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El discurso crítico de Marx, treinta años después

Fuentes: Sin permiso

Ahora bien, que la valoración del libro desde el punto de vista del conocimiento se convierta en algo idéntico con su valoración literaria, esto, que sería el punto óptimo de la crítica, no solamente presupone al crítico perfecto, sino también el hecho de que él podrá alcanzar esta meta sólo cuando tenga como su objeto […]


Ahora bien, que la valoración del libro desde el punto de vista del conocimiento se convierta en algo idéntico con su valoración literaria, esto, que sería el punto óptimo de la crítica, no solamente presupone al crítico perfecto, sino también el hecho de que él podrá alcanzar esta meta sólo cuando tenga como su objeto de análisis a las grandes obras. Así, y bajo la conciencia de este estado de cosas, es tanto más fascinante la perspectiva de considerar una obra pequeña, aunque no por pequeña, una obra menos perfecta.

Walter Benjamin, «¿Cómo se explica el gran éxito de un libro? Hierbas y malas hierbas, un libro suizo sobre las hierbas», en Contrahistorias, núm. 23, 2015, p. 48.

 

1. En el año 1986, con el pie de imprenta de Ediciones ERA, fue publicado el primer libro de un filósofo ecuatoriano educado en Alemania oriental y radicado en México desde 1968, quien para los años ochenta del siglo pasado, en virtud de sus impecables traducciones, ensayos críticos y su desempeño en el célebre Seminario El capital, que había impartido durante años en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, era considerado un profundo conocedor de la obra de Marx y las diversas tradiciones del marxismo centro-europeo: él era Bolívar Echeverría Andrade (1941-2010).  

Junto a Carlos Pereyra, Arnaldo Córdoba, Rolando Cordera, Adolfo Sánchez Rebolledo, Ruy Mauro Marini y Neus Espresate, colaboró en la revista Cuadernos Políticos (ediciones ERA publicó, entre 1974 y 1990, sesenta números [1] ), por lo que su trabajo era bien conocido en la casa editorial. No resultó extraño que su primera obra fuese incluida en la Colección «El hombre y su tiempo», reservada al pensamiento marxista y en la cual fueron publicados: Cuadernos de la cárcel, de Antonio Gramsci; Stalin. Biografía política, y Trotsky, de Isaac Deutscher; Los marxistas, de Charles Wright Mills; Sociología de una revolución, de Frantz Fanon; Obra revolucionaria, de Ernesto Che Guevara; o La democracia en México, de Pablo González Casanova.  

Entre los autores de la editorial, también figuraban Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, José Lezama Lima, Mario Benedetti, Octavio Paz, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis, Juan Gelman, Elena Poniatowska, Rosario Castellanos, Elena Garro, Adolfo Gilly, Friedrich Katz o José Revueltas. Con estos nombres, ERA se convirtió en una de las editoriales más prestigiosas de Latinoamérica, cobijando la editio princeps de Bolívar Echeverría, quien para entonces contaba ya con 45 años. Sencilla y reservada, la dedicatoria: «Für A.», de El discurso crítico de Marx [2] , revelaba sin embargo el cariño filial del autor hacia su primogénito, Andrés Echeverría Weikert, con quien, casi veinte años después, colaboraría en la edición de La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, cuya traducción estuvo a su cargo. [3]  

La suerte sonreiría a El discurso crítico de Marx, reservándole, sin embargo, un extraño destino: volverlo una rareza bibliográfica. No obstante, una vez agotada la primera edición de 3000 ejemplares, la obra se mantuvo en circulación a través de su reproductibilidad técnica: el fotocopiado y las ediciones clandestinas, como la de Tinta Negra (sello editorial de un colectivo especializado en clonar libros imposibles de conseguir, que eran vendidos a precios módicos en la UNAM). Durante tres décadas, millares de fotocopias y cientos de ejemplares de las ediciones libres mantuvieron el libro en circulación y al alcance de varias generaciones de estudiantes. Sin embargo, este año el Fondo de Cultura Económica y Ediciones Ítaca coeditaron la segunda edición, incluida en la Sección de Obras de Filosofía.  

2. La edición de 1986 reunía diez ensayos, 6 publicados (que el autor corrigió notablemente para el libro) y 4 inéditos. Algunos de ellos constituían temas que él venía reflexionando desde finales de los años sesenta, y que seguiría trabajando hasta sus últimos años (por ejemplo, Rosa Luxemburgo, el discurso crítico y el materialismo de Marx), por lo que cada uno constituye un paso argumental, sea un punto de partida o uno intermedio, de un movimiento reflexivo que duró cuatro décadas, y en el cual Bolívar Echeverría ejecutó el examen crítico de la realidad social capitalista, a partir del estudio de la obra del Marx, ‘el discurso crítico de Marx’.  

La «Presentación» (1984) del libro y los capítulos: 3) «Esquema de El Capital» (1977); 5) «Valor y plusvalor» (1978); 6) «Clasificación del plusvalor» (1978); y 7) «La crisis estructural según Marx» (1980), eran inéditos. Los demás ya habían sido publicados: 1) «El materialismo de Marx», en Historia y Sociedad,núm. 6, 1975; 2) «Definición del discurso crítico», en Cuadernos Políticos, núm. 10, 1976; 4) «Comentario sobre el «punto de partida» de El capital», en Investigación Económica, vol. 36, núm. 142 Facultad de Economía-UNAM, 1977; 8) «Rosa Luxemburgo: espontaneidad revolucionaria e internacionalismo», escrito originalmente como Prólogo a las Obras escogidas de Rosa Luxemburgo (ERA, 1981-1982); 9) «El problema de la nación desde la Crítica de la economía política», en Cuadernos Políticos, núm. 29, 1981; y 10)«Cuestionario sobre lo político», en Palos (núm. 1, 1980).  

No obstante, no se trata de una compilación de ensayos sobre el mismo tema, sino de una estrategia de lectura. En la «Presentación», Bolívar Echeverría clasificó los ensayos en tres grupos, sobre «diferentes temas» del «proyecto teórico y político de Marx»: 1) ensayos 1 y 2: «propuesta de definición» o «estrategia epistemológica adecuada» del «carácter científico del discurso teórico de la realidad social»; 2) ensayos 3,4,5,6 y 7: «lectura» de El capital y sobre «temas clave de la crítica de la economía política»; 3) ensayos 8,9 y 10: «derivación de la teoría de Marx hacia temas propiamente políticos». Sin embargo, por debajo de esta clasificación temática, es posible sugerir otra más a partir de dos coordenadas: por un lado, una especie de arquitectura («esquema», «punto de partida», «clasificación»; artículos 3 4 y 6) que reconstruye y reordena el discurso crítico de Marx; y por el otro, el análisis de conceptos elementales de la crítica de la economía política («materialismo», «valor», «plusvalor», «crisis», «espontaneidad revolucionaria», «nación», «lo político»; artículos 1,2,5,7,8,9 y 10), explorando sus características individuales como su relación recíproca. Esta estrategia, que reconstruye el discurso crítico, científico y comunista de Marx, al igual que categorías o conceptos ineludibles del mismo, muestra el hilo conductor de la lectura de Bolívar Echeverría sobre El capital, y la originalidad de la misma.  

En la segunda edición se incluye dos ensayos (¿por qué no incluir: «¿La ‘forma natural’ de la reproducción social», de 1984?), elaborados en el marco del Seminario sobre El capital: «Nota sobre el salario» (1984), intitulado originalmente: «Discurso crítico y desmistificación. El tema del salario», en Ensayos. Economía, Política e Historia. Vol.1, número 2, División de Estudios de Posgrado, Facultad de Economía, UNAM (1984); y «Circulación capitalista y reproducción de la riqueza social. Apunte crítico sobre los esquemas de Karl Marx» [4] (1991). El primero, «sobre el salario», corresponde sin embargo a la propuesta de reconstrucción del discurso de Marx. El segundo, sobre la «circulación capitalista y la riqueza social», aun cuando estudia temas como el salario, la ganancia y la renta, es más bien un «apunte crítico sobre los «ESQUEMAS». Es decir, al igual que el primero, este ensayo corresponde a la estrategia de lectura que Echeverría hace de la obra de Marx. [5]  

3. En la primera edición, todos los ensayos habían sido publicados entre 1975 y 1982 (excepto la «Presentación», fechada en 1984); sin embargo, el autor recuerda que fueron «redactados entre 1974 y 1980». [6] En el primer caso, él tenía entre 34 y 41 años; en el segundo, oscilaba entre los 33 y 39 años; es decir, la primera madurez. La publicación del libro, en 1986, cuando cumplía los 45 años, no permite observar adecuadamente esta genealogía que inicia años atrás. Por ello, El discurso crítico de Marx adquiere todo el valor de un síntoma en el itinerario del autor, pues representa una especie de condensación de su actividad política e intelectual desde su llegada a México, en julio de 1968, con 27 años a cuestas y el grado de Magister Artium por la Universidad Libre de Berlín, [7] así como el resultado de sus clases en el Seminario de El capital (la caracterización de los aportes teóricos de K. Marx, K. Korsch, K. Kosík, G. Lukács, H. Grossmann, E. Bloch, M. Heidegger, R. Luxemburgo, W. Benjamin o Th. Adorno, entre tantos otros autores) en la Facultad de Economía de la UNAM. Todo ello sería valorado por Adolfo Sánchez Vázquez, quien, a propósito de la presentación del libro, escribió:  

hace ya tiempo que conozco a Bolívar Echeverría, desde que pasó por mis clases y Seminarios como Profesor Adjunto mío, dejando una firme huella, y que después he seguido de cerca sus ejemplares traducciones y sus textos diversos, escasos y densos, pero ricos en ideas y creativos. Hace tiempo también que valoro altamente su labor en esos diversos campos, por su espíritu crítico y antidogmático (…) Los trabajos recogidos en el volumen, permiten considerarlos como niveles distintos de una evolución de las ideas del autor, que culmina en el texto cronológicamente último, aunque es el que, como «Presentación», abre el libro. [8]  

El autor de la Filosofía de la praxis tenía razón; al considerar a los capítulos del libro como un hecho de biografía intelectual, se aprecian los «niveles distintos de una evolución de las ideas del autor». Es más, sus investigaciones en torno de la obra de Marx, o sobre aspectos centrales de la crítica de la economía política, corresponde a su etapa de profesor de la Facultad de Economía. Por ello, cuando años después obtiene una plaza de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras, el rumbo de sus investigaciones cobra una dirección distinta; pues, al tiempo que recupera los resultados de los últimos años, profundiza en temas como la modernidad barroca o ‘de lo barroco’, el mestizaje cultural y el ethos barroco, y el concepto de cultura y la teoría materialista de la cultura. 

4. En El discurso crítico de Marx, Echeverría definió el carácter y la naturaleza de su discurso filosófico, que reconstituye toda una red de alianzas y puntos de encuentro con las pesquisas posteriores, de las cuales se publicarían otros tantos libros de gran importancia. No obstante, en la biografía intelectual del autor, este libro representa el primer eje de su producción teórica: el estudio del marxismo y, fundamentalmente, de la obra de Marx, que es en realidad una nueva lectura de El capital. [9]  

Treinta años después de su primera edición, este libro-emblema conserva una actualidad extraordinaria debido a su erudición y originalidad, pero también por su carácter herético: es un disidente, un forastero. Lo fue en 1986, cuando el anquilosamiento del socialismo real y el posterior derrumbe del sistema soviético, simbolizado en la caída del muro de Berlín, hizo que ‘el fin de la historia’ fuese sinónimo de la ‘caducidad del marxismo’ y de la ‘muerte de Marx’; lo es ahora, en la época de la conmemoración por los 170 años de la publicación de El manifiesto comunista (1848), el 150 aniversario de la publicación del primer tomo de El Capital (1867) y el bicentenario del natalicio de Marx (1818), cuando hay también una celebración socialdemócrata de Marx, quien apostaba por «la crítica despiadada de todo lo existente, despiadada tanto en el sentido de no temer los resultados a los que conduzca como en el de no temerle al conflicto con aquellos que detentan el poder» [10] . Y sobre todo cuando, casi a una década de la desaparición de Echeverría, proliferan todo tipo de interpretaciones reformistas de su obra.

 «Sólo un hecho impide hablar del siglo XX como una época de barbarie», escribió en la Presentación de El discurso crítico de Marx, añadiendo: «Se trata de la existencia de la izquierda». Para él, la presencia de un proyecto que diera sentido al siglo XX, o mejor aún, contrasentido a la historia contemporánea, era el Comunismo; la materialización de éste en una entidad peculiar, la Izquierda; y su manifestación en un discurso propio, el marxismo. Consciente del «desgaste irrevocable» de la tríada Comunismo-Izquierda-Marxismo, Echeverría consideraba que, por un lado, la crisis del Marxismo podría decidirse «por el traslado de su versión tradicionalmente dominante ―y de otras que pertenecen al mismo tipo [la socialdemocracia, apoyada por la fracción «marxista», por ejemplo]― al campo del discurso del Poder establecido, como poder estatal»; aunque, por el otro, parece dirigirlo «en cambio, hacia el abigarrado campo de la rebeldía contemporánea, a discutir dentro de él, sin límites, reservas ni concesiones, todos sus contenidos y su estructura misma como discurso, todas sus formas de presencia como movimiento práctico».

5. «Marxismo predominante» o «demasiado realista»; «marxismos marginales» o de la «tradición heterodoxa»; marxismo que se establece como poder estatal, o marxismos que se enraízan en la rebeldía contemporánea y critican despiadadamente todo lo existente: ¿Cuál de estos dos marxismos tiene la capacidad ―diría Hegel― de ‘subsumir’ a El discurso crítico de Marx, y de ser así su ‘verdad’? La respuesta se sugiere en la reflexión siguiente: si ante el marxismo predominante, «demasiado realista», los marxismos «marginales» o de la «tradición heterodoxa» (R. Luxemburgo, H. Goerter, K. Kosík, R. Dutschke, K. Korsch, E. Bloch, G. Lukács y «muchos más»); se sitúan «en calidad de estorbos y desviaciones», entonces, según Echeverría, de esta tradición el Marxismo «parece poder renacer de su crisis actual».  

Quizá entonces El discurso crítico de Marx corra con igual suerte: si su asimilación sucede en cuanto a su carácter «marginal», como si fuese un «estorbo» o «desviación», más que de la vía «predominante» o «demasiado realista», entonces la relación de similitud que basta para hacer del primero un «discurso crítico», sea la representante cabal de éste como «utopía» y «modernidad alternativa». 

Notas: 

[1] Véase el sitio: http://www.cuadernospoliticos.unam.mx/cuadernos/ (Consulta: 26/VIII/2018)  

[2] ECHEVERRÍA, Bolívar, El discurso crítico de Marx. (Sección de Obras de Filosofía) Prólogo del editor y Presentación a la primera edición. Fondo de Cultura Económica/Editorial Ítaca, 2ª edición, México, 2017, 422 paginas. (ISBN: 978-607-16-1814-6).  

[3] BENJAMIN, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica [URTEXT]. Traducción de Andrés E. Weikert, Introducción de Bolívar Echeverría, México, Ítaca, 2003.  

[4] La primera edición data de 1992, en la Colección «El Seminario de El Capital» publicada por la Facultad de Economía de la UNAM, con el título: Apunte crítico sobre los Esquemas de la reproducción esbozados por K. Marx en El capital. En 1994, la División de Estudios de Posgrado, de la Facultad de Economía de la UNAM y Ediciones Nariz del Diablo, volvieron a publicarla (actualizada hasta mayo de 1993 y con la dedicatoria: «A mi Padre»), con el título: Circulación capitalista y reproducción de la riqueza social. Apunte crítico sobre los ESQUEMAS de K. Marx.  

[5] «De acuerdo con mi propuesta de reconstrucción del discurso de Marx en El capital, la sección sexta del libro primero sería un préstamo que Marx toma de la temática correspondiente al libro tercero. La desmistificación del salario y la desmistificación de la ganancia son temas que sólo pueden tratarse adecuadamente en íntima interconexión», El discurso crítico de Marx, op. cit. p. 309, nota al pie número 3.  

[6] Ibid, p. 24.  

[7] «Cuando yo llegué estaba tan viva la cuestión del 68, eran épocas muy convulsas si se quiere, pero también muy llenas de esperanzas, parecía que sí se podía hacer la revolución. Esa era la idea: parecía que la revolución sí era algo que estaba al orden del día, que era una época de ‘actualidad de la revolución’ como decía Lukács. Eso parecía y entonces buscaba uno todos los elementos, las posibilidades de esta revolución…». ECHEVERRÍA, Bolívar, «La revolución del 68 en México. Entrevista con Bolívar Echeverría», en Contrahistorias, núm. 11, 2009, p. 69.  

[8] SÁNCHEZ VÁZQUEZ, Adolfo, «Crítica y marxismo», en Contrahistorias, núm. 11, op. cit. p. 19.  

[9] Para la caracterización de los ejes de su obra y su biografía intelectual, véase mi «Prólogo. Un momento intelectual: Bolívar Echeverría (1941-2010)», en ECHEVERRÍA, Bolívar, Discurso Crítico y Modernidad. Ensayos escogidos. Desde Abajo, Bogotá, 2011, pp. 7-44; y el ensayo «Bolívar Echeverría. Praxis revolucionaria, discurso crítico y modernidad alternativa», en Prohistoria, vol. 15, Rosario, enero-junio 2011. 

[10] Marx, Karl, «Carta de Karl Marx a Arnold Ruge». Septiembre de 1843. https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m09-43.htm (Consulta: 26/VIII/2018).

Carlos Alberto Ríos Gordillo es profesor del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotazalco.

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/el-discurso-critico-de-marx-treinta-anos-despues