Traducido para rebelión por LB.
Indignación en Alemania: el premio Nobel Günter Grass ha vuelto a decir la verdad al afirmar que Israel es la mayor amenaza para la paz mundial.
Günter Grass, el autor vivo más famoso de Alemania y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1999, desató el pasado miércoles la indignación en Alemania con la publicación de un poema titulado «Lo que hay que decir» en el que critica duramente la actitud ofensiva de Israel con respecto a Irán.
De nuevo, es el artista más que el político quien dice la verdad desnuda. De nuevo, es el artista más que el académico quien habla.
«¿Por qué he esperado hasta esta edad avanzada para decir con la última gota de tinta: el poderío nuclear de Israel pone en riesgo la paz mundial, de por sí frágil?», escribió Grass.
En el poema, publicado el miércoles en el diario alemán Süddeutsche Zeitung y en otros diarios europeos, Grass también pide un «control irrestricto y permanente del potencial nuclear de Israel y de las instalaciones nucleares de Irán a través de un organismo internacional aprobada por los gobiernos de ambos países».
Israel y algunas prominentes voces de judíos alemanes no tardaron en reaccionar. La Embajada de Israel en Berlín emitió un comunicado ofreciendo su propia versión de ‘Lo que hay que decir».
«Lo que hay que decir es que constituye una tradición europea acusar a los judíos de cometer asesinatos rituales en vísperas de la Pascua», reza el comunicado.
Bastante escandaloso, ¿no les parece? A la vista de todo el mundo, Israel, junto con sus grupos de presión judíos de apoyo (AIPAC, el AJC), está presionando para que estalle otro conflicto global. Sin embargo, la embajada desafía descaradamente toda crítica lanzando al aire el viejo libelo de sangre. La pregunta oportuna y apropiada aquí es: ¿Por qué Israel y el AIPAC están presionando para que estalle una guerra mundial y una potencial conflagración nuclear justo antes de Pascua? ¿Acaso no pueden esperar a Yom Kippur (Día de la expiación)?
La Embajada de Israel prosigue:
«antiguamente los judíos utilizaban supuestamente la sangre de los niños cristianos para amasar el pan ázimo, pero hoy es el pueblo iraní al que el Estado judío quiere supuestamente aniquilar».
¿Acaso no es exactamente así? Todos los expertos militares señalan que un ataque preventivo israelí contra Irán podría desatar un conflicto nuclear. Lo único que Grass está haciendo, como otros – incluyendo a este servidor -, es tratar de impedir que Israel vuelva a celebrar sus síntomas letales.
Empero, la embajada de Israel observó lo siguiente:
«Israel es el único Estado del mundo cuyo derecho a existir es cuestionado abiertamente».
Correcto, y así es como debe ser. Israel es un Estado racista y expansionista que no tiene cabida en la familia de naciones.
El Consejo Central Judío de Alemania también tildó al poema de «panfleto agresivo de agitación». Me pregunto yo: ¿es realmente agresivo intentar frenar a un agresor?
El periódico alemán Die Welt, que al parecer obtuvo anticipadamente una copia del poema de Grass, publicó una respuesta del fanático sionista Henryk Broder, el más destacado escritor judío del país. «Grass siempre ha tenido un problema con los judíos, pero nunca lo ha expresado con tanta claridad como lo ha hecho en este poema». Broder dijo: «Grass siempre ha tenido una propensión a la megalomanía, pero esta vez está completamente chalado». Uno habría esperado algo más inteligente del más prominente escritor judío alemán.
Broder, sin embargo, puede estar en lo cierto cuando señala que Grass está «atormentado por la culpa y la vergüenza, y también animado por el deseo de zanjar la historia; ahora está intentando desmontar la `causa de la amenaza reconocible'».
El poema del miércoles no es la primera vez que Grass se ha pronunciado críticamente sobre Israel. En una entrevista de 2001 en el Spiegel Online ofreció su propia solución para el conflicto palestino-israelí:
«Israel no solo tiene que salir de los territorios ocupados», dijo entonces. «La apropiación de la tierra palestina y los asentamientos israelíes son también una actividad delictiva que no sólo debe ser detenida sino que además debe ser revertida. De lo contrario no habrá paz».
Broder sostiene que esa declaración es «ni más ni menos que pedir que Israel ceda no solo Nablus y Hebrón, sino también Tel Aviv y Haifa». Y prosigue: «Grass no distingue entre las `áreas ocupadas’ de 1948 y las de 1967». Huelga decir que desde un punto de vista ético Grass tiene razón, no hay diferencia entre 1948 y 1967. El Estado judío se estableció en la Palestina histórica a expensas del pueblo palestino. Sospecho que para el año 2001 Grass ya había comprendido que el Estado solo para judíos debe transformarse en un «Estado de ciudadanos». Israel debería abrazar la verdadera noción de paz, universalismo e inclusión. Pero no creo que debamos aguantar la respiración hasta entonces porque no es algo que vaya a suceder pronto.