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El Derecho Internacional contra la Ley de la Selva

Fuentes: Palestinechronicle

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

«…algunos de nuestros más poderosos Estados miembros, definitivamente no creen en el imperio de la ley.»

El presidente saliente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel d’Escoto Brockman, dice que los principales miembros de la ONU pusieron obstáculos a su intento de mejorar la vida de los palestinos en la Franja de Gaza.

«Mi mayor frustración durante este año ha sido la situación de Palestina», declaró a la Asamblea de 192 naciones en su último discurso, el 14 de septiembre, antes de traspasar la presidencia de un año al diplomático libio Ali Treki.

Encontró «vergonzosa» la forma en que influyentes miembros del Consejo de Seguridad de la ONU mostraron «pasividad y una evidente indiferencia» frente al largo y cruel bloqueo israelí de Gaza.

El padre Miguel no es el habitual oportunista diplomático de carrera. En 1961 fue ordenado sacerdote de la iglesia Católica. En 1962, obtuvo un máster en Ciencias en la Escuela de Periodismo (Instituto Pulitzer) de la Universidad de Columbia. Durante más de un decenio fue ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, en el que encabezó la reclamación de su gobierno en la Corte Penal Internacional contra Estados Unidos por apoyar acciones militares y paramilitares contra su país. La Corte falló a favor de Nicaragua. Entonces no sólo fue un hombre de palabras, sino un hombre de acción.

La falta de un compromiso de las Naciones Unidas para resolver la cuestión palestina, un «escándalo»

Los palestinos en particular y los que se preocupan por los asuntos exteriores en general, encontrarán en la versión inédita de su discurso de despedida, donde se refiere a Tierra Santa, una lectura de mucho valor:

    «Mi mayor frustración este año ha sido la situación de Palestina. La cuestión Palestina continúa siendo el más grave y prolongado asunto político y de derechos humanos sin resolver en la agenda de las Naciones Unidas desde su inicio. La evidente falta de compromiso para resolverlo es un escándalo que me ha ocasionado mucho pesar.

    «Prometí una presidencia activa y sinceramente creo que hice todo lo posible al respecto, pidiendo e intentando persuadir a quienes debían haber estado más estrechamente implicados en exigir la convocatoria de la Asamblea General para examinar la situación palestina. Sin embargo, tanto durante las tres semanas de la invasión de Gaza, que comenzó el 27 de diciembre, como ahora, todo lo que recibí fue el consejo de dar más tiempo al proceso, porque las cosas estaban siempre a punto de resolverse y no debíamos hacer nada que pudiera poner en peligro el éxito que cada vez estaba más lejos de nuestro alcance.

    «Ante esa situación, sinceramente, no supe qué hacer. He querido ayudar a Palestina, pero quienes supuestamente debían haber estado muy interesados negaron su apoyo por razones de «cautela» que yo era incapaz de comprender. Espero que tengan razón y que yo esté equivocado. De lo contrario, nos enfrentamos a una fea situación de constante complicidad con la agresión contra los derechos del noble y sufrido pueblo palestino.

    «Una resolución justa de la cuestión Palestina debe basarse en el contenido del derecho internacional, y únicamente se logrará cuando la unidad del pueblo palestino se haya logrado y la comunidad internacional hable con todos sus representantes que disfruten de credibilidad y hayan sido elegidos democráticamente. Además de la retirada de los israelíes de todos los territorios ocupados ilegalmente desde 1967, el derecho internacional exige que a todos los palestinos desplazados durante la creación del Estado de Israel, a sus hijos y a sus nietos, se les permita regresar a su tierra natal de Palestina.

    «Mi consultor principal sobre asuntos humanitarios, el Dr. Kevin Cahill, fue enviado a Gaza del 17 al 22 de febrero para preparar un informe sobre la situación humanitaria en Gaza inmediatamente después de la agresión. El informe del Dr. Cahill se publicó el miércoles 19 de agosto, con ocasión del Día Humanitario Mundial que conmemora los sacrificios del personal de las Naciones Unidas en zonas de conflicto; se esperaba que fuera emitido en una sesión especial sobre Gaza, pero que no tuvo lugar por las razones citadas.

    «Me parece deshonrosa la pasividad y palpable indiferencia de algunos de los miembros altamente influyentes del Consejo de Seguridad para que el bloqueo de Gaza haya continuado sin interrupción durante dos años, en flagrante violación del derecho internacional y de la resolución del propio Consejo de Seguridad, ocasionando un daño y sufrimiento inmensos a la población palestina de Gaza. Esta situación amenaza con volverse todavía más grave si no se toman medidas inmediatas, ahora que el invierno se acerca. Ahora es cuando hay que demostrar, con acciones y no simplemente con palabras, un auténtico compromiso con el concepto de la responsabilidad de proteger».

Espero que el padre Miguel nos diga los nombres de esos «miembros altamente influyentes» que mostraron «indiferencia y pasividad deshonrosas» ante semejante espantoso sufrimiento humano. El mundo necesita identificar y deshacerse de estos despreciables zánganos en altos cargos.

¿Alguno de ellos es británico? En el Reino Unido somos muy conscientes de que nuestro ministerio de Asuntos Exteriores, y de hecho todo el tejido de nuestro gobierno, está infectado por los secuaces de Israel y otros sin fibra moral. Estos llorones pronuncian palabras de condena y estrujan sus manos, pero nunca toman una acción firme. Nos deshonran a todos.

La ley de la selva impera, ¿de acuerdo?

En otra parte de su discurso, el padre Miguel hizo esta notable observación:

    «Todo el mundo sabe que, entre otras muchas verdades, algunos de nuestros más poderosos e influyentes Estados miembros, definitivamente no creen en el imperio de la ley en las relaciones internacionales, y su punto de vista es, además, que cumplir con las normas legales a las que formalmente nos comprometemos, cuando firmando la Carta, es algo que se aplica únicamente a los países débiles. Con semejante bajo nivel de compromiso, no debería sorprender que las Naciones Unidas hayan sido incapaces de lograr los principales objetivos para los que se crearon

    «Ciertos Estados Miembros piensan que pueden actuar según la ley de la selva y defienden el derecho del más fuerte para hacer lo que les da la gana con total y absoluta impunidad, sin rendir cuentas a nadie».

No está grabado si estas palabras recibieron el aplauso que merecían.

Adiós, padre Miguel, y buena caza. Usted dio su mejor tiro, a diferencia de otros. Por favor, no abandone totalmente la escena

Stuart Littlewood es autor del libro Radio Free Palestine, que narra la difícil situación de los palestinos bajo la ocupación. Visite: http://www.radiofreepalestine.co.uk/

Fuente: http://www.palestinechronicle.com/view_article_details.php?id=15434