Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
En los últimos cinco años de la guerra civil siria, el punto focal de la política occidental ha sido «¡Assad tiene que irse!». Pero, ¿qué diferencia habría en la vida de los sirios comunes, incluso si el régimen fuera sustituido ahora, cuando la guerra civil ha cobrado más de 250.000 vidas, desplazó a la mitad de la población y redujo la población del país de 22 millones de personas a escombros? Concedo que Libia y Siria no eran Estados democráticos bajo Gadafi y Assad respectivamente, sin embargo ambos países eran al menos dos estados funcionando.
Gadafi fue derrocado del poder en septiembre de 2011; cuatro años más tarde, Trípoli está gobernado por las milicias de Misrata, Bengasi está bajo el control del Jalifa Haftar, apoyado por la milicia de Zintan, y Sirte está bajo la soberanía efectiva de los afiliados del Estado islámico en Libia. Ahora llevará décadas, no años, restaurar siquiera una apariencia de estabilidad en Libia y Siria; recordemos que la guerra de poder en Afganistán se libró originalmente en los años 80 y hoy, 35 años después, Afganistán sigue estando en medio de la anarquía perpetua, el desorden y la inexorable insurgencia talibán.
Por otra parte, el informe desclasificado de Inteligencia de la Agencia de Defensa [1] de 2012, que presagiaba la subida inminente de un principado salafista en el noreste de Siria, no fue examinado y se pasó por alto, luego fue suprimido deliberadamente, no sólo el informe, sino que ese punto de vista -en general, que una guerra civil en Siria dará a luz a los islamistas radicales- fue sofocado con fuerza en los círculos de formulación de políticas occidentales bajo la presión de los lobbies sionistas. Las potencias occidentales eran plenamente conscientes de las consecuencias de sus acciones en Siria pero mantuvieron la política de financiamiento, capacitación, armamento y la legitimación internacional de la llamada «oposición siria» para debilitar el régimen sirio y neutralizar la amenaza que Hezbolá, en el cercano Líbano, había planteado a la seguridad regional de Israel; un hecho que la comunidad de defensa israelí se dio cuenta por primera vez durante la guerra del Líbano de 2006, durante el curso de la cual Hezbolá disparó cientos de cohetes contra el norte de Israel. Esos fueron sólo cohetes no guiados, pero fue una llamada de atención para los estrategas militares israelíes sobre lo que va a pasar si Irán le pasa a Hezbollah, cuya área de operaciones se encuentra muy cerca de la frontera norte de Israel, la tecnología de misiles guiados. El interés occidental en la guerra civil siria trata principalmente de garantizar la seguridad regional de Israel.
El sectarismo y el surgimiento del Estado Islámico
A diferencia de Al Qaeda, que es una organización terrorista antioccidental, el Estado islámico es básicamente un equipo sectario antichiíta. Por lo general, la designación de «terrorismo» entiende que implica una organización que tiene las intenciones y la capacidad de cometer actos terroristas en suelo occidental. Aunque el Estado Islámico ha cometido actos de terrorismo contra Occidente, como los ataques de París, de alto perfil, si nos fijamos en el patrón de sus actividades de sabotaje, especialmente en el Medio Oriente, por lo general, se dirigen a los chiítas musulmanes en Siria e Irak. Unos pocos actos de terrorismo que han cometido en los estados árabes del Golfo también se dirigieron contra los chiíes en la provincia oriental de Arabia Saudita y mezquitas chiítas en Yemen y Kuwait. Por otra parte, Al Qaeda Central es sólo un pequeño grupo de individuos árabes cuya fuerza se basa en unos pocos cientos, mientras que el Estado Islámico es una masa insurgente cuya fuerza reposa en decenas de miles de personas, sobre todo en Siria e Irak.
Más aún, las milicias pro-Assad de Siria se componen de milicianos locales, así como los combatientes extranjeros chiíes de Líbano, Irak, Irán e incluso los chiítas hazara de Afganistán. Y yihadistas sunitas de toda la región también han acudido en masa al campo de batalla sirio de la yihad durante los últimos cinco años. Una guerra suní-chiíta a gran escala ha estado sucediendo en Siria, Irak y Yemen, que, obviamente, tiene sus repercusiones en toda la región de Oriente Medio, donde los musulmanes sunitas y chiítas han convivido en relativa paz durante siglos. Pero las potencias neocoloniales convenientemente negarán toda responsabilidad simplemente afirmando que: «No es culpa nuestra, los musulmanes se están matando entre sí», una afirmación absurda hecha por el Gobierno de Bush durante los años de ocupación en Irak. Sin embargo, ¿si acaso EE.UU. no hubiera invadido Irak en 2003 por sus 140.000 millones de barriles de reservas probadas de petróleo, habrían llegado las cosas a un punto tal de crisis? Y los neoliberales culparán a las víctimas y señalarán con el dedo a la religión islámica y descontextualizarán algunos de sus versos yihadistas para justificar toda la violencia y el derramamiento de sangre sin entender nada sobre la política que subyace en la región detrás del conflicto entre sunitas y chiitas.
No obstante, después de la participación de Rusia en Siria, cuando Rusia afirma que luchará contra el Estado Islámico, la afirmación, al menos, tiene sentido. Pero, ¿cómo puede E.E. U.U. declarar que luchará contra una fuerza que es, en primer lugar, un obvio subproducto [2] de su propia política en la región? Vamos a resolver un tema primero: en un principio hubo dos partes en la guerra civil de Siria, el régimen sirio y la oposición siria; ¿qué parte luchó con el apoyo de Estados Unidos desde el comienzo de la guerra civil de Siria en el año 2011 hasta junio de 2014? Obviamente, apoyó a la oposición siria, ¿y cómo estaba compuesta la así llamada «oposición siria?» Una pequeña fracción de ella estaba compuesta por soldados sirios desertores con el nombre de Ejército Libre de Siria, pero la gran mayoría habían sido jihadistas islámicos que fueron generosamente financiados, entrenados, armados e internacionalmente legitimados por la alianza de la OTAN con el Consejo de Cooperación del Golfo ( CCG).
El Estado Islámico no es más que uno de los numerosos trajes yihadistas sirios, otros son: el Frente al Nusra, Ahrar al-Sham, la brigada al-Tawhid, Jaysh al Islam etc. La razón por la que EE.UU. se ha vuelto contra el Estado Islámico es que todos las demás organizaciones yihadistas sólo tienen ambiciones locales que se limitan a la lucha contra el régimen de Assad en Siria. Incluso el emir de al Nusra, Abu Muhammad al Julani, ha asumido un compromiso público [3] con Al Jazeera por pedido de sus clientes del Golfo que su organización no tiene la intención de atacar objetivos en los países occidentales, después de lo cual los medios de comunicación occidentales se han vuelto amistosos con él e incluyeron en su lista de los llamados «islamistas moderados» una franquicia oficial de al Qaeda central en Siria.
Todos los grupos yihadistas sunitas que están operando en Siria son tan brutales como ISIS, lo único que diferencia a ISIS del resto es que es más ideológico y de mentalidad independiente y también incluye cientos de ciudadanos occidentales en sus filas que más tarde pueden convertirse en un riesgo para la seguridad nacional de los países occidentales. Este hecho explica la política ambivalente de los EE.UU. hacia un monstruo que ha nutrido en Siria desde agosto 2011 hasta junio 2014, cuando se convirtió en una amenaza para los intereses estratégicos de los EE.UU. como el Gobierno Regional del Kurdistán (GRK), rico en petróleo, que controla el norte de Irak. Así, la «guerra contra el Estado Islámico» liderada por Estados Unidos desde agosto 2014 tiene menos que ver con la búsqueda de una pronta solución a la crisis siria o la amenaza que ISIS plantea a Irak y Siria y está más acerca de la amenaza que ISIS plantea a los países occidentales en el largo plazo, un hecho que ahora se ha hecho evidente después de los ataques de noviembre de 2015 en París.
Según este informe del New York Times [4], hay más de 30.000 combatientes extranjeros en Siria de más de 100 países que luchan junto a los grupos yihadistas suníes para derrocar al régimen sirio; 4.500 de esos yihadistas extranjeros son de los países occidentales y Francia es el mayor contribuyente europeo de yihadistas extranjeros con 1.800 combatientes, Gran Bretaña, en un distante segundo lugar con 750, y el número de yihadistas estadounidenses luchando en Siria es relativamente pequeño, de aproximadamente 250. Aunque el informe afirma que la mayoría de los yihadistas extranjeros luchan por los medios de comunicación del Estado Islámico, pero las empresas, al ser un portavoz del oficialismo político occidental, tienen un interés personal en singularizar selectivamente el Estado Islámico y dar carta blanca a todos los otros grupos yihadistas suníes, declarados en línea con la política occidental y con el objetivo de derrocar al régimen de Assad en Siria.
La razón por la cual Siria e Irán han estado más dispuestos a formar una alianza con Rusia contra los yihadistas suníes es que la «guerra contra el Estado Islámico» liderada por Estados Unidos se limita sólo a ISIS, mientras que todos los otros grupos yihadistas suníes están disfrutando de total impunidad y la coalición contra ISIS también incluye los principales clientes de los jihadistas sunitas como Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Turquía y Jordania. Pero la ofensiva liderada por Rusia en coalición con los regímenes chiíes antes mencionados ha sido más amplia contra todas las organizaciones de yihadistas sunitas que son apenas una amenaza a los regímenes chiíes tanto como ISIS.
Por otra parte, los medios corporativos occidentales están pregonando en estos días que el régimen de Assad ha sido reacio a luchar contra ISIS. No sé a qué clase de directrices responden estas teorías absurdas y contractuales, pero es un hecho que los recursos militares del régimen de Assad eran escasos, por lo que su prioridad ha sido la de defenderse en todas las densamente pobladas zonas urbanas de Damasco y Homs hasta Hama, Idlib y Alepo y en toda la costa de Latakia. Sin embargo, ¿alguien recuerda la ofensiva de Hasakah, del mes de agosto de 2015, en la que el ejército sirio defendió con éxito Hasakah y luego derrotó a ISIS en alianza con los kurdos sirios? Los medios corporativos nunca te dirán sobre la alianza anterior que existía entre los kurdos sirios y el régimen sirio contra la oposición siria.
El factor kurdo en la guerra civil siria
Para entender el factor kurdo en la ecuación de Siria e Irak, debemos tener en cuenta que hay cuatro tipos distintos de kurdos: 1) los kurdos KDP de Irak dirigidos por Masud Barzani; 2) los kurdos PUK de Irak liderados por Jalal Talabani; 3) los kurdos del PKK de Turquía; y 4) los kurdos PYD / YPG de Siria. El primero de ellos, es decir, los kurdos KDP dirigidos por Barzani de Irak han sido tradicionalmente colaboradores imperialistas que han formado una alianza estratégica con los EE.UU. e Israel desde los años 90, es decir, desde la primera guerra del Golfo. El resto de los kurdos, sin embargo, han estado tradicionalmente en el campo socialista anticolonial y esa es la razón por la que el PKK ha sido designado como una organización terrorista por la OTAN. Entiéndase que Turquía tiene el segundo ejército más grande de la OTAN y los separatistas kurdos del PKK son los enemigos tradicionales del oficialismo turco.
A diferencia de los kurdos dirigidos por Barzani de Irak, sin embargo, los kurdos del PYD / YPG de Siria, ideológicamente afínes a los socialistas kurdos del PKK de Turquía, habían formado inicialmente una alianza con Rusia pro régimen de Assad contra los yihadistas suníes a cambio de limitada autonomía -la alianza antes mencionada-, sin embargo, no fue sólo contra el Estado Islámico, sino contra todos los grupos yihadistas sunitas que están operando en Siria, algunos de los cuales han sido apoyados por la OTAN y países árabes del Golfo. No fue hasta el año pasado, después de la declaración de guerra contra ISIS de EE.UU., que los kurdos sirios cambiaron de bando y ahora son la pieza central de la política de Estados Unidos para derrotar a ISIS en la región.
No se puede culpar a los kurdos de esta perfidia porque están luchando por su derecho a la libre determinación, pero una vez más las potencias occidentales han ejecutado su test y han aprobado la política de divide y vencerás a la perfección en Siria e Irak para ganar influencia y para cambiar el rumbo, a pesar del estrepitoso fracaso de su política declarada para los tres primeros años de la guerra civil siria, es decir, a partir de agosto de 2011 hasta agosto 2014.
Hasta agosto de 2014, la política declarada de Estados Unidos en Siria era de un cambio de régimen y los kurdos sirios formaron una alianza defensiva con el régimen de Assad contra los yihadistas suníes para defender las zonas semiutónomas de mayoría kurda en el Kurdistán sirio; esa ecuación cambió, sin embargo, cuando ISIS capturó Mosul, en junio de 2014 y también amenazó al aliado más firme de EE.UU en la región, Masoud Barzani y su capital de Erbil, en el Kurdistán iraquí, que es también el centro de operaciones de las grandes petroleras del norte de Irak.
A partir de esa situación, EE.UU. tomó un giro en U en su política en Siria y ahora el objetivo declarado era «la guerra contra el Estado Islámico». Ese cambio de política, a su vez, condujo a una reconfiguración de alianzas entre los actores regionales y los kurdos sirios rompieron su acuerdo previo con el régimen de Assad y formaron una nueva alianza con la OTAN contra el Estado Islámico. A diferencia de su alianza defensiva anterior con el régimen sirio, que tenía como objetivo proteger y defender las zonas de mayoría kurda en Siria del ataque de los yihadistas suníes, esta nueva alianza kurda con la OTAN es más agresiva y expansionista, y su consecuencia es obvia a partir de este informe de Amnistía Internacional [5] sobre el desplazamiento forzado de los árabes y el cambio demográfico de los kurdos sirios e iraquíes.
Composición del Estado Islámico
La única diferencia entre la Yihad afgana allá por los años 80 -que había engendrado a los yihadistas islámicos como los talibanes y Al Qaeda por primera vez en la historia, y a los yihadistas libios y sirios en 2011 y hacia adelante- es que la yihad afgana era abierta -en aquel entonces los establecimientos occidentales políticos y su portavoz, los medios de comunicación, abiertamente utilizados para presumir que la CIA provee todos esos fusiles AK-47, los misiles antitanques RPGs y los misiles tierra aire al ISI paquistaní, que luego reenvía este tipo de armas a los muyaidines afganos (luchadores por la libertad) para combatir a la antigua Unión Soviética. Después de la tragedia del 11-S, sin embargo, la política occidental oficial y los medios corporativos se han vuelto mucho más prudentes, por lo tanto, en esta ocasión han librado guerras santas encubiertas contra el régimen de Gadafi en Libia y contra el régimen antisionista de Assad en Siria, en el que los yihadistas islámicos (los denominados terroristas) se han vendido a la audiencia occidental como «rebeldes moderados» con ambiciones seculares y nacionalistas.
Dado que el objetivo del cambio de régimen en esos países desventurados iba en contra de la narrativa convencional establecida de «la guerra contra el terror», los políticos occidentales y los principales medios de comunicación oficialista ahora tratan de confundir la realidad, implantando otros esquemas para identificar a millares de militantes y grupos terroristas que operan en esos países como la encarnación de los militantes del Estado Islámico que las potencias occidentales quieren eliminar, los cobardes militantes de Jaysh al-Fateh (Ejército de la Conquista) que incluye a al-Qaeda aliado al Frente al-Nusra y Ahrar al-Sham con quienes la OTAN puede colaborar en circunstancias desesperadas, y los novatos militantes del Ejército Libre de Siria (FSA) y un par de otras organizaciones intrascendentes que en conjunto conforman la llamada «oposición siria moderada».
Es un hecho incontrovertible que más del 90 % de los militantes que operan en Siria son o bien los yihadistas islámicos o las tribus armadas, y menos del 10 % son los que han desertado del ejército sirio o que tienen objetivos seculares y nacionalistas. En lo que respecta a la infinitesimalmente pequeña élite secular y liberal de los países en desarrollo, tales clases privilegiadas no pueden ni siquiera hacerse el desayuno si sus servidores están en un día de fiesta y los medios corporativos nos habían hecho creer que la mayoría de los militantes sirios son «rebeldes moderados» que constituyen la vanguardia de la oposición siria contra el régimen sirio en una brutal guerra civil y que creen en los principios de democracia, Estado de Derecho y los valores liberales como sus objetivos preciados.
Es un hecho que la moral y la ideología juegan un papel importante en la batalla; por otra parte también sabemos que el estigma takfirí de la mayoría de los yihadistas en estos días está inspirado directamente por la ideología wahabí-salafista de Arabia Saudita, pero la ideología por sí sola nunca es suficiente para tener éxito en la batalla. Mirando las espectaculares ganancias del Estado islámico en Siria e Iraq en el último año y medio, uno se pregunta dónde reciben los reclutados todo el entrenamiento y las armas sofisticadas imprescindibles no sólo para la guerra de guerrillas de golpear y correr, sino también para capturar y mantener vastas extensiones de territorio. Incluso el Ejército Nacional Afgano, que ha sido entrenado y armado por los instructores militares de la OTAN, se encuentra en problemas en estos días para mantener el territorio en Afganistán a la luz de la insurgencia talibán implacable.
Aparte de la formación y las armas que se proporcionan a los yihadistas islámicos en los campos de entrenamiento ubicados en las regiones fronterizas de Turquía y Jordania adyacentes a Siria por parte de la CIA, en colaboración con las agencias de inteligencia turcas, jordanas y saudíes, otro factor que ha contribuido al éxito espectacular del Estado Islámico es que sus principales cuadros se componen de los exoficiales militares y de inteligencia baazistas del régimen de Saddam. Según el informe hecho por Dawn de la agencia Associated Press [6], entre 100 y 160 exmiembros del partido Baath, que constituyen la estructura de mando superior y de nivel medio del Estado Islámico, son quienes planean todas las operaciones y dirigen su estrategia militar.
Por otra parte, en estos días, el departamento de Estado de Estados Unidos parece estar bastante preocupado de dónde los yihadistas del Estado Islámico obtienen todas las armas sofisticadas y especialmente los camiones de lujo, las blancas camionetas Toyota con ametralladoras montadas en la parte posterior, coloquialmente conocidas como «los técnicos» entre los yihadistas. Creo que he encontrado la respuesta a este enigma en esta noticia [7] de un sitio web afiliado con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, que es altamente sesgada a favor de la oposición siria: se menciona claramente que junto a los AK-47, los misiles y otro equipo militar, el Gobierno saudí también proporciona camionetas Toyota con ametralladoras montadas a cada grupo de cinco yihadistas que han completado su formación, ya sea en las regiones fronterizas de Jordania o Arabia Saudita. Una vez que estos yihadistas cruzan a Daraa y Quneitra en Siria desde la frontera de Jordania y Siria, esas camionetas Toyota pueden fácilmente hacer todo el camino a Raqqa y Deir Ezzor y de allí a Mosul y Anbar, en Irak.
Lo único que diferencia al Estado Islámico de los otros grupos insurgentes es su estructura de mando, que se compone de profesionales exmiembros del partido Baath y la capacidad armamentística que se ha proporcionado a todos los equipos de yihadistas sunitas que luchan en Siria para la alianza de la OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo. Sin embargo, un número de afiliados del Estado Islámico han ido recientemente surgiendo por toda la región de Oriente Medio y norte de África que no tienen ningún vínculo organizativo y operativo, en absoluto, con el Estado Islámico en Siria e Irak, tales como los afiliados del Estado Islámico de Afganistán, Sinaí, Libia e incluso el Boko Haram en Nigeria, que ahora cae bajo el paraguas del Estado Islámico. Es comprensible que los legos confundan tales trajes militante variopinto de ISIS, pero, ¿cómo es que los analistas de la política de los grupos de reflexión y spin doctores de los medios corporativos, que están totalmente en el saber, han caído en una trampa así? ¿Podemos clasificar cualquier equipo militante de gentuza como Estado Islámico simplemente sobre la base de la afinidad ideológica y «una carta de acreditación» de Abu Bakr al Baghdadi, sin estructura de mando del partido Baath del Estado islámico y armamento superior que ha sido financiado por los petrodólares del Golfo?
Notas:
1] Informe de Defensa de la agencia de inteligencia de Estados Unidos de 2012:
http://levantreport.com/2015/05/19/2012-defense-intelligence-agency-document-west-will-facilitate-rise-of-islamic-state-in-order-to-isolate-the-syrian-regime/
[2] ¿Cómo la yihad siria generó el Estado islámico?
http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-01-220914.html
[3] el líder de Al-Nusra: Nuestra misión es derrotar a régimen sirio:
http://www.aljazeera.com/news/2015/05/nusra-front-golani-assad-syria-hezbollah-isil-150528044857528.html
[4] Miles de combatientes entran en Siria para unirse Estado Islámico pesar de los esfuerzos globales:
http://www.nytimes.com/2015/09/27/world/middleeast/thousands-enter-syria-to-join-isis-despite-global-efforts.html?_r=1
[5] Los kurdos sirios arrasan pueblos incautados al Estado Islámico, informe de Amnistía Internacional:
http://www.bbc.com/news/world-middle-east-34511134
[6] El mando supremo del Estado Islámico dominado por exoficiales del ejército de Saddam:
http://www.dawn.com/news/1199401/is-top-command-dominated-by-ex-officers-in-saddams-army
[7] rebeldes sirios reciben armas y asesoramiento a través de centro de mando secreto en Ammán:
http://www.thenational.ae/world/middle-east/syrian-rebels-get-arms-and-advice-through-secret-command-centre-in-amman
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article43910.htm
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión como fuente de la traducción.