Una tensa calma reinaba en el día de ayer en el puerto egipcio de Al-Arish, después de toda una noche de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y activistas propalestinos miembros de una caravana de ayuda humanitaria, que se saldaron con al menos 50 heridos. Según France-Presse, que citaba a un funcionario de seguridad, los […]
Una tensa calma reinaba en el día de ayer en el puerto egipcio de Al-Arish, después de toda una noche de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y activistas propalestinos miembros de una caravana de ayuda humanitaria, que se saldaron con al menos 50 heridos.
Según France-Presse, que citaba a un funcionario de seguridad, los activistas y la Policía alcanzaron un acuerdo durante la mañana de ayer, por el que los miembros del convoy dejarían de bloquear los accesos a Al-Arish, que ocuparon durante toda la noche, a cambio de que los centenares de agentes desplegados en la zona se replegaran. «La situación está en calma», agregó el funcionario.
El portavoz del Gobierno de El Cairo, Musa Badawi, los enfrentamientos estallaron después de que las autoridades egipcias y los organizadores del convoy Arterias de la Vida III no llegaran a un acuerdo sobre los detalles de la carga de la caravana y los mecanismos para su entrada en la franja de Gaza.
Enfrentamientos
La parte egipcia se retiró de las negociaciones -en las que también participaban el impulsor de la iniciativa, el diputado británico George Galloway y una delegación del Parlamento turco-, lo que propició que el medio millar de participantes en el convoy de ayuda se echaran a las calles. La protesta derivó en fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los activistas.
Las protestas se saldaron con decenas de heridos de ambos bandos. La policía detuvo a varios manifestantes, que a su vez retuvieron a varios agentes. La situación se solucionó con un intercambio de retenidos, según afirmó Badawi.
En el día de ayer se realizaron movilizaciones en Gaza para protestar por los incidentes de la noche anterior en Al-Arish. Al menos un guardia fronterizo egipcio murió y cuatro palestinos resultaron heridos de bala. Tras lo sucedido, el Gobierno egipcio declaró la zona en estado de alerta.
Rumbo a Gaza
Finalmente, tras un día de contactos, en la tarde de ayer, la agencia Efe informó de que al menos 130 vehículos de la caravana habían emprendido su camino hacia el paso fronterizo de Rafah, tras haber permanecido tres días en el puerto de Al-Arish.
En declaraciones a la cadena de televisión Al-Jazeera, Galloway censuró el comportamiento mantenido por las autoridades egipcias, acusándoles de tomar «decisiones arbitrarias».
El diputado británico al frente del convoy, George Galloway, consideró «completamente inconcebible» que la cuarta parte de la ayuda humanitaria tuviera que pasar por Israel -como proponía El Cairo- al considerar que, de esta manera, «nunca llegará a Gaza» la ayuda, aseguró a la agencia Reuters.
Los organizadores mantenían que el acuerdo era con Egipto y no con Israel, por lo que exigían que toda la ayuda entrara en Gaza a través del puesto fronterizo de Rafah -que se encuentra bajo un estricto bloqueo desde junio de 2007 y sólo se abre puntualmente por razones humanitarias-, entre los territorios egipcio y palestino.
El portavoz de Hamas, Fawzi Barhum, criticó que este ataque «demuestra que no existe voluntad egipcia para poner fin al bloqueo o ni siquiera distribuir la ayuda al pueblo cercado en la Franja de Gaza».
«Este convoy vino con objetivos humanitarios nobles y morales y atacarlo de esta manera constituye un acto inhumano e injustificado», subrayó Barhum, en un comunicado difundido ayer por el Centro de Información Palestino.
La caravana de ayuda humanitaria ya intentó a finales del pasado diciembre entrar en Egipto desde Jordania por el puerto de Nuweiba, en la costa del mar Rojo en la península del Sinaí.
Sin embargo, las autoridades egipcias se negaron y acordaron que la caravana entrara por el puerto de Al-Arish, en la costa mediterránea, por lo que los camiones regresaron a Siria, se dirigieron al puerto de Latakia y desde allí se embarcaron rumbo a Al-Arish.
Apenas hace una semana que Egipto impidió el paso a 1.400 activistas propalestinos entrar en Gaza con el objetivo de romper simbólicamente el bloqueo impuesto por Israel.
Israel se cubre las espaldas ante los crímenes
Las fuerzas sionistas dieron ayer un paso más hacia la impunidad ante los posibles crímenes de guerra.
En la visita de la fiscal general de Gran Bretaña, Patricia Scotland of Ashtal, que se encuentra en Israel, afirmó que el Gobierno británico quiere poder vetar eventuales órdenes judiciales de detención de políticos israelíes por supuestos crímenes de guerra si pisan territorio británico.
El viaje de Scotland of Ashtal coincidió con la cancelación de una visita a Gran Bretaña de una delegación militar israelí, que decidió quedarse en su país después de que el Ejército británico le comunicara que no podía garantizar que sus miembros no iban a ser detenidos.
Por otro lado, el diario «Haaretz» anunció ayer que el Ejército israelí consultará a sus asesores legales cuando efectúe operaciones de combate, y no sólo durante su planificación, a raíz de las acusaciones de haber cometido crímenes de guerra en la ofensiva a la franja de Gaza.
El jefe del Estado Mayor, Gabi Ashkenazi, dio la orden en contra de la voluntad de varios altos mandos, que preferían seguir el esquema del último gran ataque a Gaza, en el que murieron 1.400 palestinos, en su mayoría civiles.