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Ecología cotidiana. Los ambientes de la vida humana

Fuentes: Ecoportal.net

Cuando estudiamos el medio ambiente en relación con los seres humanos nos encontramos con que las personas vivimos en cuatro casas diferentes y complementarias: El planeta tierra, nuestra comunidad local, la vivienda de nuestra familia, y nuestro cuerpo. El planeta tierra. La especie humana posee un hogar común y único, tibio y azul, estable por […]

Cuando estudiamos el medio ambiente en relación con los seres humanos nos encontramos con que las personas vivimos en cuatro casas diferentes y complementarias: El planeta tierra, nuestra comunidad local, la vivienda de nuestra familia, y nuestro cuerpo.

El planeta tierra.

La especie humana posee un hogar común y único, tibio y azul, estable por las leyes que lo rigen e imprevisible por todo lo que tiene para ofrecernos, resistente y frágil, silvestre y adecuado a nuestras necesidades.

De todo ese inmenso planeta que es nuestro hogar, las personas sólo habitamos una delgada capa llamada «biosfera» o esfera de la vida. Unos pocos metros por debajo del suelo o por encima de éste, se nos hace imposible vivir.

Para la vida de la sociedad, nuestro planeta nos ofrece los recursos naturales como valor de oportunidad, sobre los cuales la creatividad humana y el trabajo social construyen y crean todo lo que las personas necesitamos para vivir y trascender.

Conscientes de que tenemos un sólo planeta y que para cuidarlo debemos actuar como un sólo ser, las naciones han hecho acuerdos para la protección de los recursos naturales del planeta y la preservación de los equilibrios ecológicos. A nivel mundial el Programa de las Naciones Unidas para la protección del Medio Ambiente, PNUMA, lidera las acciones respectivas. Colombia ha jugado un importante papel en el PNUMA.

Nuestra comunidad local.

Las personas vivimos en la biosfera en unas condiciones concretas, es decir, en un lugar y una época, las cuales podemos definir como nuestra nación (Colombia) o nuestra comunidad regional, departamental, municipal, veredal o barrial.

Esta segunda casa nos invita a «pensar en forma global y actuar en forma local». La protección de los recursos naturales y los acuerdos para garantizar un medio ambiente sano y prospero nos comprometen como comunidad local.

El uso de los recursos naturales estará mediado por la idea de promover el desarrollo social de acuerdo con las necesidades colectivas de la comunidad local y las limitaciones y posibilidades de los ecosistemas locales.

Las políticas ambientalistas oficiales deben representar el interés colectivo de los habitantes de una región. En Risaralda la CARDER es la institución del Estado responsable de liderar tales acciones. Los GER, la Fundación Ecológica Autónoma, FEA, y algunos otros grupos de iniciativa comunitaria y popular han sido impulsores destacados de la conciencia ambientalista de los risaraldenses.

La vivienda familiar.

Nosotros nos relacionamos con nuestra comunidad desde unas condiciones singulares definidas por nuestra familia. El medio ambiente hacia adentro de nuestra casa, aquel lugar que no vacilamos en definir como nuestro espacio privado, es responsabilidad colectiva de nuestra familia, pero no esta aislado de las otras dos viviendas que lo contienen.

En nuestra vivienda familiar las políticas ambientalistas no son responsabilidad de los gobiernos o las instituciones, pero con frecuencia las delegamos a terceros y así adecuamos nuestra vivienda más con base en los caprichos e imperativos de la sociedad consumista y muy poco buscando la armonía natural de la vida.

Las equivocaciones en la planeación y adecuación de nuestra tercera casa, suelen afectar el medio ambiente de las otras dos porque la relación entre estas tres esferas de nuestra vida es en doble vía.

Nuestro cuerpo.

Las personas podríamos ser vistas como el caracol que lleva a hombros su casa para mostrarle al mundo como es su vida. Nuestro cuerpo es la otra casa, aquella que habitamos desde que nacemos y de la cual nunca nos podremos liberar y cuya protección no podemos delegar ni siquiera en la familia.

Como estructura viva esta casa sufre todas las consecuencias de los conflictos ecológicos del planeta, pero, a diferencia de los ecosistemas, su doliente es al mismo tiempo su beneficiario.

Ver el asunto del medio ambiente a partir de nuestro cuerpo significar asumir la contaminación desde la esfera más puntual como ésta ocurre, representa un juicio de valores y una revisión de nuestra conducta individual a partir de lo que comemos, usamos y nos ponemos.

El detergente que usamos afecta los ríos, pero ¿no afectará también a nuestro cuerpo?

El uso de combustibles fósiles (gasolina, carbón coke, gas natural, etc) es responsable del efecto de invernadero que amenaza con modificar dramáticamente el clima en el planeta, pero el petróleo convertido en colorantes, saborisantes y preservativos usados abusivamente en la alimentación ¿no afectará también a nuestro cuerpo?.

Son dos pequeñas reflexiones que podrían servir de punto de partida para que pienses también en darle descanso integral a tu cuerpo.

La ecología cotidiana es una opción tierna, humana, concreta y efectiva de asumir una conducta de vida sana en beneficio de todos y especialmente de uno mismo.

Algunos consejos para iniciarse en el ambientalismo:

  • Prefiere las frutas y los jugos naturales frescos a las bebidas artificiales.
  • Prefiere los dulces caseros tradicionales a las golosinas de colores, sabores y formas exóticas, elige la panela antes que el azúcar.
  • Prepara tus propias sopas de cereales; Cómprale el pan al panadero del barrio y no te prives de nuestra tradicional arepa.
  • Piensa que una aguapanela con leche es un excelente hidratante si has sudado mucho y una aguapanela con limón es un magnífico estimulante y antiséptico si estas estresado o muy cansado.
  • Prefiere las carnes frescas y las blancas antes que las rojas. Usa con prudencia y moderación los enlatados.
  • Prefiere la mantequilla de vaca a las margarinas y en todo caso usa las grasas con moderación.
  • Elige la ropa de algodón sobre los tejidos sintéticos de licra, terlenca o similares.
  • Elige el papel higiénico de color mate, antes que los de colores y rechaza el blanco por que para su fabricación se contamina con cloro los ríos y el aire y se pone en peligro la vida y salud de los obreros que lo fabrican.
  • Vuelve a la gelatina de pata (negra o blanca) que es nutritiva, saludable y fomenta las micro empresas locales.
  • Para lavar la ropa insiste con los jabones de barra hechos a base de cebo de vaca, los cuales no dañan la ropa, son más fácilmente removibles por los ecosistemas acuáticos (ríos) y ocasionan menos casos de alergias de piel.
  • Olvídate del cuento de que lo blanco es sinónimo de pureza, salud y limpieza. El cloro y en general los blanqueadores son sustancias muy peligrosas para la salud de las personas. Usa el límpido con moderación y en lo posible recuerda que el mejor método de las abuelas para blanquear la ropa era exponerlas al sereno untadas con jabones naturales.
  • Un pájaro enjaulado no canta por alegre sino por aburrido. Aún en el centro de la ciudad los pájaros acudirán a tu ventana si acostumbras dejar allí un banano, un plátano maduro o cualquier otra fruta o semilla que pueda alimentarlos, entonces dejaras las rejas para los gendarmes y acercaras la vida a tu familia.
  • Los árboles de tu barrio también son parte de tu medio ambiente, dales un pequeño premio por tanto que hacen por nosotros, abónalos y desparasítalos una vez al año, y protégelos cada día de la agresividad de tus vecinos.
  • Las flores son lo más parecido al canto de amor de la vida, el mejor alimento para el alma y el descanso preferido del ojo humano. Cultiva plantas de flores en tu antejardín y tus ventanas, es increíble lo que se logra con tan poco esfuerzo.
  • Separa en tu casa los desperdicios para que no los vuelvas basura y en cambio facilites el rehúso de algunos de ellos y la labor de los recicladores.
  • Sólo un ser muy torpe y egoísta puede llegar a considerar que su vivienda esta limpia aunque se encuentre en un barrio sucio, una ciudad contaminada o un planeta enfermo. No arrojes basura al suelo y motiva a tus vecinos, amigos e hijos a no arrojarla. Tal vez tenga algo de cierto aquello de que «no es basura lo que se arroja al suelo sino quienes lo arrojan».

 

* Grupos Ecológicos de Risaralda
Contáctate con los GER en las siguientes direcciones:
A.A: 3205 Pereira Tels: (096) 3254781