Las fuerzas rusas han venido a Siria para enfrentarse a Daesh, o eso es lo que han dicho los medios rusos y han repetido los responsables de ese país. Sin embargo, la guerra se ha extendido a las fuerzas de la revolución; es decir, las brigadas que combaten al régimen, porque al Frente de Al-Nusra, […]
Las fuerzas rusas han venido a Siria para enfrentarse a Daesh, o eso es lo que han dicho los medios rusos y han repetido los responsables de ese país. Sin embargo, la guerra se ha extendido a las fuerzas de la revolución; es decir, las brigadas que combaten al régimen, porque al Frente de Al-Nusra, que está internacionalmente catalogado como una organización terrorista, no le han llegado los bombardeos rusos. Por supuesto, EEUU hace lo mismo, ya que ha creado una alianza contra Daesh, pero sus bombardeos pocas veces alcanzan a los miembros armados de dicha organización.
Si numerosos indicios apuntan a una relación entre Daesh y EEUU, poca duda cabe de la relación de Rusia con esta organización. Incluso hay indicios de que Irán y el régimen sirio tienen algún tipo de relación con Daesh. El caso de Rusia estaba bastante claro, a pesar de que hay muchos ‘yihadistas’ chechenos en la estructura de Daesh, e incluso entre sus mandos, entre los que destaca Abu Omar al-Shishani (El Checheno). La Rusia de Putin se ha encargado de «la rebeldía chechena», se ha infiltrado entre los ‘muyahidines’ e incluso ha llegado a matar a uno de sus líderes, conocido como Jattab. También ha logrado que muchos de ellos se dobleguen e imponer su autoridad sobre uno de los más destacados símbolos chechenos, Kadýrov.
Por eso, no era descabellado que hubiera una relación entre Rusia y Daesh, especialmente porque la intervención rusa en nombre de la guerra contra Daesh no ha alcanzado a este grupo más que de forma marginal. A pesar de que lo que se divulga, o se establece como paradigma, sobre cómo Daesh es una «organización independiente», lo cierto es que es producto de nuestra realidad, aunque el grueso de sus miembros venga del exterior, o sea un producto estadounidense. No dudo que sea un producto estadounidense, pero ha sido «infiltrado» por otros países: el papel de Irán está claro, pero el de Rusia sigue quedando fuera de toda discusión, ya sea porque ha combatido a los chechenos, o porque no utiliza esos métodos, ya que «es contraria al extremismo religioso».
Sin embargo, las declaraciones de Vladimir Putin tal vez cambien esa visión e introduzcan a Rusia en el marco de países que ‘se infiltran’ en Daesh. Putin explicó que se había enviado a los mejores combatientes chechenos a Daesh para «recabar información» y trabajar en la sombra para apoyar la intervención militar rusa, pero aclaró que «al inicio de la guerra civil en Siria agentes secretos chechenos fueron enviados a los campos de entrenamiento, para entrenar a los combatientes que se adscribían al wahabismo». E informó de que «descubrieron que había entrenadores de los países de la OTAN». Entones, Rusia envió «entrenadores», líderes y miembros, como otros países, que consideraban que dominaban la organización y se beneficiarían de ella.
Quizá sea esta la primera confesión del papel de Rusia en el tema de Daesh. Y ello explica por qué los aviones rusos no bombardean a la organización, pues esta ‘infiltración’ es útil, como lo es para EEUU. La revista Foreign Policy [1], de hecho, ha publicado recientemente un artículo en relación al petróleo en la zona oriental de Siria y el papel de Daesh. Según dicho artículo, la compañía rusa Stroytranzgaz, a quien le había sido adjudicada la construcción de la planta de gas de Tuweinan en 2007, ha retomado sus trabajos de construcción en los pozos bajo dominio de Daesh desde principios de 2014, con el beneplácito de la organización. De hecho, ingenieros rusos han seguido trabajando allí para terminar el proyecto. Además, señalaba que un informe publicado por el periódico sirio Tishreen, que dirige el régimen sirio, en enero de 2014, parecía satisfecho con ese proyecto y citando a fuentes del gobierno sirio, informaba de que Stroytangaz había logrado completar el 80% del proyecto. De hecho, según el mismo artículo, se esperaba que la planta fuera entregada al gobierno en la segunda mitad de este año, sin decir que ya entonces se encontraba bajo el control de Daesh. No hay duda de que, si lo dice un periódico sirio gubernamental, ha de tener cierta veracidad, pues habla de la actividad de la compañía durante el período de dominio de Daesh.
En consecuencia, la empresa rusa lleva a cabo su actividad en una zona controlada por Daesh, según explicaba un funcionario del régimen que trabaja en la ampliación de los oleoductos y gaseoductos, como diseñador, ejecutor y supervisor en Tadmor, Homs y Raqqa. Es decir, que trabajaba en el territorio de Daesh, bajo su protección, y aprovechándose de los servicios que ofrece, mediante los cuales facilita la logística y la actividad a favor del régimen.
Hablaba de la planta de Tuweinan, que tiene una gran reserva de gas, y decía que las actividades siguen su curso bajo la protección de Daesh hasta el momento. Los expertos rusos y los trabajadores locales siguen trabajando, como si no hubiera nada a su alrededor, y, según el funcionario, el 50% de los miembros de Daesh encargados de la protección son rusos. Por último, dijo que estas zonas son de Rusia y no del régimen, debido a pactos y acuerdos entre ambos firmados antes de la revolución, y que por tanto, es natural que se vigilen y se protejan con soldados rusos. Por eso, la mitad de la estructura de Daesh son rusos (según Kadýrov, en su mayoría chechenos) bien entrenados que se encargan de la protección y se expanden para dominar y arrebatar tierras a las fuerzas de la revolución.
En definitiva, los rusos dominan los pozos de petróleo y gas bajo amparo de Daesh, y ellos son quienes exportan petróleo en nombre de Daesh al régimen y otros países. Esto confirma que Daesh colabora con el régimen y con los rusos en la exportación de petróleo, porque pertenece en origen a los rusos y al régimen, y Daesh es el vigilante, aunque se exporte en su nombre.
Es en periódicos rusos (la web Sputnik) donde se dice que los que dominan esas zonas son chechenos en su mayoría, y que los han enviado los servicios secretos rusos para ser ‘yihadistas’ en Daesh, y entrenar a los wahabíes. Por ello, no son bombardeados por Rusia (ni EEUU) y se someten a la estrategia rusa y del régimen en la lucha contra la revolución. Se trata, pues, de la rama rusa de Daesh, que no solo está en esas zonas, sino también en otras, siguiendo la política rusa y del régimen de aplastar la revolución.
Aquí no solo analizamos, sino que nos apoyamos en datos certificados de fuentes rusas y del régimen para mostrar la naturaleza de Daesh, pero también la falsedad del discurso ruso y del régimen que dice que combate a Daesh. Daesh es una empresa securitaria privada compartida en la que muchos están implicados. El papel ruso, junto con el iraní, el turco y el del régimen, ha quedado patente. Rusia domina, a través del régimen, las zonas donde se encuentra el petróleo sirio del que ha logrado los derechos de explotación, y de ello se sirve para combatir a las brigadas armadas dentro de un ataque doble (o múltiple, tras la participación de las fuerzas del PYD kurdo) en el norte de Alepo.
Tal vez partiendo de estos datos, se puedan explicar las múltiples operaciones militares que la organización ha realizado en la zona oriental de Siria y el cerco al aeropuerto de Rasin El Aboud durante más de año y medio sin irrumpir en él, para finalmente entregárselo al régimen. También quizá esto explique , todas las batallas en las que Daesh se ha enfrentado a las brigadas que combaten al régimen.
Ahora podemos decir que conocemos al Daesh ruso.
[1] El artículo es este.
Tomado de Traducciones de la revolución siria