En forma paralela al aumento de la influencia política de la derecha cristiana en Estados Unidos en las últimas dos décadas, creció también el respaldo a Israel. Organizaciones de evangélicos conservadores y líderes judíos han recolectado millones de dólares para la causa israelí en los últimos años. Ahora, un nuevo grupo prevé ganar una significativa […]
En forma paralela al aumento de la influencia política de la derecha cristiana en Estados Unidos en las últimas dos décadas, creció también el respaldo a Israel.
Organizaciones de evangélicos conservadores y líderes judíos han recolectado millones de dólares para la causa israelí en los últimos años.
Ahora, un nuevo grupo prevé ganar una significativa presencia en cualquier debate político que involucre a la «tierra santa».
La semana pasada, mientras arreciaba en Líbano el conflicto entre Israel y el movimiento islamista Hezbolá (Partido de Dios), el grupo Cristianos Unidos por Israel (CUFI, por sus siglas en inglés) realizaba en Washington su primera gran reunión.
La organización fue fundada hace menos de seis meses por el televangelista John C. Hagee, pastor de la Iglesia de la Piedra Angular de San Antonio, en el meridional estado de Texas, y autor del libro «Jerusalem Countdown» («Jerusalén, cuenta regresiva»).
Más de 3.400 delegados de todo Estados Unidos participaron de la reunión inaugural.
CUFI inició el encuentro el 19 de este mes con un banquete bajo el lema «Una noche para honrar a Israel» en el salón principal del hotel Washington Hilton. La reunión atrajo a un gran número de connotados líderes políticos estadounidense e israelíes.
Entre ellos se encontraban el embajador de Israel en Estados Unidos, Daniel Ayalon, el ex jefe de Estado Mayor de las fuerzas israelíes Moshe Yaalon y el presidente del Comité Nacional del gobernante Partido Republicano, Ken Mehlman.
Según un informe publicado en el sitio web Israpundit, Hagee leyó saludos del presidente George W. Bush y del primer ministro israelí Ehud Olmert. «Dios bendiga y esté del lado del pueblo de Israel, y Dios bendiga a Estados Unidos», habría comentado Bush en su carta.
Por su parte, Olmert elogió en su misiva a CUFI por su «firme postura en este tiempo de crisis», así como por su reconocimiento del bíblico «derecho a nacer» del Estado de Israel.
Al día siguiente, Hagee dijo en una nutrida conferencia de prensa: «Debemos atar los cabos. No es sólo terrorismo, es facismo islámico. Todas las cosas que estamos viendo alrededor del mundo no son simplemente zonas calientes aisladas, sino parte de un sólo tema: la guerra contra la civilización occidental».
La conferencia de prensa fue seguida por una visita al Congreso legislativo para promocionar el nuevo grupo entre los legisladores.
CUFI no sólo tiene el objetivo de ganar presencia visible en cientos de ciudades de los 50 estados, sino también reclutar seguidores para hacer cabildeo a favor de Israel.
Además, el grupo pretende crear una red de «Respuesta Rápida a Israel» que, mediante correos electrónicos, faxes y llamadas telefónicas busca hacerse oír ante las autoridades estadounidenses.
Para pasar de la planificación a la acción, Hagee trajo a David Brog, un hombre con acceso a Washington, para ser el director ejecutivo del grupo.
La contratación de Brog, de origen judío, ex jefe de secretaría del senador republicano Arlen Spencer y autor del libro «Standing With Israel: Why Christians Support the Jewish State» («Al lado de Israel: Por qué los cristianos respaldan al Estado judío»), fue una decisión políticamente astuta.
En una reciente entrevista, Brog dijo «admirar» a Hagee y explicó por qué, siendo judío conservador, estaba dispuesto a trabajar con una organización cristiana: «Creo que esto es lo más importante que puedo hacer, no sólo por Israel, sino por la civilización judeocristiana de hoy, que es amenazada por el radicalismo islámico».
En el prefacio de su libro, Brog presenta sus credenciales destacando que no es «un judío mesiánico (convertido al cristianismo) ni un judío por Jesús», y deja en claro que aún mantiene la fe de sus «ancestros».
Mientras muchos dentro la comunidad judía aprecian el apoyo de los evangélicos, otros lo ven con recelo, ya que no olvidan que estos aún predican su misión de convertir a los judíos al cristianismo y que, en sus creencias relacionadas con los últimos tiempos, Israel ocupa un lugar central.
En un comunicado de prensa divulgado por el Institute for Public Accuracy, el pastor Donald Wagner, profesor de la Universidad de North Park, en Chicago, y miembro fundador del Instituto para el Estudio del Sionismo Cristiano, subrayó que los cristianos ven «al moderno Estado de Israel como el cumplimiento de la profecía bíblica, y por tanto le dan apoyo político, financiero y religioso».
Wagner señaló además que muchos cristianos sionistas pueden interpretar el actual conflicto en Líbano como un «preludio de la batalla de Amargedón y del escenario del fin de los tiempos».
(*) Bill Berkowitz es un connotado observador del movimiento conservador estadounidense. Publica periódicamente la columna «Conservative Watch» en la revista electrónica WorkingForChange.org. (FIN/2006)
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38176