La aviación de Israel violó el espacio aéreo de Siria el pasado fin de semana y en sendos ataques bombardeó un centro de investigación militar cerca de Damasco e instalaciones de defensa aérea, matando a decenas de soldados de élite y dañando zonas estratégicas. Esta nueva agresión israelí refleja el militarismo desenfrenado del primer ministro […]
La aviación de Israel violó el espacio aéreo de Siria el pasado fin de semana y en sendos ataques bombardeó un centro de investigación militar cerca de Damasco e instalaciones de defensa aérea, matando a decenas de soldados de élite y dañando zonas estratégicas. Esta nueva agresión israelí refleja el militarismo desenfrenado del primer ministro Benjamín Netanyahu y coincide con un aumento de las colonias ilegales en territorio palestino, con la reanudación de los asesinatos preventivos, con el hostigamiento continuo a los habitantes de Cisjordania y con diversos ataques aéreos a Gaza. Por otra parte, el gobierno libanés ha denunciado simultáneamente la frecuente violación de su terrorio en los últimos días por parte de los aviones de guerra sionistas.
Esta criminal agresión a Siria significa de hecho un abierto apoyo a los rebeldes que -con dinero de Arabia Saudí y Qatar y con armamento y ayuda técnica de Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Turquía- destruyen a diario todo tipo de instalaciones civiles y militares mientras asesinan a la población civil con tácticas de guerrilla urbana y atentados callejeros. También presagia una futura y no lejana invasión extranjera en el caso probable de que los insurgentes y los mercenarios que los apoyan no logren derribar el régimen laico imperante en Siria. La finalidad última de esta política de agresión y guerra emprendida conjuntamente por las potencias occidentales, Israel y las petromonarquías no es otra que el debilitamiento de la resistencia árabe en Oriente Próximo y la conversión del estado sionista en el gendarme de esta zona estratégica. Después de la invasión de Libia, toca ahora destruir Siria, apuñalar por la espalda a la resistencia palestina, desestabilizar el Líbano… y preparar el terreno para una futura guerra contra Irán. Como se ve, el diseño de los estrategas de la OTAN y sus comparsas dibuja un negro horizonte en el que habría que sacrificar al pueblo árabe para mantener el control imperialista del petróleo consolidando así la hegemonía de los Estados Unidos en claro declive por razones económicas.
¿Qué reacción ha tenido este ataque israelí a Siria? Los medios occidentales no han expresado condena alguna y han disfrazado la agresión como si se tratara de una defensa antiterrorista del aparentemente acosado Israel. El tono de los noticiarios televisivos, sin imágenes de las víctimas y sin las voces indignadas de los portavoces sirios, tenía la misma frialdad que el parte meteorológico del día. ¿Y la ONU, que nació para defender el derecho internacional y proteger la soberanía nacional de los estados miembros? Ni ha denunciado los bombardeos del país árabe, ni ha amenazado con sanciones al atacante. El secretario general, como Pilatos, se ha lavado las manos y ha tenido la desfachatez de pedir «contención» a ambas partes, es decir, a la víctima y al agresor. ¡Qué edificante neutralidad la de este títere del imperio! En la Unión Europea la consigna ha sido un silencio complaciente con el agresor a quien se le permite toda clase de tropelías. La Liga Árabe, que hace poco tomó la infame decisión de expulsar de su seno al legítimo gobierno sirio, ha esbozado una queja sin querer molestar al gobierno israelí. De las potencias internacionales sólo se han atrevido a criticar a Israel Rusia y China, gracias a cuyo bloqueo en el consejo de seguridad se ha impedido hasta ahora una invasión de Siria bajo el paraguas de la ONU. Irán, retaguardia de la resistencia árabe y potencia indiscutible en Oriente Medio, ha advertido al estado sionista que «está jugando con fuego» y que «no permitirá a Israel ni a los enemigos debilitar el eje de la resistencia» .
Las dos principales industrias de guerra del nazismo fabrican un submarino nuclear para Israel
Dos noticias recientes iluminan el rostro agresor de Israel y de sus protegidos, los rebeldes sirios. La primera se refiere a la entrega a la armada sionista del submarino de la clase Dolphin capaz de portar misiles nucleares con un alcance de 1.500 kilómetros. Con esta nueva incorporación son ya cinco los submarinos nucleares que posee Israel, un Estado que, conviene subrayarlo, se niega a firmar el Tratado de No Proliferacion Nuclear. El nuevo buque de guerra ha costado 500 millones de dólares y ha sido construido por la empresa alemana ThyssenKrupp Marine Systems. Este grupo empresarial ThyssenKrupp cuenta con cerca de 200.000 trabajadores y por volumen de negocios alcanza el puesto décimo en el país. Está constituido por la fusión de las dos principales industrias de guerra del ejército hitleriano a cuyo partido nazi (el NSDAP) ayudaron a financiar y de cuyo infame régimen obtuvieron inmensos beneficios, incluídos los procedentes del trabajo esclavo de decenas de miles de deportados en campos de concentración.
Mientras buscan una gran mentira que justifique la próxima invasión de Siria (como en el caso de Iraq) y agitan el fantasma de las armas químicas, su propio artefacto de propaganda les ha estallado entre las manos. Ahora resulta que son los rebeldes/mercenarios los que han empleado en sus ataques las temidas armas químicas. La denuncia procede de una alta representante de la ONU. Como informa el diario El Mundo [1] , «los rebeldes sirios han hecho uso de gas sarín en el conflicto que mantienen contra el régimen de Bashar Asad, según ha asegurado Carla del Ponte, antigua fiscal del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y actual miembro de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria . «Según los testimonios que hemos recogido, los rebeldes han usado armas químicas, concretamente gas sarín» , había declarado Del Ponte en una entrevista con una radio suiza en italiano. «Nuestras investigaciones seguirán avanzando de forma verificada y confirmada a través de nuevas pruebas, pero, según lo que hemos comprobado hasta ahora, son los opositores al régimen los que han utilizado gas sarín» , dijo Del Ponte».
Puesto que han traspasado la línea roja que, según decían, no estaban dispuestos a tolerar al gobierno sirio, ¿qué medidas tomará EEUU cuando conoce de fuente autorizada que son sus amigos los rebeldes/mercenarios los que usan armas químicas? Los mismos que arrasaron Vietnam con toda clase de armas prohibidas (mis jóvenes lectores deberían leer el libro de Bertrand Russell, Crímenes de guerra en Vietnam) y los mismos que provocaron más de 220.000 muertos con las bombas atómicas que arrojaron sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, ni pueden dar lecciones de moral a nadie, ni han dejado de encubrir nuevos crímenes en nombre de su democracia, es decir de sus intereses imperialistas.
Nota
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/06/internacional/1367823655.html