Las crisis económicas del neoliberalismo, en particular el aumento del desempleo y la proliferación de los trabajos mal pagados e inseguros, tienen múltiples efectos, que se extienden más allá de las condiciones materiales de vida y afectan tanto al ser social como a las relaciones más íntimas de los individuos que las sufren. James Petras […]
Las crisis económicas del neoliberalismo, en particular el aumento del desempleo y la proliferación de los trabajos mal pagados e inseguros, tienen múltiples efectos, que se extienden más allá de las condiciones materiales de vida y afectan tanto al ser social como a las relaciones más íntimas de los individuos que las sufren.
James Petras
El pasado lunes, 5 de diciembre, fueron presentados los resultados de la «Encuesta de Condiciones de Vida» (ECV) elaborada por vez primera por el Instituto Nacional de Estadística en base a datos del año 2004. Según sus promotores «el objetivo principal de la encuesta es proporcionar información sobre la renta, el nivel y composición de la pobreza y la exclusión social en España y permitir la realización de comparaciones con otros países de la Unión Europea».
Entre las principales conclusiones del estudio, llama la atención el dato de que «una de cada cinco personas que reside en España se encuentra por debajo del umbral de pobreza relativa». Lo cual significa no lo que parece indicar, es decir que el 20% de los españoles sea pobre, sino que uno de cada cinco residentes en el estado español vive por debajo de ese umbral. De modo que entre estos parece encontrarse la población inmigrante, tenida en cuenta de forma global en el informe pero sin especificar sus niveles de ingresos ni condiciones de vida.
Si ya de por sí la cifra es lo suficientemente preocupante como para mover a las autoridades a replantearse el modelo económico imperante, detenerse a imaginar la situación de los inmigrantes (que por fuerza contarán con porcentajes de pobreza aún mayores) debería mover a la acción para acabar con un sistema injusto de raíz que utiliza la mano de obra como mercancía, marginando y excluyendo a un número cada vez mayor de personas.
Todo ello en el marco de lo que se denomina una «democracia» regida por un «estado de derecho». Como si el término «democracia», como forma de organización del poder social en el espacio público, fuera independiente de la estructura económica-social sobre la cual dicho poder se sustenta. Y tanto es así que pese a vivir una ‘normalidad capitalista’ -caracterizada por la sobreexplotación, la desigualdad y la pérdida de los derechos básicos de ciudadanía- los únicos causantes de los problemas son siempre los gobernantes de turno y no la estructura económica que los genera.
Consecuencia directa de esta situación es que la brecha entre las zonas desarrolladas y las desfavorecidas se va ampliando, y así ocurre en todos los aspectos que toca el informe. En el caso del estado español el sur de la pobreza casi coincide con el sur geográfico, y las comunidades autónomas que salen pero paradas son, casi siempre, las mismas: Extremadura, Andalucía, Murcia, Canarias, Ceuta y Melilla, Castilla La Mancha y Galicia.
Pobreza relativa
Según la ECV el 19,9% de la población residente en España está por debajo del umbral de pobreza relativa. Dicha tasa es mayor en las mujeres (20,8%) que en los hombres (19,0%). Y mayor también entre las personas de 65 o más años (29,6%) que en la edad activa que va de los 25 a los 49 años (15,6%).
Los datos más alarmantes se dan al atender al reparto de la pobreza por comunidades autónomas. Ceuta y Melilla, con un 37,3% de personas por debajo del umbral de pobreza relativa, y Extremadura, con un 37%, son las regiones más desfavorecidas.
Ingresos medios y salarios
Durante 2004 el ingreso medio anual por persona ascendió a 7.591 euros. Una cantidad bastante ridícula si tenemos en cuenta, por ejemplo, que los hogares cuya vivienda es alquilada (a precio de mercado) tienen una media anual de gastos [1] de 5.544 euros. Estos ingresos fluctúan entre los 5.653 euros de Extremadura y los 9.111 de Madrid.
Con respecto a los salarios Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca tienen los salarios brutos medios mensuales y por hora más elevados. Por el contrario, Murcia, Canarias y Galicia presentan los salarios brutos más bajos, con unas remuneraciones por hora inferiores en más de un 15% a la media nacional.
Además, el salario bruto por hora de las mujeres es un 9,4% menor que la media estatal (incluye ambos sexos), por el contrario el salario de los hombres es un 6,3% mayor. Lo que quiere decir, por si alguien tenía la duda, que el sueldo de los segundos es un 17,3% mayor que el de las primeras.
Problemas de la vivienda
Según la encuesta uno de cada cuatro hogares españoles sufre problemas de ruidos producidos por los vecinos o procedentes de la calle. Un 18,9% se ve afectado por delincuencia o vandalismo en la zona de su vivienda y un 15,8% sufre de contaminación y otros problemas ambientales.
Madrid y la Comunidad Valenciana tienen los mayores porcentajes de hogares que perciben problemas en el entorno de su vivienda relacionados con ruidos y contaminación. Castilla-La Mancha es la comunidad con menor porcentaje de hogares con problemas relacionados con ruidos o contaminación, y la Comunidad Autónoma Vasca soporta el menor porcentaje de hogares con problemas de delincuencia o vandalismo en la zona de su vivienda.
Otros datos
Por último, el informe incluye otras cuestiones ‘menores’, entre ellas: la imposibilidad económica, para 2 de cada 3 adultos, de ir al dentista o recibir tratamiento habiéndolo necesitado; o la incapacidad, en casi la mitad de los hogares, de costear unas vacaciones fuera de casa al menos una semana al año.
Ver nota de prensa sobre la ECV
Notas:
[1] Los gastos de la vivienda incluyen: el alquiler (en el caso de vivienda en alquiler), intereses de la hipoteca (en el caso de vivienda en propiedad) y otros gastos asociados a la vivienda (comunidad, reparaciones, agua, electricidad, gas, seguro del continente, algunas tasas e impuestos municipales).