino Unido es incapaz de decidir si el plutonio es un activo o un pasivo. Este material no aparece en ningún balance y el elevado costo de tenerlo guardado en condiciones de seguridad -para evitar que se produzca una masa crítica que podría provocar una fusión- y protegerlo de ataques terroristas no es tenido en cuenta como un costo más de la energía nuclear.
Esto permite que la industria proclame que la generación de electricidad en centrales nucleares es una opción de energía atractiva y limpia en el combate contra el cambio climático.
Los dos barcos que zarparon del puerto de Barrow-in-Furness, Inglaterra, son el Pacific Heron y el Pacific Egret, transportes de combustible nuclear armados con sendos cañones navales. La empresa armadora es Pacific Nuclear Transport Ltd., que en última instancia es de propiedad del gobierno británico.
Ambos barcos cuentan con un contingente de seguridad fuertemente armado -proporcionados por el Grupo de Escolta Estratégica de la Policía Nuclear Civil- y llevan todos los pertrechos y munición necesarios; esto apunta a un largo viaje rodeado de todas las medidas de seguridad.
El transporte de plutonio desde Japón a Estados Unidos se realiza en el marco de la Iniciativa de Reducción de la Amenaza Global (GTRI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos o programa de Gestión y Minimización de Material (MMM, por sus siglas en inglés), mediante los cuales todos los materiales que puedan ser utilizados en la fabricación de armas nucleares, como el plutonio y el uranio enriquecido, son retirados de almacenes en todo el mundo y trasladados a Estados Unidos para ser guardados con seguridad.
La carga que será acondicionada a bordo de los dos barcos ingleses en un puerto de Japón consiste en 331 kilos de plutonio procedente del establecimiento de investigación japonés Tokai. La descripción que el departamento de Energía de Estados Unidos hace de este plutonio -la mayor parte del cual fue entregado a Japón por el Reino Unido hace algunas décadas para «propósitos experimentales» en la instalaciones de montaje crítico rápido de Tokai- dice que «plantea una amenaza potencial a la seguridad nacional, ya que es susceptible de ser utilizado en un artefacto nuclear improvisado; también presenta un alto riesgo de ser robado o desviado». O, como escribe un experto estadounidense, «alcanza para fabricar hasta 40 bombas atómicas».
En el marco del programa estadounidense mencionado más arriba, el plutonio producido en Japón será transportado al puerto de Charleston, EEUU, y trasladado después al depósito de Savannah River, Carolina del Sur.
Tom Clements, director del grupo de interés público Savannah River Site Watch, ha condenado esta importación de plutonio por ser un material que será abandonado a su suerte en el lugar, sin un plan claro para disponer de él fuera de Carolina del Sur. Dice que esta es una evidencia más de que se utiliza Savannah River como vertedero de todo tipo de basura nuclear producida en todo el mundo.
Material de primera para el terrorismo
En el condado inglés de Cumbria, donde está el puerto de Barrow-in-Furness, existe un grupo -Cumbrians Opposed to a Radioactive Environment- que lleva varias décadas haciendo el seguimiento del transporte de materiales radiactivos en todo el mundo. Su portavoz, Martin Forwood, dice: «La práctica de transportar plutonio a Estados Unidos por vía marítima, como una medida de seguridad, es en sí misma contraproducente ya que expone a este material, tan atractivo para los terroristas, a un largo viaje durante el cual se enfrentará a los riesgos cotidianos propios del mar y a ser el blanco de quienes tienen intenciones hostiles. «Nuestra visión es que esto es totalmente innecesario y constituye una significativa amenaza a la seguridad en el mundo de hoy, tan volátil e impredecible.»
Para los integrantes del grupo de cambrianos que se oponen a un entorno radiactivo, la mejor opción es dejar ese material donde está y mantenerlo custodiado.
Según documentos del departamento de Defensa, este embarque es el primero de un número de ellos previstos en el marco de lo que se denomina «brecha material plutonio»*, es decir, aquellos materiales utilizables en la fabricación de armas nucleares que no están contemplados en otros programas estadounidenses o rusos.
En total, los planes del departamento de Defensa prevén la importación de 900 kilos de plutonio «en situación de riesgo», hoy día almacenados en siete países distintos por medio de 12 embarques que se realizarán durante los próximos siete años. Otros materiales comprendidos en estos planes son el uranio enriquecido, el plutonio en su forma más enriquecida (al 93 por ciento), que también había sido entregado a Japón por parte del Reino Unido.
El viaje entre Barrow-in-Furness y Japón dura unas seis semanas y el de Japón a Charleston otras siete; en sus documentos de embarque, el departamento de Defensa ha previsto el paso por el Canal de Panamá. Los países americanos vecinos al Canal hace tiempo que objetan el transporte de materiales nucleares en sus aguas territoriales.
* Gap Material Plutonium, en inglés.
Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.