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Entrevista al profesor y escritor Salvador Redón sobre la situación política en Cataluña (I)

«El dret a decidir es un eufemismo con el que se quiere enmascarar la voluntad de independizar a Cataluña de España»

Fuentes: Rebelión

Profesor de secundaria (ciencias sociales, geografía e historia), ex concejal por ICV-EUiA en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, autor de varias obras literarias (http://lapistoladeeinstein.blogspot.com.es/), Salvador Redón es un ciudadano colomense de larga y consistente trayectoria política en movimientos de izquierda. Es miembro actualmente de «Federalistes d’esquerra». ***   Profesor, gran lector, escritor,… y […]

Profesor de secundaria (ciencias sociales, geografía e historia), ex concejal por ICV-EUiA en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, autor de varias obras literarias (http://lapistoladeeinstein.blogspot.com.es/), Salvador Redón es un ciudadano colomense de larga y consistente trayectoria política en movimientos de izquierda. Es miembro actualmente de «Federalistes d’esquerra».

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Profesor, gran lector, escritor,… y ahora miembro muy activo de «Federalistes d’esquerres». Te pregunto un poco más adelante sobre esto último. Antes de ello: ¿a qué se llama realmente dret a decidir en Cataluña? ¿Es equivalente al derecho de autodeterminación?

Dret a decidir es un eufemismo con el que se quiere enmascarar la voluntad de independizar a Cataluña de España. Es un subterfugio, una apelación al radicalismo democrático que en la práctica niega el derecho a la discrepancia con lo que en verdad quiere significar. No se puede equiparar al derecho de autodeterminación porque no se dan las circunstancias que legitimaran tal derecho.

Déjame insistir. El asunto, bien analizada de qué va, ¿de dret a decidir o de independencia (y dependencia de la UE)?

La cosa va de decir que se va a cambiar todo para no cambiar nada. Se trata de sustituir una bandera por otra y de dejar el nuevo país en las mismas viejas manos de siempre. Eso sí, sin tener que compadrear con otras manos, las de los poderosos del resto de España. Los que están en esta posición no tendrían ningún problema en comulgar con las directrices austericidas europeas si la independencia no implicara quedar fuera de la Unión.

Para los independentistas que creen que podrían construir un estado verdaderamente distinto -no sé con qué mayorías- la salida de la UE es lo de menos. Creo que es un error no apostar claramente por otra UE desde dentro.

¿Y qué es eso de otra UE desde dentro? Entiendo que no apuestas ni por la salida del euro ni por la salida de la UE.

No es una buena apuesta. Hay que ir hacia una mayor integración europea, pero no sólo en lo económico o en lo monetario, sino al servicio de la ciudadanía.

Cojo de nuevo el hilo y vuelvo a hablar del monotema. ¿Tú estás a favor del dret a decidir? ¿Eres favorable a su ejercicio en Cataluña en estos momentos?

El derecho a decidir es defendible como concepto, pero siempre que vaya acompañado de un contenido. En estos momentos no se dan las condiciones para su ejercicio porque, más allá de los obstáculos legales o de la falta de voluntad política por parte de los que lo niegan, en Cataluña no existe claridad al respecto de qué decidir, ni cómo ejercerlo, ni cómo gestionar su resultado.

Esto no es Canadá, ni Escocia. Esto es algo insólito, con una institución que, en lugar de reivindicarlo desde la neutralidad, se vuelca con todos los medios públicos y privados -subvencionados- a defender una determinada opción. Quim Brugué lo señaló con acierto cuando renunció a formar parte de la comisión de control del 9N: No hay garantías democráticas.

¿Quiénes formáis parte de los federalistas de izquierda? ¿Qué pretendéis? ¿Qué tipo de federalismo impulsáis?

Somos un colectivo de lo más plural, con gente de ICV, del PSC, de EUiA, de Podemos, etcétera. No somos una organización de masas, ni lo pretendemos, y tampoco queremos sustituir a los partidos políticos. Lo que queremos es difundir el federalismo como alternativa racional y viable ante el impasse de la situación que estamos viviendo.

Creemos que el estado de las autonomías no se ha desarrollado en un sentido lógico, como sería el federal, en el que quedaran muy claras cuáles serían las competencias exclusivas de las comunidades, y cuáles las ejercidas por el Estado. El modelo federal implicaría una alta descentralización en paralelo a un alto grado de lealtad. E implicaría el pleno reconocimiento de la España plurinacional sin renunciar a la solidaridad y la cooperación.

Un alto grado de lealtad dices. ¿Y esto sería posible teniendo en cuenta la fuerza y apoyos del independentismo y el nacionalismo en Cataluña y en Euskadi?

Esa es la naturaleza del pacto federal en cualquier Estado que se tome como modelo de referencia: lealtad, solidaridad y cooperación. El nacionalismo podría firmarlo si implica el reconocimiento de las propias singularidades.

El federalismo que proponéis, ¿exige cambios constitucionales? Si fuera así, ¿qué estrategia tenéis diseñada? La fuerza política mayoritaria en España-Sefarad no parece estar por la labor hasta el momento.

Nosotros estamos por la reforma constitucional, no sólo en clave federal, sino también para afianzar los pilares que sustentarían un auténtico estado del bienestar y para profundizar en la propia salud democrática del sistema.

Nuestra estrategia se basa en tejer una red de complicidades intelectuales y políticas capaz de convencer a los partidos de las ventajas del modelo federal. A la vez, intentamos promocionar el federalismo a través de los medios de comunicación, las redes sociales y los actos territoriales.

El PP se equivocó cuando se opuso frontalmente al nuevo Estatuto de Catalunya y se equivoca ahora cuando se muestra inflexible ante unas reformas políticos ineludibles.

A los partidos dices. ¿A qué partidos aspiráis a convencer? Por ejemplo, en la concentración independentista del pasado domingo 19 de octubre, al lado de Oriol Junqueras, escuchando atentamente a Carme Forcadell, podía verse al coordinador de EUiA y a varios dirigentes de ICV.

Estamos en un momento de enorme complejidad. El coordinador de EUiA, por ejemplo, reivindica una República Catalana en una España federal. No sé muy bien cómo se podría articular eso cuando a tu lado se está reclamando el adiós definitivo a España. Si la concentración se valora como reivindicación de un 9N, se podría entender dicha presencia. Personalmente, no la veo de ninguna manera.

Después de lo visto en las manifestaciones 2012, 2013 y 2014, ¿crees posible convencer a la ciudadanía catalana que el federalismo es una buena opción? ¿No están clamando en el desierto, en un desierto sin apenas oasis?

Una buena parte de la ciudadanía se ha manifestado, pero no toda esa gran masa es independentista. Hay mucha indignación contra la recentralización emprendida por el PP y, sobre todo, por las consecuencias de la crisis económica y el clima de corrupción a todos los niveles. Los estudios demoscópicos dicen que la mayor parte de la ciudadanía optaría por una solución pactada que permitiera un reajuste del encaje de Cataluña en España. Si se promovieran unas condiciones más favorables esa opción vencería holgadamente en las urnas. A los nacionalistas de uno y otro lado no les interesa reconocer este escenario alternativo, sus intereses cortoplacistas requieren de un marco de abierta confrontación.

Y esa solución pactada a la que aludes, ¿queda incorporada de algún modo en las preguntas de la consulta-referéndum, se celebre o no, en la forma que sea, el 9N?

Desafortunadamente no. Ni el fondo ni las formas del 9N, tal y como se ha desarrollado, se prestan a una solución pactada. El pacto tendrá que venir en el nuevo ciclo electoral, y probablemente con una derrota o un debilitamiento del PP en las próximas elecciones generales.

La expresión «Federalistes d’esquerra» parece implicar la existencia de federalistas de centro o de derecha. ¿Existen realmente?

Por fortuna existen federalistas de centro y de derecha. Digo por fortuna porque históricamente el federalismo ha sido estigmatizado por la derecha como una corriente extremista, herencia probablemente del fracaso de la Primera República y del movimiento cantonal. Ahora se oyen voces que han entendido que el federalismo es una corriente democrática que sirve para solucionar los problemas en lugar de agravarlos. En julio se presentó un manifiesto federalista firmado por gente como el ex-director del diario ABC, José Antonio Zarzalejos.

Existen ciudadanos y colectivos de izquierda que, según toda evidencia, no son federalistas, en absoluto. Es una página superada para ellos. ¿Se puede ser de izquierdas e independentista? ¿Lo de la CUP; por ejemplo, tiene solidez política en tu opinión?

Se puede ser de izquierdas e independentista. Más contradictorio es ser de izquierdas y nacionalista.

En cuanto a que den por superada la tesis federal, habría mucho que decir. Lo que hay es hartazgo con el avance del neoliberalismo, una ideología y una praxis político-económica que ha superado el marco de los estados clásicos y frente a la cual no hemos encontrado una respuesta más o menos estructurada y en condiciones reales de confrontación desde la izquierda. El replegamiento identitario es una consecuencia de ese fracaso.

No entiendo que fuerzas políticas de izquierda sustenten buena parte de su discurso sobre bases teóricas de matriz conservadora, propias del Romanticismo. El concepto de Països Catalans, por ejemplo, fue acuñado por esta corriente, sustentándose tan sólo en una comunidad de lengua. Entendería mucho mejor que se tirara de elementos historicistas más sólidos, como lo fue el confederalismo de la Corona de Aragón. Pero ni siquiera. Tampoco todo el mundo en las CUP piensa lo mismo.

¿Y qué piensan entonces esos activistas de la CUP que, según tú, no piensan lo mismo?

Conozco a gente de las CUP que no es independentista, gente que se plantea el activismo izquierdista desde el radicalismo democrático más de base.

Y perdona, me he olvidado antes, ¿por qué es consistente ser de izquierdas e independentista?

Sólo cuando realmente estás convencido de las posibilidades de cambiarlo todo. Sin embargo, ¿la correlación de fuerzas en el campo independentista es favorable al izquierdismo? ¿Qué políticas haría una lista conjunta ganadora conformada por Convergència i ERC? ¿Qué políticas haría una «lista de país» como la avalada por la ANC y Ómnium Cultural? Definitivamente, la izquierda real se ha plegado a la estrategia del nacionalismo neoliberal y del independentismo identitario. Hay incluso elementos de nueva religiosidad en algunas expresiones del soberanismo, incluso de pensamiento mágico: Mas como Mesías, eslóganes como «ara és l’hora»…

Las posiciones independentistas que defienden también dirigentes y militantes de ICV y EUiA, ¿están en su tradición desde hace mucho tiempo? ¿Son partes compartidas de su cultura política?

Ni mucho menos. La tradición del PCE y del PSUC ha sido la federal. La minoría de dirigentes independentistas se ha beneficiado de posiciones de poder para expresarse de manera que pareciese que su discurso era el de la mayoría de la organización. El silencio de los demás ha ayudado a este estado de cosas. La coyuntura también ha beneficiado al ruido y el federalismo no es un concepto fácil de explicar en un clima tan enrarecido.

ICV, EUiA están, en su conjunto, por el «dret a decidir» pero, salvo error por mi parte, no han manifestado públicamente su opinión en la consulta anunciada, cuando menos a la segunda pregunta. ¿No es un poco raro?

No es lo mismo el federalismo que el independentismo, no es lo mismo votar Sí-No que votar Sí-Sí. Por ahora convivimos ambas corrientes en tanto que compartimos la voluntad de cambiar el statu quo, pero llegará un momento en que será imposible compatibilizar dos posiciones tan distintas. Es un terreno tan espinoso que por eso se camina con tanto cuidado.

Pero, si no entiendo mal lo que dices, las tendencias de estas fuerzas os dividís entre partidarios del SI-No y partidarios del SI-Si pero aceptando los términos globales de la consulta. ¿Es eso?

En su momento se consideró que el «derecho a decidir» podría verse reconocido en los términos globales de la consulta. El tiempo lo ha desmentido y llegará el momento de una mayor clarificación.

No hablo ahora de esas fuerzas. Pero ¿no te parece que algunos de los argumentos esgrimidos por los independentistas (algunos, insisto también) recuerdan a los argumentos usados normalmente por la poco presentable Liga del Norte italiana? ¿No se habla también aquí que los del Sur son improductivos, poco eficaces, gente poco trabajadora, con pocas luces, etc?

Sin ningún género de duda. El independentismo basado en argumentos de ese tipo es repugnante, y no es difícil demostrar su peso específico: las hemerotecas están llenas de declaraciones impresentables de personajes como Marta Ferrusola o Heribert Barrera, voces troncales en los imaginarios de Convergència o de ERC. En el nuevo independentismo también se puede detectar esta tendencia sin ni siquiera tener que bucear en los foros de Internet, basta con escuchar algunos discursos pronunciados por dirigentes de la ANC.

Nos da algún ejemplo que recuerdes de esto último.

Por ejemplo, la propia Carme Forcadell tuvo el atrevimiento de decir que quien votara a los partidos no soberanistas no era catalán.

Algunos, no digo todos, pero bastantes miembros de «Federalistes d’esquerra», no lo digo por ti precisamente, están o han estado próximos al ámbito político del PSC-PSOE. ¿No hay aquí una pequeña contradicción? ¿Por qué el PSOE, cuando fue partido de gobierno, no impulsó cambios constitucionales en sentido federal? Como recuerdas, la Constitución sí fue cambiada recientemente y con toda la urgencia del mundo.

El PSC-PSOE tiene muchos pecados que purgar. Una parte del PSOE puso palos en las ruedas del nuevo Estatuto catalán y a otra parte le temblaron las piernas a la hora de defenderlo. Desde julio de 2013 la línea oficial del partido apuesta por la reforma federal, lo que constituye una muy buena noticia. Un teórico del federalismo, como Pérez Tapias, incluso llegó a disputar la secretaría general del partido este verano.

Zapatero cometió un error negando la crisis para luego admitir su profundidad aceptando la imposición de las medidas austericidas de la Troika. Muchos de sus votantes no se lo han perdonado aún, y tal vez jamás lo hagan.

Has hablado de ello pero insisto de nuevo. ¿Por qué se habla tanto en Cataluña del dret a decidir, de la independencia, y apenas nada o, me rectifico, mucho menos, de temas sociales de gran importancia? Educación, sanidad, perdonas vulnerables, trabajo digno, apoyo a familias con escasísimas posibilidades, corrupción político-económica de altos vuelos (clan Pujol-Ferrusola), desigualdades sociales, pobreza, encarecimiento de las universidades públicas, infancia desprotegida etc etc. ¿Por qué todo lo cubre la finalidad independentista? ¿La culpa, toda ella, es de Madrid? El domingo pasado, mientras una gran concentración independentista ocupaba el espacio central de Barcelona, en Madrid era la marea blanca la que tomaba las calles de la ciudad.

Vivimos anestesiados por la adormidera nacionalista, como dice Joan Boada. El monotema lo tapa todo, especialmente la gestión desastrosa del gobierno de la Generalitat con la complicidad del primer partido de la oposición, algo inaudito. Es fácil culpar a Madrid en lugar de asumir responsabilidades propias. Si además desde Madrid te abonan el campo desde ministerios como el de Wert…

Te pregunto a continuación a bocajarro: ¿España ha robado y sigue robando a Cataluña?

Cuando quieras pero ya puedes imaginarte mi respuesta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.