Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Ayer Israel celebró su tercera elección en un año y una vez más la derecha está en la cima. Netanyahu ganó aunque está acusado y a punto de ser juzgado por cargos de corrupción. El nuevo bloque de «izquierda» de tres partidos, incluidos el Laborista y Meretz, obtuvo siete escaños.
Ahora solo hay una dirección para la política progresista y de izquierda en Israel: la Lista Conjunta de partidos palestinos, el tercero más votado con 15 escaños, más de los que obtuvo el pasado 10 de abril. Se dice que los partidos palestinos atrajeron votantes judíos. Eso es algo que la Lista Conjunta quería: ¡Lista Conjunta para un futuro conjunto!
No existe una resistencia real a las políticas de anexión y apartheid, excepto de la Lista Conjunta. El principal rival de Netanyahu, Benny Gantz, se perjudicó a los ojos de los votantes judíos al sugerir y luego retirar la posibilidad de que pudiera formar un gobierno con la ayuda de los partidos palestinos (dijo Oren Kessler en i24 News hace un momento). Mientras el «plan de paz» de Trump, que consolida el apartheid fue apoyado por el partido de Gantz y Netanyahu, un porcentaje abrumador de parlamentarios judíos, más de 90 según mi cuenta, respalda la destrucción de los planes para dividir la tierra y medidas para anexar porciones de «Judea y Samaria».
Seamos claros acerca de lo que vemos en Israel. Esta es una «democracia judía», el lema sobre el cual los partidarios de Israel en los Estados Unidos se jactan constantemente. Es un país donde los políticos tienen los peores temores de los árabes, incluso cuando el Gobierno limpia étnicamente a los palestinos. Es un país donde a cualquier político judío que dice que va a trabajar con palestinos se le margina rápidamente.
El anuncio del Likud muestra a Benny Gantz sentado con los políticos palestinos Ayman Odeh y Ahmad Tibi. Marzo de 2020. Del feed de Twitter de Netanyahu. Esa imagen fue seguida por la de abajo.
El anuncio del Likud muestra a una votante israelí reaccionando ante la posibilidad de que Benny Gantz forme una coalición política con los políticos palestinos Ayman Odeh y Ahmad Tibi. Marzo de 2020. Del Twitter de Netanyahu.
La democracia judía demuestra exactamente lo que los progresistas y los izquierdistas siempre advirtieron sobre el nacionalismo. Es intolerante, racista y paranoico, ciego y fascista, construye un Estado de seguridad armado hasta los dientes contra múltiples enemigos. Y tres elecciones en un año en Israel ofrecen una prueba indeleble de que esto es lo que quieren los nacionalistas judíos. Una sociedad gobernada por un líder autoritario, no importa cuán corrupto sea. Siempre y cuando no haya árabes cerca del poder.
Saeb Erekat, el líder palestino, dijo que la elección fue una victoria para la anexión y el apartheid y Yossi Alpher de Americans for Peace Now dice que esa es la triste matemática del electorado israelí:
Gantz trastabilló. Sabía que la gran mayoría de los judíos israelíes estaban entusiasmados con Trump y sus políticas. Una paloma de corazón, Gantz, intentó persuadir a los votantes de que él, como Netanyahu, anexaría territorios, pero solo «después de consultar con la comunidad internacional». Demasiados partidarios potenciales de Gantz recibieron el mensaje: cuando el humo desaparezca, realmente no se anexará porque la comunidad internacional y el mundo árabe han dejado claro que se oponen enérgicamente a la anexión.
De la misma manera Netanyahu insistió reiteradamente en el argumento de que sin la Lista Árabe Conjunta, Gantz no tendría coalición y que los diputados árabes son una quinta columna traidora. Gantz negó de manera poco convincente que necesitaría el apoyo de los miembros árabes de la Knéset. Sin embargo nunca pudo señalar un apoyo alternativo … Los votantes antiárabes hicieron sus cálculos.
Esta tendencia política ha estado vigente durante 50 años, al menos desde la guerra de 1967: los socialdemócratas laicos que fundaron el Estado (sionistas laboristas) han perdido al lado de la derecha de los sionistas revisionistas. Incluso Meretz echó por la borda a su diputado palestino de la Knéset para correr esta vez en esa coalición de «izquierda» de tres partidos que incluía a un líder de derecha.
Se dice que la definición de locura ignora el mismo resultado cuando ocurre una y otra vez y debemos preguntar a todos los sionistas liberales: ¿Cuál es su visión de una «democracia judía»? ¿Cómo va a suceder?
Para su crédito, las organizaciones sionistas liberales han estado trabajando contra Netanyahu desde hace años. ¿Y qué tienen para mostrar? Como dijo ayer un panel en la conferencia de políticas de AIPAC, a los votantes israelíes no les importa lo que los judíos estadounidenses tengan que decir sobre sus elecciones. No, porque al final esos judíos estadounidenses han sido completamente dóciles, apoyando la «democracia judía» sin importar cuán xenófoba, asesina y discriminatoria sea. Incluso las organizaciones liberales sionistas han aceptado la pródiga ayuda a Israel y el apoyo político de los dos partidos principales a Israel y han condenado el movimiento no violento de boicot como «antisemita». Con ese tipo de aceptación, ¿por qué los israelíes alguna vez se preocuparían por algunas leves protestas?
Las elecciones de anoche son otra llamada de atención para los progresistas estadounidenses… Solo hay un camino a seguir para un verdadero demócrata progresista/de izquierda. Reconocer que los únicos signos esperanzadores en la sociedad israelí provienen de los políticos palestinos. Son los líderes que imaginan una sociedad pluralista y que odian a Jim Crow. Encabezan el tercer partido más grande y quién sabe en qué podrían convertirse, si solo los no judíos pudieran votar en territorios donde Israel es soberano.
Hay un pequeño precio a pagar por tal alianza política. Arrojar la idea de la democracia judía al basurero de la historia.
Con el aporte de Scott Roth y James North.
Philip Weiss es editor senior de Mondoweiss.net y fundó el sitio en 2005.
Fuente: https://mondoweiss.net/2020/03/two-words-that-strike-terror-into-a-liberals-heart-jewish-democracy/
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