Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.
«Todos los pueblos pueden, para sus propios fines, disponer libremente de su riqueza y recursos naturales sin perjuicio de cualquiera de las obligaciones emanadas de la cooperación económica internacional, basadas en el principio del beneficio mutuo y del Derecho Internacional» (Artículo 1 (2) del Convenio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1966).
En 1967, inmediatamente después de su ocupación a escala total de Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel declaró que todos los recursos hídricos de Cisjordania y la Franja eran propiedad del estado israelí. Por consiguiente, los palestinos tendrían que obtener una licencia del ejército israelí antes de desarrollar cualquiera nueva infraestructura hídrica en su propia tierra.
En 1982 el control de toda el agua palestina se entregó a la nueva autoridad israelí del agua, la Mekorot. Once años después, bajo el proceso de los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993, se transfirió una responsabilidad parcial de los recursos hídricos de Cisjordania y Gaza a la autoridad palestina del agua. No obstante, Mekorot sigue controlando el 53% del suministro del agua para uso doméstico en Cisjordania.
Palestina tiene recursos hídricos naturales en superficie y subterráneos. Las aguas en superficie fluyen en forma de ríos permanentes y wadis (lechos fluviales que permanecen secos parte del año) o bien en reservas estacionales. Las aguas subterráneas recogen y almacenan agua de la lluvia. El recurso principal de agua potable en Palestina es el agua subterránea.
Hay ocho cuencas subterráneas en Palestina e Israel. Cuatro se hallan completamente en Israel (Tiberias, Galilea oeste, Carmelo y el Negev). Las otras cuatro (Nordeste, Este, Oeste y el acuífero Costero) están parcialmente o en su totalidad en Cisjordania y Gaza.
Acceso desigual y privaciones
Las aguas superficiales proceden principalmente de la cuenca del río Jordán que es, en teoría, un recurso compartido por Palestina, Israel, Jordania, Siria y Líbano. Los palestinos tienen prohibido el uso de este recurso desde 1967.
El acuífero del Oeste es el único y más importante recurso de agua subterránea de Palestina e Israel. Se ubica entre los dos estados con el 68% de su área de recarga en Cisjordania.
Los pozos palestinos bombean alrededor de 22 millones de metros cúbicos del acuífero al año.
Los pozos israelíes distribuyen, en asentamientos y estaciones de bombeo a lo largo de la línea verde de 1967, 320 millones de metros cúbicos al año del mismo acuífero.
Ahora en Cisjordania los palestinos controlan y consumen aproximadamente el 20% (138 millones de metros cúbicos) de los recursos hídricos subterráneos. Israel controla aproximadamente el 80% (562 millones de metros cúbicos) de los recursos hídricos subterráneos de Cisjordania, que se utilizan para los asentamientos construidos en territorios ocupados de Cisjordania y en el propio Israel.
Los palestinos de Gaza consumen alrededor de 100 millones de metros cúbicos de agua al año.
En conjunto, los palestinos controlan y consumen el 11% de sus recursos hídricos naturales. Los israelíes consumen el 89% del agua de Palestina.
El consumo per cápita de agua en Palestina e Israel refleja este desequilibrio. En Cisjordania y en la Franja de Gaza el consumo per cápita de agua es de alrededor de 60 litros al día, mientras que el de Israel es aproximadamente de 280 litros al día.
Más de 215.000 palestinos (el 10% de los residentes de Cisjordania) no están conectados a una red operativa de agua potable. Tienen que contar con la recogida del agua de lluvia y el acceso a manantiales naturales. Durante las sequías de mediados de verano deben comprar agua a proveedores privados. Mientras que el agua de cañería cuesta de 3 a 5 shekels el metro cúbico, los proveedores privados cobran de 15 a 30 shekels por metro cúbico.
El Grupo Hidrológico Palestino (PHG) ha documentado casos de limitaciones de provisión doméstica deliberadas por parte del Mekorot a lo largo de Cisjordania. Las restricciones a los desplazamientos y viajes impuestas en Cisjordania y Gaza también afectan gravemente al acceso al agua potable de los palestinos. El muro continúa negando y restringiendo el acceso a manantiales naturales, pozos y terrenos agrícolas.
Asentamientos y agua
Los colonos israelíes emplean más de 9 veces el volumen de agua per cápita suministrada a los palestinos.
Un buen número de asentamientos se han construido abiertamente sobre recursos hídricos cruciales. Por ejemplo los de Ariel y Emmanuel al norte de Cisjordania, asentados directamente sobre la cuenca del acuífero Oeste.
Hay 42 pozos profundos excavados por Israel en Cisjordania después de 1967, los cuales se hallan principalmente en la cuenca Este. Mientras que el 80% del agua que proporcionan se suministra a los asentamientos israelíes, sólo el 20% va a parar a las comunidades palestinas.
La perforación de estos profundos pozos por Israel tiene un efecto directo sobre otros recursos hídricos palestinos. Por ejemplo, al norte del valle del Jordán, 8 pozos y 11 manantiales se secaron completamente como resultado de las perforaciones israelíes en la zona.
El muro y el agua
El trazado del muro confisca recursos hídricos cruciales.
El 70% del área de recarga del acuífero Oeste quedará aislada entre el muro y la línea verde y caerá bajo control israelí.
En la parte norte de Cisjordania el muro actúa como una presa de hormigón que esencialmente retiene el agua e impide que fluya hacia el oeste, provocando inundaciones en las áreas cercanas; Qalqiliya sufrió serias inundaciones durante el invierno de 2005 por esta razón.
Los asentamientos localizados sobre recursos hídricos serán anexionados a Israel una vez que se complete la construcción del muro.
Agua y Derecho Internacional
La actual división de agua entre Israel y Palestina viola los derechos palestinos y contraviene las leyes internacionales del agua: los palestinos deberán tener una asignación razonable y equitativa de recursos compartidos de agua potable, incluyendo los de los cuatro principales acuíferos y los del río Jordán.
El fundamento principal de la ley internacional para la división de las aguas compartidas entre estados es el principio de equidad y uso razonable.
El artículo 6 de la Convención de las Naciones Unidas sobre La Ley de los Usos no Navegacionales en Aguas Internacionales enumera siete componentes claves de este principio, incluyendo las necesidades sociales y económicas para el uso de los recursos hídricos, la protección y el desarrollo de los recursos, la conservación y la disponibilidad de alternativas para el uso planificado o existente del agua.
El artículo 43 de las regulaciones de La Haya de 1907, prohibe a un estado ocupante cambiar la legislación que estaba en vigor antes de la ocupación. Las órdenes militares dictadas por Israel con respecto al acceso al agua y a la distribución de los recursos hídricos palestinos ha cambiado significativamente la estructura legal e institucional del sector palestino del agua. Los recursos hídricos de los Territorios Ocupados han sido integrados en el sistema legal de Israel, limitando severamente el desarrollo palestino de dichos recursos hídricos.
Contaminación y devastación medioambiental
El Grupo Hidrológico Palestino, PHG ha documentado casos de colonos israelíes que contaminaban deliberadamente manantiales de agua en Qalqiliya y Nablús.
En mayo de 2005 colonos israelíes que viven en el barrio de Tel Rumeida en Hebrón destruyeron contadores locales de agua y cortaron el suministro a cientos de palestinos.
La ciudad de Yenín al norte de Cisjordania se enfrenta a una crisis de aguas residuales. Unos 40.000 metros cúbicos de desperdicios sólidos se han acumulado en su planta de tratamiento de aguas residuales a consecuencia de la prohibición del ejército israelí al ayuntamiento de Yenín de acceder a la planta de procesamiento de basuras sólidas situada en las proximidades, desde el año 2000.
El PHG explica que Gaza se enfrenta a una crisis crónica de agua. La extracción desenfrenada de agua del acuífero de Gaza ha llevado a que el mismo se esté contaminando gradualmente por el agua del mar.
Las aguas residuales se han filtrado y han contaminado el agua potable. Por ejemplo, en marzo de 2007 la planta de tratamiento de aguas residuales de Beit Lahia, en el norte de Gaza, se desbordó y mató a cinco personas. El PHG describe la planta de tratamiento como «inadecuada» y dice que el cierre continuado del paso fronterizo de Rafah, al sur de Gaza, ha impedido entregar equipamiento crucial para la planta de aguas residuales.
http://www.palestinemonitor.org/spip/spip.php?article14
Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al traductor, a la revisora y la fuente.