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Dos millones de palestinos, en situación insostenible tras 40 años de ocupación

Fuentes: elmundo.es

Khaled Daud Faquih, un bebé palestino de seis meses, murió el pasado 8 de marzo en un control de seguridad israelí, cuando sus padres intentaban trasladarlo al hospital de Ramallah para que fuera atendido por sus dificultades respiratorias. Falleció a diez minutos del hospital ante la impotencia de sus padres y la tranquilidad de los […]

Khaled Daud Faquih, un bebé palestino de seis meses, murió el pasado 8 de marzo en un control de seguridad israelí, cuando sus padres intentaban trasladarlo al hospital de Ramallah para que fuera atendido por sus dificultades respiratorias. Falleció a diez minutos del hospital ante la impotencia de sus padres y la tranquilidad de los soldados israelíes. A punto de cumplirse 40 años de la ocupación de Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza, Amnistía Internacional pide a las autoridades israelíes que pongan fin a esta constante violación de los derechos humanos.

Los abusos generalizados contra los derechos se han convertido en una rutina más en la vida diaria de los palestinos. En el informe de Amnistía ‘Soportando la ocupación: la población palestina, bajo sitio en Cisjordania’, la organización denuncia los devastadores efectos de cuatro décadas de ocupación israelí. « Dos millones de personas viven en estado de sitio cuando se cumplen 40 años de ocupación», asegura Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

La historia de Khaled no es un caso aislado. Complicaciones médicas, partos y muertes en los controles de seguridad, horas de espera para llegar al trabajo o al colegio, demolición de casas y negocios son algunas de las situaciones que viven los palestinos «por el hecho de ser palestinos». Los cientos de controles y bloqueos fuerzan a diario a la población árabe a dar largos rodeos en nombre de la seguridad israelí. Sin embargo, la finalidad de estas medidas es únicamente «restringir o impedir la circulación de los palestinos entre ciudades y pueblos, dividir y aislar a las comunidades palestinas , porque los controles están dentro de Cisjordania, no entre Israel y Cisjordania», explica Amnistía.

El texto de la organización documenta la expansión incesante de los asentamientos ilegales de los colonos israelíes en territorios ocupados, que priva a la población palestina de recursos esenciales como el agua. « La ocupación israelí es militar y civil porque se trata de una ocupación permanente y no temporal, como fue el caso de Kuwait o Irak, ahora, por parte de EEUU», explica Lucía Pizarro, coordinadora internacional del Comité Israelí contra las Demoliciones de Casas (ICAHD).

Impunidad para los colonos israelíes

«Las restricciones que sufren los árabes son ilegales, desproporcionadas, discriminatorias y violan el derecho a la libertad de circulación», afirma el informe. Las prohibiciones en territorio palestino sólo benefician a los colonos israelíes , que cuentan con sus propias carreteras, ayudas económicas y todo tipo de beneficios proporcionados por su Gobierno para garantizar la permanencia de civiles entre el «enemigo».

Unos 450.000 colonos israelíes viven en asentamientos ilegales violando resoluciones de la ONU y demostrando que la ocupación de Israel en Palestina será permanente. Los colonos cuentan además con una ventaja atroz: pueden atacar y destruir las propiedades de los palestinos impunemente, sin miedo a una justicia que los protege por encima de todo.

Pero, el mayor agravio contra el pueblo palestino es la construcción de un muro de 700 kilómetros que dejará a más de 60.000 palestinos a merced de una valla construida dentro de sus tierras con la idea de separar ciudades, pueblos, comunidades y familias palestinas. Habrá agricultores que no podrán acceder a sus cultivos, ni estudiantes a sus colegios, ni enfermos a los hospitales.

El alejamiento del muro está garantizado con mensajes en hebreo, árabe e inglés colocados a lo largo de toda la valla en donde se advierte: «Peligro de muerte. Zona militar: toda persona que traspase o dañe la valla pondrá en peligro su vida». La prueba de que la advertencia es real la tuvo la familia de una niña palestina de 14 años que fue abatida a tiros por soldados de Israel cuando jugaba cerca del muro con una amiga de 12 años el pasado mes de diciembre.

Un organismo internacional

Clara Cordero, especialista en Israel y territorios ocupados de Amnistía, ha expuesto las peticiones de la organización para mejorar cuanto antes esta situación que ha colocado a los palestinos en su peor momento desde 1967. Los árabes dependen de una ayuda internacional que también está expuesta a las restricciones, la economía se ha visto profundamente afectada y los estragos de las prohibiciones comienzan a materializarse en forma de desnutrición crónica o anemia, entre otras enfermedades .

Cordero ha reclamado al Gobierno de Israel que «ponga fin al impedimento de la libertad de circulación de personas y mercancías, que interrumpa la construcción del muro y los asentamientos ilegales de colonos, la destrucción de casas palestinas y que se garantice la protección de los civiles».

Amnistía ha hecho especial hincapié en una petición que lleva realizando desde hace años a la comunidad internacional: «El despliegue de un organismo internacional que vigile el cumplimiento de los derechos humanos en Israel y en los territorios ocupados». La organización se pregunta si los palestinos tendrán que esperar otros 40 años antes de que el mundo reaccione y vuelva los ojos a los territorios ocupados.