Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Una de las mayores instituciones de educación superior de Sudáfrica, la Universidad de KwaZulu-Natal (UKZN) de Durban, es un sitio de múltiples controversias, pero ocurrió un hecho que provocó escándalo, ocurrido el pasado lunes y que merece una reflexión más profunda, ya que nos enfoca hacia una dirección positiva que tiene que ver con alejarse y dejar de aliarse con el Estado de Israel y sus políticas de apartheid que son indicadores de creciente racismo. Un representante de Israel había sido invitado a hablar, pero se le retiró la invitación después de que hubo una comunicación a la universidad del llamado de parte del personal y de los estudiantes pidiendo respetar el «boicot académico» a Israel.
Desde Sudáfrica, el continente africano y desde todas partes, es un momento crítico para aumentar la presión contra el régimen canalla de Tel Aviv. Benjamín Netanyahu, dirigente de la derecha dura, se encuentra en una fase peligrosa de su carrera, preparándose para bombardear Irán, manteniendo ilegítimamente a miles de prisioneros palestinos en condiciones cada vez más extremas, expandiendo los asentamientos en tierras palestinas de Cisjordania, aterrorizando a Gaza y apretando su control militar sobre la región.
El enfoque de Netanyahu para la protección de su base electoral fue presentado en una reciente reunión del gabinete, junto con su descripción paranoide de la inmigración de refugiados de África (principalmente de Eritrea, Etiopía y Sudán del Sur) la semana pasada: «si no paramos el problema (sic), 60.000 infiltrados (sic) son susceptibles de convertirse en 600.000 y causar la negación del Estado de Israel como Estado judío y democrático (sic)».
El ministro del Interior, Eli Yishai, levantó el mismo tema: «Hay que ponerlos [a los inmigrantes africanos] en celdas de detención o cárceles… y luego darles una subvención y enviarlos de vuelta». A pesar de los datos que la policía confirma de que los israelíes cometen por persona más del doble de delitos que los inmigrantes africanos, Yishai, dijo, «la mayoría de los infiltrados africanos están involucrados en el crimen».
De acuerdo con la Hotline for Migrant Workers, «En el último mes, el número de crímenes de odio llevados a cabo por los israelíes contra los africanos se ha incrementado enormemente. Varios cócteles molotov se arrojaron en las casas de los africanos en el sur de Tel Aviv en dos ocasiones distintas, con una semana de diferencia».
Unos días después, el miércoles por la noche, el pensamiento de Netanyahu y Yishai se concretó en las calles, cuando cientos de sus seguidores atacaron a los africanos en lo que se describió ampliamente como un ataque racista, dejando muchos heridos y una docena de israelíes arrestados por la violencia.
En este contexto, la embajada de Israel había sugerido una exposición para el público en UKZN sobre el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén. El Muro es el tema de la controversia actual, desde que Gush Shalom, un grupo de derechos humanos con sede en Tel Aviv que se opone a la ocupación ilegal de Israel en Palestina, exigió el sábado pasado que «el Día de Jerusalén» se elimine del futuro del calendario israelí de días festivos.
Como una celebración de la guerra de 1967 y la ocupación de Palestina, se celebra con una provocativa marcha a través de Jerusalén Este hasta el muro. El politólogo, Peter Beinart, autor de La crisis del sionismo, comentó la semana pasada: «Estoy preocupado porque Iom Ierushalaim [Día de Jerusalén] se ha convertido en una fiesta nacionalista, observada mayoritariamente por el público de la derecha religiosa. Con demasiada frecuencia, esa celebración se torna violenta… la mayoría de las celebraciones glorifican el abuso del poder por parte de extremistas crueles».
Como Lia Tarachansky de la Red de The Real News informó desde Jerusalén el fin de semana, «los celebrantes marcharon a través de la Puerta de Damasco y del Barrio Musulmán cantando ‘Mahoma está muerto’ y reivindicaron una masacre de 1994 de 29 palestinos en Hebrón. A través del camino más o menos 600 palestinos protestaron por la celebración y la ocupación de Jerusalén Este. A ellos se sumaron activistas israelíes por la paz».
El funcionario israelí Yaa’kov Finkelstein con sede en Pretoria había informado al decano de Ciencias Sociales de UKZN, Nwabufo Okeke-Uzodike, de que «le gustaría dar una conferencia al personal y a los estudiantes sobre el Muro de los Lamentos en Jerusalén», dos días después de este incidente, pero con una anticipación menor de 24 horas. El vicerrector de esa institución académica sudafricana, Joseph Ayee, envió un correo electrónico al personal académico: «He vuelto a considerar las sensibilidades que la visita del embajador adjunto de Israel han generado. Dada la publicidad negativa que la visita dará UKZN, por la presente cancelo la visita y la conferencia».
Que la charla se hubiera «llevado a cabo bajo sospecha, con el probable daño para la reputación de la institución, no está en el interés de todos nosotros», observó Ayee. Esto fue consecuencia de un aluvión de cartas por parte de académicos de alto nivel, incluyendo a Lubna Nadvi, Rozeena Mart y Jerry Coovadia, y también por el anuncio de una protesta vibrante anunciada por el artista de hip-hop Ian «Ewok» Robinson, que generó una oposición similar a la de Finkelstein como uno de los patrocinadores del Festival Hilton de las Artes, cerca de Durban el año pasado. Robinson dijo que «recibir al embajador es como auspiciar la creación de algún tipo de espacio neutral para el diálogo y es otra legitimación flagrante de las políticas de opresión de Israel».
El momento para el diálogo con los representantes oficiales de Israel debe esperar hasta ver que se manifieste una presión pública no violenta en contra de las argucias del régimen y se pueda reducir el desequilibrio del poder que tiene la extrema derecha. A medida que se afirma el movimiento de solidaridad palestino, la ocasión surgirá -al igual que hace tres largas décadas se levantaron las sanciones contra Sudáfrica, cuando a principios de 1990 hubo un progreso irreversible hacia la propuesta democrática de una persona un voto (implementada en abril de 1994) y será sólo cuando Israel reconozca el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación y:
1. Ponga fin a su ocupación y colonización de todas las tierras árabes y desmantele el Muro de Separación;
2. Garantice los derechos fundamentales de los ciudadanos árabe-palestinos de Israel a la igualdad plena y
3. Respete, proteja y promueva los derechos de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares y propiedades tal como se estipula en la Resolución 194.
La aceptación de estas tres condiciones es comparable a la demanda de la democracia en Sudáfrica. Nuestro movimiento local para el Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel recibió un impulso en 2010 cuando los artistas sudafricanos contra el apartheid salieron con el anuncio, «La colaboración con las instituciones vinculadas al Estado de Israel no puede ser considerada como un acto neutral en el nombre de intercambio cultural».
En este contexto, se habría producido un daño grave a la reputación de la UKZN en caso de ignorar y seguir adelante con el evento. Sobre la charla de Finkelstein, el dirigente del BDS en Ramala, Omar Barghuti dijo: «¿Por qué debería invitar la UKZN a un diplomático israelí en momentos en que incluso el gobierno sudafricano aconseja a sus propios ministros que no visiten Israel, a menos que sea por absoluta necesidad? ¡A esto se denomina complicidad!»
Barghouti, continuó: «Imagine si una universidad cubana o palestina hubiera invitado a un funcionario de Sudáfrica para dar una conferencia en la década de 1980. ¿El ANC y la gran mayoría de los sudafricanos no se habrían sentido traicionados por sus mejores amigos en el mundo? Bueno, así es como los palestinos se sienten ahora si una institución de Sudáfrica es cómplice de Israel».
Las universidades deben estar en la vanguardia del movimiento BDS -y gracias a la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel ocurre desde 2004-, porque haciendo que se rechace a las autoridades israelíes, estas oportunidades en realidad abren ampliamente la puerta para el aprendizaje de la ética política, como en UKZN. Tres años atrás, la misma controversia surgió en la Universidad de Johannesburgo de Witwatersrand, cuyos funcionarios encomendaron a un destacado abogado, Geoff Budlender, que investigara el tema. Budlender concluyó a favor de los activistas de BDS, diciendo que la Universidad de Wits «legítimamente podría decidir poner sus instalaciones a disposición de organizaciones del exterior, sólo para ciertos fines, y no sólo que estén disponibles para otros propósitos… [si] un orador o una actividad pudieran ser tan ofensivas «.
Del mismo modo, a la Universidad de Johannesburgo (UJ) le fue solicitado por parte de más de 450 líderes académicos de Sudáfrica, entre ellos nueve rectores y vicerrectores poner fin a su relación institucional con la universidad israelí de Ben-Gurion (BGU) el año pasado. UJ puso fin a la relación y, en efecto, se convirtió en la primera universidad del mundo que impuso el boicot académico a Israel. También otra universidad local, según Nina Butler, del Foro de Solidaridad con Palestina de la universidad de Rhodes, en un escrito de la semana pasada para el Mail & Guardian «fue abordada por la Universidad Ben Gurion, con una gran cantidad de fondos para la investigación del agua, para recibir sólo la explícita respuesta de que ni su asociación ni el dinero eran deseables».
La misma Universidad Ben Gurion tuvo esta semana también un episodio importante para el boicot académico, cuando una conferencia del lunes que promovieron empresarios africanos fue objeto de crítica, y se responsabilizó a esa misma universidad por colaboración con el ejército israelí y la ocupación de Palestina. Admirablemente, el historiador de Zimbabwe Musiwaro Ndakaripa se retiró como consecuencia de los compromisos con el BDS, pero algunos africanos continuaron, violando el llamado de los palestinos al boicot, así como el embajador de Angola.
Las cosas están mejorando lentamente en lo que respecta al boicot a Israel, también en otros lugares. La semana pasada, el embajador de Pretoria en Tel Aviv fue convocado por el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores para una reprimenda formal porque el Departamento de Industria y Comercio sudafricano falló en contra de la etiqueta «made in Israel» para la comercialización de cosméticos Ahava, Soda Stream y otros productos de los asentamientos ilegales de Cisjordania. Esto amplía los requisitos de etiquetado existentes de la Unión Europea y Gran Bretaña de una manera que facilita el boicot de los productos de los asentamientos israelíes, por lo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel se quejó de que se trata de «maltrato a una etiqueta de mercado por criterios políticos nacionales y, por consiguiente, es una medida racista (sic)». La respuesta es que el hecho de haberse opuesto al régimen racista sudafricano mediante el boicot de las instituciones estatales y las empresas que lo hacían posible, aceleró el fin del racismo oficial.
Del mismo modo, la portavoz de la embajada de Israel en Pretoria, Hila Stern, azuzó el conflicto con la universidad UKZN, echando en cara el nivel académico y lo acusó de una «campaña de terror intelectual».
Así es. En 2010 el vicepresidente de EE.UU. Joe Biden etiquetó a Julian Assange de Wikileaks de terrorista por revelar secretos horribles del imperialismo, y el Departamento de estado de los EE.UU. mantuvo en sus registros a Nelson Mandela como terrorista desde la década de 1960 hasta el año 2008 (cuando el Congreso obligó a un cambio), y estos dos hombres tienen mucho para estar orgullosos. Los académicos activistas de UKZN que hicieron posible mejorar el nivel educativo de Sudáfrica en la ética de la solidaridad esperan continuar «aterrorizando» al régimen del apartheid israelí, al igual que el boicot a Sudáfrica «aterrorizó» a quienes estaba por el régimen de apartheid décadas atrás.
Patrick Bond es el director del Centro para la Sociedad Civil de UKZN y Muhammed Desai coordina BDS Sudáfrica.
Fuente original: http://www.counterpunch.org/2012/05/24/the-academic-boycott-of-israel-2/