El primer ministro israelí no convence a nadie. En Israel le acusan de recoger el guante de la propuesta árabe para apuntar su posición interna crítica. Los palestinos le acusan de ningunearles y los gobiernos árabes le critican por querer discriminar a los interlocutores. Ehud Olmert, que con un 3% escaso de apoyo a su […]
El primer ministro israelí no convence a nadie. En Israel le acusan de recoger el guante de la propuesta árabe para apuntar su posición interna crítica. Los palestinos le acusan de ningunearles y los gobiernos árabes le critican por querer discriminar a los interlocutores.
Ehud Olmert, que con un 3% escaso de apoyo a su gestión en las encuestas ha batido el récord de rechazo de un primer ministro del Estado israelí desde su fundación, recibió críticas tanto de la izquierda pacifista como de la ultraderecha, sin olvidar al poderoso Ejército (Tsahal).
«En lugar de esconderse tras palabras vacías, mejor haría en coger el toro por los cuernos e iniciar siquiera negociaciones con nuestros vecinos árabes», urgió Yossi Beilin, líder de Meretz, formación pacifista que recordó que «la política internacional se basa en contactos secretos y eficaces».
Desde el ultrasionismo, Zvi Haendel, diputado de la Unión Nacional-Partido Nacional Religioso, formación de los colonos, señaló que «el mismo día en que el Gobierno es informado de que los terroristas se rearman en Gaza, él hace declaraciones alejadas de la realidad, en lugar de ordenar al Ejército erradicar el terrorismo mortífero».
Un Ejército que, a través de su radio, insistió en relacionar «semejante invitación» a regímenes árabes con la nula credibilidad de Olmert tras el fiasco de la agresión a Líbano y los escándalos que le rodean.
Ningunear a los palestinos
El Gobierno de unidad de la ANP, por boca de su portavoz, Mustafah Bargutti, acusó a Olmert de intentar zafarse de un proceso de negociación con el pueblo palestino «que restituya sus derechos y le permita crear un Estado independiente». El primer ministro «intenta suplantar la idea de una conferencia internacional por una conferencia regional y un arreglo global por acuerdos parciales y transitorios».
Los dirigentes árabes «no aceptarán esta operación de relaciones públicas», auguró el diputado palestino en el Parlamento israelí Ahmed Tibi.
A falta de reacciones oficiales de los gobiernos árabes, tanto la prensa como portavoces de la Liga Arabe criticaron la propuesta de Olmert y pusieron el acento en que la ciñó a los países «moderados» eufemismo con el que el líder israelí rechaza sentarse con Siria.
El diario saudí `Al Watan’ interpretó la reacción de Olmert como «un rechazo real a la negociación» al negarse a sentarse con el Gobierno de Damasco.
Ben Hali, portavoz de la Liga Arabe, consideró que Israel aún no ha respondido a la oferta de a reciente cumbre de Beirut.