Traducido por S. Seguí. Ilustraciones de Ben Heine
Es evidente que al hallarnos ante yuxtaposiciones que no comprendemos nos asalta una cierta incomodidad. Cuando la información conexa no nos es familiar, nuestros cerebros son incapaces de crear el nexo adecuado que permita tener una idea clara de lo que el mensaje que vemos nos está comunicando.
Las viñetas políticas son una de las expresiones más claras de yuxtaposición. Tratan gráficamente de acontecimientos, personajes, narrativas y situaciones que de otro modo requerirían centenares de palabras para su comunicación. En cierto modo, el usuario de una viñeta política ha de ser inducido a las imágenes manipuladas y presentadas de un nuevo modo. Para ello son precisas dos cosas: por un lado, el talento y la creatividad del artista para sacar la imagen más adecuada de la caja de Pandora de la imaginación visual; por el otro, la capacidad para transmitir el mensaje con su pleno significado. Además, exige también algo del usuario: éste debe ser capaz de establecer las conexiones que dan pleno sentido a las imágenes presentadas. Se necesita un determinado nivel de conocimiento para tocar la tecla de la emoción que la viñeta desea estimular, ya sea pasmo, humor, ironía, sorpresa, complicidad o compasión. Es necesaria una determinada relación entre el artista y el usuario, una especie de callada comprensión: el supuesto de que todos partimos de un mismo punto.
De hecho, sería inútil, por ejemplo, incluir una viñeta política que alabara sinceramente la invasión de Iraq por parte de Bush en las páginas de una publicación de la izquierda radical. El pacto no explícito entre el artista y el usuario sería inexistente. O que la carroza de Cenicienta apareciese en el Estadio Olímpico de Atenas la noche de la final de la Liga de Campeones en lugar de hacerlo en un castillo de un país de cuento de hadas. No es sólo una situación absurda, es simplemente inadecuada e inaceptable. El dibujante de viñetas políticas crea un trabajo que es fruto de su inspiración y de sus manos, y para él su publicación es una preocupación secundaria, aunque sea un elemento de vital importancia.
Todo el mundo desea creer que actúa correctamente. En especial cuando se trata de un blog o un foro político, lo correcto parece consistir en excluir el menor atisbo de pensamiento analítico que, al salirse de la norma, pudiera provocar la incomprensión del asunto en cuestión. Podríamos dar por sentado que un sitio o un blog progresistas lleguen a determinadas conclusiones en relación con las violaciones de los derechos humanos, y en el caso que vamos a comentar a continuación, concretamente, al asunto de los derechos de los palestinos y las políticas israelíes. Podríamos esperar que, tras la lluvia de atrocidades que Israel ha infligido a palestinos y libaneses sólo en los últimos meses, una visión más crítica de Israel formase ya parte, por fin, del pensamiento general de los sitios políticos progresistas.
Ben Heine, junto con Steve, el blogger del destacado y audaz sitio Desert Peace, fueron invitados a enviar una contribución a un importante sitio político estadounidense, Daily Kos. Ben colgó un artículo excelente de un escritor palestino en el que debate el trasfondo del sionismo, con una alusión explícita a la importancia del respeto mutuo. No había nada de incendiario en el contenido. Junto al artículo, presentó algunas de sus ilustraciones, entre otras una viñeta en la que Avigdor Lieberman e Hitler estaban yuxtapuestos. Se trata, sin duda, de una imagen extremadamente efectiva y que tiene pleno sentido para una persona familiarizada con las soflamas de incitación a la limpieza étnica que Lieberman lanza regularmente a sus electores israelíes y que en gran medida quedan sin criticar incluso por parte de los lectores progresistas de un sitio como Daily Kos.
Sin embargo, tal como Steve ha informado a muchos de nosotros, familiarizados con los trabajos de Ben y menos con Daily Kos, su intervención fue calificada de antisemita, se suprimió del sitio su escrito por «violación del derecho de autor» y, lo que es peor, los lectores de Daily Kos, demostrando una mentalidad pandillera, fueron incapaces de interpretar la yuxtaposición de la viñeta política o no estuvieron dispuestos a hacerlo. Esta situación sería aceptable en un blog que no tratase de asuntos políticos o de política cotidiana, pero los bien informados lectores de Daily Kos -salvo unos pocos de los centenares que dejaron mensajes agresivos- han sido incapaces de comprender que el sionismo es sin duda problemático y que las incitaciones a la limpieza étnica, la expulsión y la opresión de los palestinos son inaceptables y son parte importante del sionismo y de las formaciones y el modus operandi de Israel.
Nosotros, en Tlaxcala, nos dedicamos a traducir artículos de centenares de autores y fuentes a lenguas distintas de aquella en la que han sido escritos, a fin de ponerlos a disposición de un público amplio de todo el mundo con carácter casi inmediato, tan pronto como los medios de comunicación difunden los artículos originales. Seleccionamos textos que reflejan nuestros puntos de vista sobre lo que consideramos que son los asuntos más importantes del día, basándonos en el convencimiento fundamental de que la justicia, la paz, la libertad ante la opresión y los derechos humanos y ambientales son asuntos que interesan a toda la humanidad. Ben Heine es para nosotros un colaborador valioso, porque su trabajo trasciende el lenguaje y su visión es una representación gráfica del trabajo que los autores, traductores, poetas y periodistas proporcionan. La armonía entre el trabajo de Tlaxcala y el de Ben Heine es casi palpable. Su perspicacia para ir al mismo corazón del significado de las noticias que nos afectan a todos es difícil de creer. ¿Cuántas veces no habrá conseguido Ben transmitirnos una imagen que no hubiéramos podido comprender de otro modo, debido a la complejidad del mensaje y la necesidad de ponerlo en un contexto sencillo que invite al lector a reflexionar más a fondo? ¿Y cuántas veces no habrá sido capaz de leer un texto y hallar la referencia visual que mejor le cuadra? Ben trabaja no sólo para Tlaxcala sino para muchos otros sitios, y a todos proporciona además de su trabajo, su inimitable estilo y su sólida y sincera humanidad.
Lo triste del asunto es que su trabajo haya sido tan groseramente incomprendido y malinterpretado por parte de lectores progresistas, lo que habla bien a las claras del modo cómo éstos obtienen su información y de su capacidad para establecer las conexiones mentales necesarias para dar sentido a las viñetas, para intepretarlas correctamente. No nos cabe duda de que los incidentes de esta clase son a la vez el resultado de un periodismo chapucero y descuidado y la causa de éste. Si la calidad de los sitios políticos sigue descendiendo hasta poder figurar en las estanterías de los productos de consumo prefabricados, sin reflexión, sin sana provocación y sin un cierto nivel de erudición e investigación, no habrá solución para la confusión que domina tanto al público en general como a los círculos progresistas.
Ésta es una de las razones del nacimiento de Tlaxcala: la de contribuir a difundir el mensaje de humanidad, decencia y preocupación por los oprimidos; la de poner en evidencia a sus opresores e informar al público de los crímenes que tienen lugar bajo la capa de la normalidad de los negocios, de modo que pueda llegar un cambio real. En realidad, el cambio está ya teniendo lugar. Tiene lugar persona a persona, una cada vez, en forma de conocimiento y capacidad de hablar en voz clara y alta, y de protestar contra las injusticias que dominan tantos aspectos de la vida en nuestro planeta. Estamos tan convencidos de ello que intentamos utilizar todas las herramientas de comunicación de que disponemos, derribando barreras lingüísticas llegado el caso incluso por medio del arte. En este aspecto, Ben Heine, a pesar de su juventud, tiene ya pocos rivales. Estamos orgullosos de él y le ofrecemos nuestro total apoyo a su trabajo, a la vez que nos declaramos firmemente convencidos de que su visión y sus esfuerzos contribuyen a la comprensión entre los pueblos, trascendiendo todas las barreras de nacionalidad, raza, lengua, religión o creencias.
Los 71 miembros del colectivo Tlaxcala
10 de abril de 2007
Fuente: http://peacepalestine.blogspot.com/2007/04/tlaxcala-fully-supports-ben-heine.htm
S. Seguí es miembro de Rebelión y Cubadebate. Ben Heine es, además, miembro de Tlaxcala.