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Dos textos que enseñan a todo aquel (y aquella) que quiera aprender

Fuentes: Rebelión

Mi compañera, que está de viaje, me ha aconsejado -con todo el énfasis del que ella es capaz… ¡y es capaz de mucho!- la lectura de dos enlaces que le han llegado a su móvil. Me ha enviado las referencias. Les paso su información y reflexión, como si yo fuera tan sólo una mensajera, recordando […]


Mi compañera, que está de viaje, me ha aconsejado -con todo el énfasis del que ella es capaz… ¡y es capaz de mucho!- la lectura de dos enlaces que le han llegado a su móvil. Me ha enviado las referencias. Les paso su información y reflexión, como si yo fuera tan sólo una mensajera, recordando ahora la película de Losey.

El primer texto es una entrevista a un filósofo, Reyes Mate [RM] que participó en un homenaje a Paco Fernández Buey, con presencia por cierto de pocas mujeres, que celebramos (si mi memoria no me falla) en los locales de la FUHEM en Madrid hace unos cuatro años. Les doy la referencia como nota [1]. Ángel Munárriz es el entrevistador. Selecciono algunas de las ideas que más le (y me) han llamado la atención. En el 42º aniversario del 20-N:

Hay voces, se le pregunta, «que alertan de que rebrota en España un nacionalismo excluyente, de raíz franquista». El comentario de RM:

El nacionalismo excluyente no es patrimonio del franquismo ni surge con él. Después de la Guerra Civil [RGL: una expresión que una no usaría], Américo Castro les advertía a los jóvenes, tratando de explicar el conflicto, que las causas de la malvivencia entre españoles vienen de muy lejos. Hay un pecado original. Construimos la gran identidad española en el siglo XV excluyendo a los judíos y en el XVII a los moriscos. Esa forma de entender la identidad excluyendo se ha producido bajo formas muy distintas en España. Posiblemente el último episodio sea lo que pasa en Cataluña. El franquismo es la forma de construir identidad excluyendo que nos ha tocado a nosotros, pero es un fenómeno muy anterior.

Estos días, en las crónicas internacionales sobre el conflicto catalán, reaparece el franquismo como si fuera un elemento más de la política española. ¿Es correcto ese diagnóstico en opinión de RM? Vean donde pone el acento [la cursiva es de una]:

Creo que es una manipulación del pasado. Si hay una expresión del franquismo en el caso catalán, no está tanto es la brutalidad de la policía reprimiendo el simulacro de referéndum, sino en la forma de entender la construcción nacional catalana. Tirarse a una piscina como era esa apuesta por una república catalana teniendo en cuenta que la mitad estaba en contra, que no se daban las condiciones… Ese gesto expresa una forma de ser hispana: construir excluyendo. Ahí se representa el esquema español más castizo. En esto los nacionalistas catalanes son los más españoles de todos. Esto lo tienen el nacionalismo español, el castellano, el vasco y también el catalán. Todos son profundamente españoles. No tiene sentido enfrentar el nacionalismo español al catalán. Los dos son resultado de la misma forma histórica a la que se refería Américo Castro.

Lo dicho, señala el entrevistador, «les va a escocer a los nacionalistas catalanes». Lo que ocurre en Cataluña sería impensable en Europa señala RM.

El prestigio del nacionalismo sólo se da en Europa en la ultraderecha. Las generaciones posteriores al holocausto, al repensar las piezas que llevaron al desastre, vieron que había caminos que no se podían seguir. El nacionalsocialismo, que es la expresión máxima del nacionalismo. Y no hay que analizarlo en su origen, en el siglo XIX, sino en sus efectos en el XX. Por eso es impensable que un intelectual crítico, que un hombre con conciencia histórica, sea nacionalista en Europa. Éste es el problema que hay en Cataluña. Se ha embarcado en una aventura que va contra la historia sin que quepa explicación racional.

Explica nuestro filósofo a continuación un debate que tuvo con un monje benedictino de Montserrat al que hacía estas reflexiones:

Cómo el deber de memoria nos prohíbe ser nacionalistas, por esa conciencia de que el nacionalismo llevó a la catástrofe de los campos de exterminio. El me decía: «¿Quieres decir que los nacionalistas somos fascistas?». No. Para mí el fascista no es el que tiene ideas fascistas, sino quien comete un crimen contra la humanidad. El fascismo es reprobable por lo que hizo. Y el nacionalismo catalán no ha creado ningún campo de exterminio. Jamás diría que los nacionalistas catalanes son fascistas. Lo que sí digo es que hay determinadas prácticas que pueden llevar al fascismo. ¿Qué diferencia hay entre lo que decían los nazis a los judíos en Berlín, «juden raus!» [«¡judíos fuera!»], y algunas inscripciones que se observan ahora en Barcelona, diciendo «ésta no es vuestra tierra»? Apropiarse de una tierra, decidir quién puede vivir en ella, es una práctica fascista.

Luego Munárriz formula luego la pregunta del millón: ¿se puede ser nacionalista y de izquierdas? Ríos de tinta sobre ella en la discusión política en .Cat durante décadas y décadas. Es imposible, en su opinión, por lo que acaba de señalar y además:

La construcción del nacionalismo en el siglo XIX está íntimamente ligada a figuras antimodernas. El romanticismo, que es la madre del cordero, tiene como principios la tierra, la sangre, la religión y la lengua. Todo eso va en contra de los tres principios revolucionarios, liberté, égalité, fraternité. Claro que hay nacionalismos que son pragmáticos, que se se adaptan, pero nuestras generaciones post-Segunda Guerra Mundial tenemos que ver el nacionalismo no desde sus orígenes, sino a partir de lo que acabó dando de sí. Y lo que dio de sí es el nacionalsocialismo.

Un militante del BNG, se le pregunta, ahondando en el comentario anterior, que cree que con un estado propio Galicia defendería mejor la justicia social, ¿no es un ejemplo de nacionalista de izquierdas? La cursiva de la respuesta, reparen en ella por favor, también es mía:

Recordemos lo que dijo Jorge Semprún. Una de sus últimas intervenciones, que fue una especie de testamento a los jóvenes. Decía: «No olvidéis que la Unión Europea nace en los campos de exterminio». La UE es la respuesta al fracaso de los nacionalismos. Es un autoengaño relacionar izquierda y nacionalismo. Sólo es posible en España, además. Mi generación, yo tengo 75 años, se ha autoengañado. ¿Por qué? Porque el nacionalismo [periférico], al ser perseguido por el franquismo, pasó a ser considerado como una forma antidictatorial y democrática. Y eso es un grave error, porque el nacionalismo era efectivamente antidictatorial, pero profundamente antidemocrático. Pero como fue objeto de persecución, ha tenido esa vitola de izquierdas.

¿La sigue teniendo? Es mi compañera quien responde: la sigue teniendo para nuestra vergüenza.

Sobre el uso de ciertos términos se pregunta ahora. Al criticar al Gobierno, se le acaba acusando de «franquista», «autoritario», «fascista». El razonable comentario de RM: «Hay palabras tan elásticas que valen para todo. Vamos a ver, la actuación de la policía [el 1 de octubre] es condenable. Esa brutalidad. Pero para criticarla no hace falta utilizar esas palabras».

Los compases finales de la reflexión. ¿Se atrevería con una posible solución? ¿Referéndum? ¿Reforma de la Constitución?

Decía Marx: «El nacionalismo sólo acaba cuando se le vence» (…) Es decir, yo lo que creo es que el futuro de Cataluña, como el de España, es Europa. No nos podemos permitir ya ser nacionalistas, por deber de memoria. El futuro es Europa.

Hasta aquí Reyes Mate. En mi opinión, que no sé dónde ni cuándo dijo lo que dijo el compañero de Jenny Marx, victoria remite aquí a victoria cultural, política. Se trata de convencer a las gentes del disparate excluyente que significa su nacionalismo.

Cambio de perspectiva.

Unas notas de viaje de un a amiga de mi compañera. No importa su nombre. Sin ceguera, con ecuanimidad. Les dejo en sus manos:

Recién llegados de El Berguedà, donde estuvimos cuatro días, como no podía ser de otra manera, allí salió el asunto procés. Sus visiones (de nuestra familia hablo) sobre la DUI: actuación del Gobierno del PP = malotes, fachas, franquistas / indepes =buenos. Españoles (nosotros, la gente, buenos) pero España mala, España es igual que PP y «no había salida alguna para hacer la cosa de la independencia, la DUIm más que cómo se hizo.

Esa familia se ha movido antaño en los entornos de CiU. Ahora, como tantas otras, ya son ERC, un peldaño más arriba en la escalada nacionalista. Su horizonte, su cosmovisión tal como la describe nuestra amiga:

Gobierno español malo, ya no queremos saber nada de España, reconocemos lo que nos viene encima (puede ser ruina, etc) pero lo que tenemos entre manos es mejor la idea de «Adiós España» es el eje de sentimiento y pensamiento (aunque de esto hay poco). Sobre lo electoral me trasmitían: Mero trámite para ver si «somos más ahora y si entran a este asunto de la independencia los muchachos de Colau que son más razonables que las CUP que nos trajeron problemas». Los que lo pueden fastidiar son los currantes de Barcelona que votarán a Ciudadanos, PSC o a los Colaus si no se acercan a nosotros. Resumiendo: No queremos soluciones que no sea largarnos de España, nos juntaremos con quienes apoyen eso etc. Es cierto que El Berguedà es zona de mucha CUP y Esquerra ahora fuerte.

Un trabajo político, prosigue nuestra amiga, que se intuye de años, no es un asunto de estos cinco últimos meses o años.

Los periódicos comarcales que vi tremendos. Pude escuchar redes de radios municipales, grupos de folclore. Los curas y esa patulea están ahí. Eso configura un tejido social impresionante a favor de lo rural, tradiciones y ahora hacia lo indepe (lo más rancio pero bueno para la causa), parece que ha sido clave para organizar el referéndum toda esa red. Resalto esto que para vosotr@s no será novedoso pero para mí mucho. Creo que se debiera de estudiar a fondo, da claves. Se intuye trabajo de años, asociaciones, redes, parroquias, collas sardanistas, revistas pequeñas (nuestros sobrinos se mueven en ese entorno), coros, caramelles (celebración en la Cataluña del interior de la Pascua), todo auspiciado por la iglesia y con medios parece que da resultados.

La guinda del pastel agit-pro, en opinión de la amiga, la ponen TV3 y las radios indepes que «se sintonizan con fluidez ,se observa y escucha en las casas, bares. Un trabajo de años siempre da resultados aunque sea esos resultados».

Me llamó la atención que, desde la última vez que estuve (primavera), escuché (incluso allí, en Berga) en las radios más castellano. Son más bilingües que hace unos meses. Se veía también menos banderola estelada, más banderas catalanas en los balcones. En Barcelona se veía mucha mezcla de banderolas en las casas de todos los colores y jaleos en los barrios (Sarrià donde estuve ) todas las tardes-noches, parece que hay gresca entre indepes y otras gentes.

Lo que se hablaba en la familia de nuestra amiga sobre el resultado de las elecciones autonómicas del 21D:

Que ganará ERC, que el PSC nada (decían ellos, yo no creo eso), CUP mal, PP nada y los Comunes bien decían ellos (yo tampoco lo creo en esa zona que no es muy de Comunes, Barna es otra cosa). De Ciudadanos aquí no se hablaba. Zona profundamente nacionalista.

Cosas que le preocupan «ahora más que antes de ir». Se entienden sus preocupaciones por supuesto:

1. La cerrazón esa especie de » tirar adelante cueste lo que cueste por la patria indepe» que manifestó alguna gente del entorno familiar antaño moderadísimos, es de preocupar. 2. Las pocas ganas que se ven de implementar y apostar por la opción mediadora, templadora de conflictos y descarte de las soluciones positivas, cuando yo lo proponía me decían: ¡ya no hay salida. 3. Esto lo percibí no en el ambiente familiar pero si al escuchar políticos y leer la prensa, una idea de que lo electoral sirva para: si no sale lo mío «arreo estopa» (en la clave indepe o en la otra). No solo los indepes; Ciudadanos y PP están ahí por lo que escuché y leí. 4. En nuestra familia no ha habido división en bloques. Todos han dado un paso más hacia uno, la opción indepe. Antes no lo eran y se igualan padres de 72 años con hijos de 44.

La reflexión final, que en opinión de mi compañera y en la mía, no tiene desperdicio. Tomen nota por favor:

El cariño y buen ambiente triunfaron junto a la comida interregional (quesos y anchoas de Santander con los estupendos productos de El Berguedà). Lo cual me hace pensar que si lo gastronómico une más que las ciencias sociales pues igual se trata de hacer comidas. Balance positivo: una belleza de tierra muy agradable, escuchar hablar en catalán y castellano sin problema entre nosotros pero aquello tiene pinta de ir ya por otra vía hacia algún sitio que ellos y nosotros ignoramos.

Conviene superar nuestra ignorancia. Pensando, leyendo y estudiando.

Nota:

1) https://www.infolibre.es/noticias/politica/2017/11/20/reyes_mate_construccion_nacional_catalana_hay_una_expresion_del_franquismo_72113_1012.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.