USAID, la agencia norteamericana de cooperación, no operará en Gaza hasta nuevo aviso. Se niega a auditar sus cuentas ante el Gobierno de la Franja, en manos de Hamas, y trata de presionar cortando la ayuda en un territorio ahogado por cinco años de bloqueo. EEUU confirmó ayer que hará efectivo su chantaje y que […]
USAID, la agencia norteamericana de cooperación, no operará en Gaza hasta nuevo aviso. Se niega a auditar sus cuentas ante el Gobierno de la Franja, en manos de Hamas, y trata de presionar cortando la ayuda en un territorio ahogado por cinco años de bloqueo.
EEUU confirmó ayer que hará efectivo su chantaje y que ha congelado la ayuda anual que destina a Gaza, cifrada en 100 millones de euros. Washington responde de este modo a la petición lanzada por el Gobierno de la Franja, en manos de Hamas, para que las organizaciones que trabajan en la zona se inscriban en el registro oficial y auditen sus cuentas. Según hizo público ayer la Agencia Norteamericana de Ayuda al Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés), «las ayudas se congelaron ayer, 12 de agosto, hasta poder operar sin injerencias». La misma fuente, citada por France Press, rechazó «la clausura de las oficinas en Gaza de los Cuerpos Médicos Internacionales, financiado por USAID», a raíz de su negativa a mostrar sus cuentas.
Hamas, por su parte, insiste en ver las finanzas de las ONG que trabajan en la Franja y acusa a USAID de no «respetar las leyes palestinas». Su portavoz, Taher al-Nounou, denunció que «USAID rechaza reconocer al Gobierno existente en Gaza». La resistencia islámica gobierna únicamente en la Franja a pesar de haber logrado la victoria en todos los territorios palestinos en las elecciones celebradas en 2006. Sin embargo, la comunidad internacional se niega a reconocer al Ejecutivo que lidera Ismael Haniyeh, y únicamente mantiene lazos con la Administración de Ramallah, en manos de Mahmud Abbas, líder de Al-Fatah.
Castigo añadido
En el fondo, lo que persigue EEUU con esta estrategia es minar la autoridad del Gobierno de Gaza. Por una parte, asegura que sus organizaciones ya envían auditorías al Ejecutivo de Ramallah (en manos de Al-Fatah desde que se aupara al poder en 2007, tras un golpe de Estado que fracasó en Gaza pero triunfó en Cisjordania). Por otra, supone un castigo añadido al millón y medio de habitantes de Gaza, que padecen un bloqueo que ha sido denunciado por diferentes organismos internacionales desde hace cinco años. En teoría, la comunidad internacional sólo reconoce el Gobierno de Ramallah, precisamente el que no surgió de unas elecciones. Aunque, de facto, las ONG tratan con Hamas a la hora de trabajar en Gaza.
La utilización de USAID y la ayuda humanitaria como herramienta para deslegitimar a la resistencia palestina no es una estrategia nueva. En los últimos años se ha multiplicado la presencia de organizaciones norteamericanas que obligan a los grupos palestinos a firmar un documento de condena de la lucha armada si quieren recibir fondos para sus proyectos.