Mientras el mundo se enfrenta a la más sanguinaria epidemia del siglo XXI, el terrorismo, y Estados Unidos y la Unión Europea (UE) se autoproclaman acérrimos luchadores contra ese mal, el gobierno derechista de la comunidad autonómica de Madrid otorgó el denominado «premio de la tolerancia» a un connotado terrorista de origen cubano. Según anunció […]
Mientras el mundo se enfrenta a la más sanguinaria epidemia del siglo XXI, el terrorismo, y Estados Unidos y la Unión Europea (UE) se autoproclaman acérrimos luchadores contra ese mal, el gobierno derechista de la comunidad autonómica de Madrid otorgó el denominado «premio de la tolerancia» a un connotado terrorista de origen cubano.
Según anunció el ejecutivo madrileño que preside la representante del Partido Popular (PP) Esperanza Aguirre, el reconocimiento fue concedido nada menos y nada más que a Carlos Alberto Montaner, un prófugo de la justicia cubana desde la década de los años 60, acusado y condenado por participar en acciones violentas con bombas en la isla caribeña.
El también asalariado de la agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos reside desde hace varios años en España, donde en contubernio con el derechista PP y el ex presidente José María Aznar, y a costa de los contribuyentes españoles, creó en Madrid una filial de la mafiosa Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), con sede en Miami, Florida.
Durante los últimos años Montaner ha sido una pieza privilegiada del PP y de la CIA para desde Europa, en general, y desde España, en particular, atacar a la Revolución cubana, e incluso lo han reciclado y convertido ante los ojos y oídos de la opinión pública en un «periodista», y hasta en un «escritor».
Sus «padrinos» aznarinistas, entre ellos la presidenta de la Comunidad de Madrid, han sido un importante sostén financiero de Montaner, merced al erario público, y de cuanto grupúsculo en esa nación ibérica dice llamarse «luchador por la democracia en Cuba», según reiteradas denuncias hechas por medios de prensa españoles.
Son bien conocidos también los estrechos vínculos de Esperanza Aguirre con las organizaciones anticubanas radicadas en la ciudad norteamericana de Miami, a donde la representante del PP viaja con frecuencia, igual que Aznar, para, entre otras cosas, hacerse fotos con otros connotados terroristas.
Asimismo, Madrid se ha convertido bajo el mandato de Aguirre en una urbe anfitriona de terroristas de origen cubano que en busca de respaldo para atacar a la nación caribeña se pasean impunemente por Europa.
Precisamente dos mercenarios protagonistas de la frustrada invasión militar norteamericana contra Cuba de Playa Girón, en 1961, visitaron por estos días la capital española en busca de respaldo para fraguar acciones adversas contra la Revolución en la mayor de las Antillas.
Acorde con reportes de prensa, los mercenarios nombrados Juan López de la Cruz, quien dijo tener el grado militar de coronel, y Humberto Martínez, deambularon por las calles madrileñas sin en el más mínimo reproche de las autoridades locales.
Incluso hasta se hospedaron en un conocido y céntrico hotel capitalino, ofrecieron una conferencia de prensa, y además visitaron varios medios de comunicación para demandar apoyo mediático a sus propósitos.
No sería mucho pedir que en nombre de la lucha internacional contra el terrorismo y del respeto a las leyes internacionales, la Unión Europea rechace la conducta de las autoridades de Madrid de entregar premios y tolerar en su territorio a protagonistas de acciones violentas contra un estado soberano e independiente como Cuba.
Sin duda alguna la UE debería de una vez por todas poner coto a ese tipo de hechos, contrario a dejarse arrastrar por Estados Unidos a mantener la llamada Posición Común que asumió contra Cuba, ni las sanciones que aplicó a ese pequeño país, y mucho menos hacer suyo otro nuevo plan made in USA de materializar una estrategia a largo y mediano plazos para intentar destruir la Revolución en la isla caribeña.