Carlos Alberto Montaner, contracubano miembro de la CIA y antiguo miembro de la organización terrorista de Orlando Bosch, por lo que fue encarcelado en su día, 1961, ha venido percibiendo fondos, extraídos de los impuestos a los habitantes de la Comunidad de Madrid, que le han sido entregados por mandato de Esperanza Aguirre, las partidas […]
Carlos Alberto Montaner, contracubano miembro de la CIA y antiguo miembro de la organización terrorista de Orlando Bosch, por lo que fue encarcelado en su día, 1961, ha venido percibiendo fondos, extraídos de los impuestos a los habitantes de la Comunidad de Madrid, que le han sido entregados por mandato de Esperanza Aguirre, las partidas no están claras aunque se conoce una de ellas en el 2009 de 79.000 euros, y otra en 2010 de 70.000, hay más dinero que no sale a la luz. Otros cuidados hacia semejante personaje son el nombramiento por la Faes de Aznar como candidato presidencial en Cuba para después del socialismo, eso fue en el 2008, y cuando su desprestigio internacional era mayúsculo debido al conocimiento de algunas de sus actividades firmaron para defenderle personajes como Esperanza Aguirre, Aznar, Vargas Llosa,…
Pero el susodicho viene a este espacio por cínico. Como contracubano ya sabemos su letanía política, ahora se estrena en la defensa de quien acabó con la vida de dos individuos al conducir de manera irresponsable y chocar contra un árbol. El mismo personaje que tras cuarenta y cinco multas entre marzo de 2011 y los primeros meses de 2012, en mayo la Dirección General de Tráfico en España le comunica que se dispone a quitarle el carnet de conducir. ¿Es defendible un indocumentado infractor de la ley, que causa un accidente con resultado de muerte? Se entiende que el afán de Montaner por faltar a la verdad y querer hacernos pasar por idiotas defienda lo indefendible, al fin y al cabo es su condición de injusto la que le motiva. Pero por mucho que insista en el «ABC», por muchas páginas que le den en semejante periódico del fascismo en el estado español (él sabe que ese periódico defiende a los militares, falangistas, monárquicos, banqueros , empresarios y eclesiásticos que se levantaron contra la democracia en España en 1936) sobre que en cualquier país el sujeto que ha causado semejante accidente estaría en la calle a estas horas, no es en absoluto creíble: aquí mismo estaría en la cárcel, solo pagando y corrompiendo estaría en la calle, de hecho algún famoso que ha cometido un delito de parecidas características, conducir sin carnet, atropellar a un viandante con resultado de muerte, le costó varios años de cárcel, y no hablamos de otros delitos: entrada en el país, Cuba, falseando los motivos, con visa de turista para luego realizar actividades políticas contracubanas, financiación de organización subversiva, intento de crear organización ilegal,… ¿usted sabe lo que eso mismo supondría en el estado español si le cogen?. Claro, si Montaner se refiere a hacer lo mismo con organizaciones fascistas o profascistas en España, eso, tal cual, no supone delito alguno, y desde luego se refiere a la financiación de semejantes organizaciones contracubanas cuando en España escribe en un periódico fascista.
Hay otra cosa que prueba su cinismo y su demagogia: hace una comparación que no se la compran ni sus pagadores, los que mencionábamos antes ni los de ese periódico, declara que los contracubanos se asemejan a los republicanos españoles que luchaban contra el franquismo; comparar a los mercenarios de la CIA con los combatientes antifascistas españoles demuestra por su parte la doblez moral propia de alguien perverso. ¿De qué democracia se habla desde un periódico que defiende al genocida franco y su corte, desde un altavoz que defiende el negacionismo de los crímenes de Lesa Humanidad que han cometido los padres políticos de quienes se atrincheran en sus páginas? Ya le gustaría a Montaner y sus pagadores limpiarnos el cerebro, borrar la memoria histórica democrática y que no supiésemos quién es él y los suyos. Montaner manifiesta su cinismo y su demagogia, de categoría, también, infinita.
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